Guerra familiar, intrigas, investigación judicial y USD 7 millones que habrían sido hackeados y que aún no se recuperaron. Hace un año y medio estalló el caso Baggio: la propia dueña de la marca de jugos frutales –y diversificada también en muchos otros productos y negocios– sacó a la luz pública, por medio de una solicitada, una denuncia por estafa y un contexto familiar complicado.
La causa tramita en los tribunales de Gualeguaychú y tiene ramificaciones internacionales. Se habló de delitos graves, como vaciamiento, lavado de dinero, evasión tributaria, uso de facturas apócrifas e infracción a la ley penal cambiaria. Algunos vecinos de esa ciudad de 110.000 habitantes y famosa por sus carnavales, hablan de un trámite tribunalicio “cajoneado”. “Los Baggio tiene mucho poder acá”, dicen otros, por lo bajo también, aunque reconocen que los rumores también pueden surgir por “rencillas de pueblo”.
Como sea, según lo anunciado, a esa ciudad llegará el presidente Alberto Fernández para celebrar el Día de la Industria. Será el próximo 2 de septiembre y el evento, que organiza la Unión Industrial Argentina, será en la fábrica de Baggio. Alejandro Baggio, presidente de la empresa y uno de los protagonistas del escándalo, es vicepresidente de la UIA de Entre Ríos.
Qué pasó
“Queremos dar a conocer un hecho ilícito sufrido por RPB SA y cometido contra parte de la familia Baggio”. Esa fue la primera línea de la solicitada que la empresa –Rufino Pablo Baggio es el nombre del fallecido fundador de la compañía, hace 60 años– publicó en enero de 2020. Allí se detalló una supuesta estafa que había sido denunciado en la Justicia días antes y se reconocía fuertes conflictos de intereses entre los socios. Básicamente, los hermanos Baggio, descendientes de Don Rufino y Doña María Celia Munilla.
La compañía habló de la “utilización de tan lamentable suceso por parte de personas en conflicto de intereses con RPB SA y con socios de la misma, que pretenden hacer prevalecer apetencias e intereses de orden personal a costa del interés social de la firma, intentando hacer creer, a sabiendas de su falsedad, que el episodio persigue la disminución de su actividad, sin reparar que la magnitud económica del hecho representa tan solo el importe de seis días de facturación”.
Lo cierto es que desaparecieron casi USD 7 millones y se habló de una empleada que, supuestamente engañada con técnicas de phishing, transfirió ese dinero a varias cuentas en Hong Kong que luego fueron vaciadas.
De esa manera quedó en evidencia un contexto familiar “complicado”. Rufino y doña María Celia tuvieron cuatro hijos: Rufino Pablo hijo, alias “Pino”, Alejandro, Aníbal y Celia María. Cuando el fundador de la compañía murió comenzaron parte de los problemas. Su viuda cedió sus acciones a sus hijos, pero mantuvo el usufructo. O sea, sin tomar medidas ejecutivas, puede definir cargos en el directorio. Celia María le vendió sus acciones en el grupo a “Pino”, quien de esa manera se quedó con la mitad del paquete accionario. Pero el presidente de la compañía es Alejandro: allí lo nombró su madre. Aníbal, el otro accionista, está alejado del negocio. La tensión entre los dos hermanos es un clásico de Gualeguaychú porque uno dirige la empresa y otro tiene la mayoría accionaria, aunque no lo dejan pisar las instalaciones. Y desde ambos sectores sospecharon del otro cuando desaparecieron los USD 7 millones.
La causa
La causa está en manos del juez federal Hernán Viri, quien días después de la denuncia ordenó allanamientos a la planta de la empresa donde se elaboran jugos de fruta, gaseosas y productos lácteos, a una sucursal del banco Santander y a la casa de la empleada de la empresa. Viri no respondió los llamados de Infobae.
RPA asegura hoy que hay dos dependientes de la empresa y dos empleados de Santander procesados, medidas que aseguran fueron confirmadas por la Cámara Federal de Paraná. Desde el banco, en tanto, aseguraron que los empleados están en la causa, pero que no tienen vínculo con los hechos. “Actuamos de acuerdo a la ley y realizamos todos los controles. Los hechos se produjeron en la empresa y entre sus empleados y autoridades. No hay ningún elemento ni prueba en el expediente sobre participación del banco ni sus empleados”, detallaron voceros de Santander.
“Por su parte ha sido confirmado por el mismo tribunal de apelación el sobreseimiento del presidente del directorio de RPB SA, sobreseimiento que ya había sido dictado en el mes de octubre del año 2020 por el magistrado federal de primera instancia, Dr. Hernán S. Viri”, explicaron desde Baggio.
“Ese sobreseimiento básicamente tuvo su fundamento en que demostró que el presidente el mismo día de tomar conocimiento de los sucesos realizó innumerables acciones para recuperar los activos afectados, esclarecer los hechos ocurridos y encontrar a los responsables”, agregaron. Baggio asegura que hubo “recuperos de dinero” y que se “bloqueó la cuenta de primer nivel en la ciudad de Hong Kong y luego cuentas de segundo y de tercer nivel incluso en los Estados Unidos”.
La tensión entre los dos hermanos, es un clásico de Gualeguaychú porque uno dirige la empresa y otro tiene la mayoría accionaria, aunque no lo dejan pisar las instalaciones
Con todo, buena parte del dinero aún está desaparecido.
El año pasado, el apellido Baggio quedó involucrado en otro tema que también escaló en la Justicia: los incendios en la vera del río Paraná. “Pino”, el mayor de los hermanos, sería dueño de buena parte de la gran extensión de campo que se quemó. Desde la empresa sólo remarcaron que es una persona “que no está en el directorio”.
Visita presidencial
Como destacó días atrás Infobae, la próxima celebración del día de la Industria será en la fábrica de Baggio. Allí fue invitado el presidente Fernández y los empresarios de la UIA esperan que asista en persona. Luego de que Daniel Funes de Rioja asumiera la presidencia de la entidad fabril, y de algunos cruces mediáticos con integrantes del gabinete, como el ministro Matías Kulfas, la relación entre el Gobierno y la UIA se enfrió.
Más allá de que el presidente de turno siempre es invitado a la celebración industrial, y en la mayoría de las veces asisten, este evento puntual tendría como objeto principal retomar ese vínculo. Para las autoridades, además, sería un importante evento de campaña a 10 días de las PASO.
Según explicó la empresa en una nota que publicó días atrás el medio local El Argentino, el evento tendrá aforo limitado y no habrá prensa presente. Estarán presentes Fernández, el gobernador Gustavo Bordet, Funes de Rioja, Leandro Garciandía (UIA Entre Ríos) y 60 empresarios sentados con distanciamiento social. El Presidente llegaría en helicóptero al aeródromo local, a la Rural o, directamente, al parque industrial donde está Baggio.
“RPB es una de las pocas empresas nacionales que aún quedan con un gran arraigo en el país. Las empresas globales tienen otro marco en la cual toman las decisiones, en la que se comparan con otros mercados. Somos una empresa nacional desde la concepción, desde el propósito y la finalidad, lo que nos da una perspectiva distinta a las empresas globales”, destacó a ese medio Eduardo Piccini responsable de Marketing de la empresa.
Según la web de la empresa, Baggio tiene 1.500 empleados. En Entre Ríos posee una gran extensión de plantaciones de cítricos y una fábrica de 75.000 metros cuadrados donde elabora jugos de fruta, aguas saborizadas, aguas de mesa, gaseosas, sodas, leche chocolatada y diversos productos lácteos. En Concordia está su procesadora de frutas y envasadora de jugos. En Mendoza tiene Bodega RPB, con instalaciones en varias ciudades, producción propia de uva y también de aceite de oliva extra virgen de exportación. En la mendocina San Martín está la estancia “Don Ambrosio”, donde cosechan y procesan tomates; y en San Rafael producen duraznos.
En Villa Mercedes, San Luis, su empresa Juplast elabora el edulcorante líquido Sí Diet y en Ushuaia, Tierra del Fuego, Baplast produce envases plásticos para todos los productos del grupo. Tiene 10 centros de distribución en todo el país, exporta a más de 72 países y factura unos USD 300 millones por año.
Como detallaron, los 7 millones de dólares “perdidos” no afectaron el funcionamiento corporativo. Pero no aparecen.