Donde quedan las infancias en la pandemia

Las infancias atraviesan un presente dramático. Según los últimos datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, en nuestro país 6 de cada 10 niños vive en la pobreza y 2 de cada 10 viven en hogares que no alcanzan siquiera a cubrir la canasta básica de alimentos.

Por la Lic. Alejandra Perinetti, Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Argentina 

Es decir, pasan hambre. Por eso, este día de las infancias, está lejos de ser una jornada en la que podamos dedicarnos a festejar. Tenemos la responsabilidad de convertirlo también en un día para visibilizar las profundas vulneraciones de derechos que están sufriendo millones de niños y niñas en nuestro país.

 Las infancias y adolescencias fueron uno de los grupos etarios más afectados por las medidas tomadas para la contención de la pandemia. Debieron atravesar meses de encierro, sin encuentros con amigos, sin garantías de educación, sin cuidados en salud, con escaso o nulo contacto escolar y social. Les toca un mundo con familias que perdieron ingresos y duelaron familiares, en las que aumentó la violencia, el sufrimiento y la preocupación. Un mundo en duelo diario, con una pandemia que aún no parece tener final. Y aunque muchísimos niños, niñas y adolescentes utilizaron el juego como escudo protector, pidieron ayuda y pudieron atravesar este contexto, para muchos otros esto no fue una posibilidad. La salud mental de las infancias y adolescencias se vio seriamente afectada: la ansiedad y la depresión aumentaron y este incremento es una alarma que tenemos que escuchar. 

Desde Aldeas Infantiles SOS Argentina trabajamos a diario para revertir este panorama, del que tenemos muestras diarias en nuestro trabajo en territorio. Creemos que, aunque somos las personas adultas las que debemos garantizar las condiciones para el ejercicio de los derechos, este trabajo debe ser siempre de la mano con sus protagonistas. Por eso, trabajamos junto a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en la construcción de soluciones que los pongan en el foco. Las y los escuchamos, para intentar abordar las problemáticas desde una mirada no adultocéntrica y poder responder como merecen. 

Sabemos que construir infancias libres y felices no depende de actores aislados. Depende de un Estado presente, que articule su trabajo con la sociedad civil, con las organizaciones sociales, con quienes estamos en territorio cada día, con cada niño y niña y con cada familia. Y aunque las voluntades políticas son importantes, las intenciones por sí solas no alcanzan. Por eso creemos que es imperioso que el presupuesto en 2022 tenga a las infancias y adolescencias como real prioridad. Para que las políticas públicas que necesitamos puedan ser implementadas y monitoreadas y para que podamos generar datos certeros sobre la situación de nuestras niñeces. Solo así podremos construir soluciones a corto y largo plazo.

 En 2020 la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) decidió cambiar el nombre del histórico “Día del Niño”, por el de “Día de las Infancias”. Este importante cambio tuvo como objetivo representar el mundo heterogéneo de la niñez y visibilizar las múltiples infancias que habitan nuestro país. Hoy en día, mucha de esa pluralidad comparte el mismo denominador: la falta de acceso a sus derechos. El momento de revertirlo es hoy.

 

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