Iguazú (LaVozDeCataratas) Se cumple un año desde el cierre de la frontera debido a la pandemia que llegó para cambiar completamente la manera en que percibimos y nos relacionamos en el mundo. En ese momento la incertidumbre reinaba en todas las decisiones tomadas ya que se enfrentaba un virus desconocido y muy contagioso. En el momento en que todo se paralizó, hubo personas que debieron trabajar en la trinchera de una guerra invisible e inesperada.

Uno de esos frentes fue el regreso de miles de argentinos que culminaban sus vacaciones y desesperados regresaban al país para poder hacer cuarentena en sus casas. Iguazú fue una de las fronteras que más repatriados recibió ya que pasaron alrededor de 8.500 personas en 5 días.

Los encargados de recibirlos y brindarles información fueron el equipo de defensa civil del municipio y parte de los Bomberos Voluntarios de Iguazú. Walter Ravelli, director de la Junta Civil del Municipio, en diálogo con LaVozDeCataratas, comentó que “En aquel momento teníamos más dudas que certezas porque nos encontrábamos ante una situación que desconocíamos lo que era el coronavirus. En un primer momento lo que se hizo fue tomar todas las medidas de bioseguridad, uso del barbijo, alcohol en gel,  guantes porque no sabíamos bien como funcionaba”. En ese sentido destacó que “todo el personal que estaba afectado al operativo, (bomberos, policía, gendarmería y migraciones) todos ellos entendieron el mensaje que se les paso, cuales eran las medidas de seguridad y ninguno de ellos resultó contagiado”.

Dentro de las tareas que tenía el equipo de bomberos y defensa civil se encontraba brindar información a todos los argentinos que estaban volviendo al país. A éstos se les proveyó artículos de higiene, que fueron donados por comercios y farmacias de la ciudad. “La verdad que llegó mucha gente, mucha gente, según los datos de Migraciones eran aproximadamente 8500 personas que habían ingresado en cinco días, por el paso internacional Iguazú, por suerte se los pudo repatriar”.

Los famosos “repatriados” se dirigían a un sin fin de destinos, entre los más requeridos se encontraba Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, pero también más de uno necesitaba volver a La Pampa, Mendoza, Jujuy, Tucumán, Entre Ríos, entre otras provincias cuando debido al Decreto Nacional, todos los tipos de transporte terrestres y aéreos estaban cancelados.

Desde entonces, el trabajo consistía en organizar a la gente para que puedan acceder a colectivos enviados por la provincia, vuelos sanitarios o micros de empresas que por una tarifa ofrecía regresarlos a sus hogares. Hasta que eso suceda la gente se aglomeraba en carpas y gazebos provistos por gendarmería y el ejército y el ánimo para nada era positivo.

Sobre ello, Ravelli explicaba que “teníamos dos frentes, el ánimo de la gente que venía desde afuera y quería regresar a sus hogares y el ánimo de la gente de Iguazú que no quería que la gente entrara a Iguazú”. De ese momento, se puede recordar a diferentes manifestaciones que se dieron en el centro de frontera de personas que exigían ser devueltas a sus hogares, y también posteos en diferentes redes sociales de ciudadanos de Iguazú que dominados por el miedo a lo desconocido pedía que no se les permita entrar.

Hoy, a un año de la odisea, las restricciones y los ánimos se han flexibilizado, sin embargo, la protección de uno mismo y de los demás debe ser el principal objetivo, por ello “tenemos que seguir con las medidas de higiene, tenemos que cuidarnos y así podemos salir, trabajar e interactuar con otras personas, mantengamos siempre las medidas de bioseguridad” concluyó el Director de la Junta Civil del Municipio.