Iguazú (LaVozDeCataratas) Elizabeth González es profesora hace siete años. Si bien estudió para ser Farmacéutica, en el desarrollo de dicha tarea se dió cuenta que la docencia era lo que la apasionaba y por ello: “hice la parte pedagógica porque me di cuenta que ser docente estaba en mi ADN y lo que me apasiona es enseñar” comentó a LaVozDeCataratas.
En Iguazú formó parte del plantel de escuelas privadas y desde hace un tiempo enseña únicamente en las EPET N°4 y N°51, las dos escuelas con enseñanza técnica que ofrece Iguazú.”Estas escuelas son bastantes diferentes, una es muy urbana y la otra está en la zona rural. Eso implica que hay que ejercer de maneras diferentes y marcadas la docencia y es algo que me apasiona y me doy cuenta que es lo mío” aseguró.
La EPET N° 51 se encuentra ubicada en el Paraje 2000 Hectáreas, los jóvenes y adolescentes que allí asisten provienen de la zona rural de ese Paraje y la matrícula actual supera los 150 alumnos. Susana, Roxana, Renzo, Brian y David quedarán en la historia de la escuela y de Iguazú al convertirse a fin de año en los primeros cinco Técnicos en Seguridad de los Alimentos que egresarán de la institución y ese trayecto fue acompañado por la profe Elizabeth, donde enseña diferentes materias relacionadas con la Química desde segundo a sexto año.
En ese sentido destacó que: “Mi enfoque está en sacar esa venda a los ojos de los chicos, e impulsarlos a ir más allá, que después de recibirse quieran seguir capacitándose y llegar a ser profesionales. Ellos están preparados para insertarse laboralmente en cualquier empleo que tenga que ver con las artes culinarias, pero también pueden estudiar más y más.”
Si bien los alumnos son de los alrededores de la escuela, los docentes diariamente realizan un esfuerzo enorme para trasladarse hacia el lugar, que tiene un largo camino de tierra, más aún en los días de lluvia: “El equipo docente es muy luchador, y estar ahí es desafiante. Por más que uno tenga vehículos es bastante complicado el acceso, aunque ahora se está arreglando. Cuando llueve hay mucho barro y el colectivo no entra, pero nosotros como profesores si o si tenemos que estar porque los chicos igual van, porque tienen un hambre de estudiar, aprender y progresar” relató la profesora.
Teniendo en cuenta las características de los alumnos, resaltó “Lo que nos debería caracterizar a nosotros los docentes de la zona rural es que por más que cueste, aprovechar esas ganas que tienen lo chicos, sacarle el jugo a eso y estar en la brecha”.
Más allá de enseñar, también los profesores se unieron para satisfacer otras necesidades de los alumnos y de la escuela: “hicimos actividades como polleadas para comprar pizarrones, colocar los aires en las aulas, porque el grupo de profes tiene muchas ganas de mejorar su escuela” destacó.
Para finalizar señaló que lo más importante para un profesor debe ser “el sembrar, motivar, tenemos esa gran responsabilidad de ser esa motivación para que sigan adelante. A veces es difícil, pero de nosotros depende dejar en la puerta de la escuela nuestros problemas personales y al estar frente al aula ser un referente porque somos los que podemos hacer que ellos sigan o se estanquen. Ser ese pilar que ellos necesitan”.