Iguazù (LaVozDeCataratas) En los últimos días, la defensa de Carlos Villar,  imputado por el asesinato de Vilma Mercado, a quien luego que la justicia le dictara prisión preventiva, se envió juicio, y se espera la fecha del juicio oral y público, cuestionó la existencia de  pruebas de ADN del imputado. LaVozDeCataratas accedió a los expedientes e informes de genéticos de las pruebas de ADN realizados por el Laboratorio de Genética Forense en el Instituto de Genética Humana en el Parque de la Salud, del Hospital Ramón Madariaga en la ciudad de Posadas, y los resultados son contundentes.

Con el litigio mediático de los últimos días, desde el Juzgado de Instrucción 3 de Iguazú, “negaron que no exista prueba de ADN contundente para sentenciar a Villar”.

Pruebas:

• Se halló ADN de Villar en un “preservativo que tenía semen suyo y ADN de Vilma Mercado” en su domicilio.
• Se halló ADN de Villar en  las mamás y manos de Vilma Mercado.
• La mordida que tenía Villar fue corroborada que había sido hecha por Vilma Mercado según la pericia de Odontología forense.

“Aún no hay juicio. Los familiares amigos y Organización de mujeres autoconvocadas de Iguazú. Colectivo de mujeres de Misiones, y el País, exigimos pronto juicio oral y público”, dijo Maria Leite, madre de Vilma.

El caso del  soldado oriundo de El Alcázar, Carlos Luis Leandro Villar (21), acusado del crimen de Vilma Mercado, fue elevado a juicio en el mes de septiembre del 2020. El expediente había quedado a cargo del magistrado Petronio César Piris Da Motta. Al estar de acuerdo la querella con la elevación, el juez cerró la etapa de instrucción y remitió el expediente a la ciudad de  Eldorado.

A comienzos de mayo de 2020,  la Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores resolvió la prisión preventiva dictada por el titular del Juzgado de Instrucción 3 de Iguazú, Martín Brites. Villar fue acusado por el delito de “abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por femicidio y criminis causa”.

Femicidio:

Vilma Mercado murió asfixiada cuando perdió todas sus fuerzas en lucha por evitar la violación. Tenía la boca y nariz apretadas con cinta plástica de empaque, colocadas tan fuerte que le dejaron heridas en el rostro. Varias vueltas de la misma cinta utilizó el agresor para sujetarle los tobillos.

Las pesquisas reconstruyeron los  últimos pasos de la víctima: Esa noche la joven tenía previsto encontrarse con un joven. Vilma les contó esto a sus compañeras, pero no reveló la identidad del sujeto y después de ello su WhatsApp estuvo en línea por última vez el jueves 24 a las 00.05. El soldado acusado, en sus declaraciones, tuvo contradicciones en su relato, y presentaba  lesiones en sus manos y un chip de teléfono. Luego de eso, allanaron su domicilio y en el lugar encontraron el celular de Vilma, una soga y una cinta de embalar, objeto que tomó mayor relevancia en la causa tras el hallazgo del cadáver de la víctima.

El cuerpo de Vilma fue encontrado en una zona de monte ubicada al costado de la ruta nacional 12, en cercanías de la antena repetidora de TV Canal 12 y a unos 15 kilómetros del casco urbano de Iguazú.

La joven tenía los pies atados con una soga y el rostro encintado, lo cual la terminó asfixiando y provocando la muerte, según estableció la autopsia practicada. La víctima además tenía las prendas íntimas bajas y se constató que había sido abusada sexualmente.

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