Ciudad del Este (Bloomberg) La cuenca del río Paraná en el centro de Brasil está experimentando su peor crisis de agua en 91 años, según el operador de la red nacional, con los caudales de junio al 55% del promedio histórico del mes para caer al más bajo registrado.
Este sistema fluvial es el segundo más grande de Sudamérica, proporciona electricidad y agua para industrializados y al sur de Brasil soportes niveles de los ríos en los países vecinos, donde la sequía también ha hecho difícil la navegación.
Las consecuencias de los problemas del agua en Brasil se extienden mucho más allá de las fronteras de esta nación latinoamericana, con el retroceso de las vías fluviales que provocan interrupciones en la cadena de suministro y cuellos de botella en Argentina, el mayor transportista de harina de soja del mundo, y Paraguay.
“La vía fluvial Paraguay-Paraná también corre el riesgo de que la navegación se detenga”, dijo José Renato Ribas Fialho, superintendente de desempeño, desarrollo y sustentabilidad de Antaq. “Las barcazas ya están transportando a menor capacidad que hace un año, lo que aumenta el tiempo y los costos de transporte”.