Tensión cambiaria: el Central llegaría a las elecciones con reservas líquidas negativas

El Banco Central cerró septiembre con una fuerte pérdida de dólares que exacerba la preocupación en el mercado acerca de una potencial crisis cambiaria luego de las elecciones o para inicios del año que viene.

Con las reservas netas líquidas cayendo en forma acelerada, o sea los recursos que en forma instantánea tiene el Central para intervenir, se estaría acortando el margen de maniobra que el Gobierno afirma tener.

Además, la dolarización se intensificó en septiembre, con el blue llegando a un nivel máximo de $ 187,5 el miércoles y los financieros cerca de $200, en un contexto donde el Banco Central (BCRA) tuvo que salir a vender cerca de u$s 951 millones en el mercado cambiario para abastecer la demanda.

La brecha cambiaria entre el blue y el mayorista terminó el mes cerca de 88% mientras que respecto al CCL libre, que se realiza con acciones, llegó a superar el 100% esta semana, alcanzando un nuevo récord. Además, en septiembre el interés por los bonos dólar linked fue en aumento dado que los inversores buscan mayor cobertura cambiaria.

GRA Consultora, que lidera Gabriel Rubinstein, alertó que se aceleró la caída de las reservas netas en últimos días y ahora, si se mantuviera el ritmo diario de deterioro de septiembre, ya ni siquiera llegarían al viernes antes de la elección. En esa fecha el BCRA tendría, a este ritmo, reservas netas líquidas negativas por u$s500 millones.

Preocupación

Según los cálculos de la consultora, el BCRA había arrancado septiembre con reservas netas líquidas de u$s5.822 millones (considerando los DEG del FMI pero sin contabilizar la posición en oro que tiene la entidad).

Luego, por el efecto del pago al Fondo (el 22 de septiembre se usaron u$s1.900 millones en DEG) las reservas líquidas cayeron para quedar actualmente -según GRA- en u$s2.285 millones.

De continuar la venta de dólares en el mercado, teniendo en cuenta que el Central terminó el mes con un saldo vendedor de casi u$s1.000 millones a lo que se le suma lo que gastó para controlar el contado con liqui (CCL) que se estima en otros 300 millones de dólares, las reservas “líquidas” seguirán cayendo.

Rubinstein advierte que en las próximas semanas hay que pagar intereses al FMI, lo que provocará una caída adicional de las reservas líquidas ya que se cancelan con DEG.

Así, estima, se llegará a ese momento con reservas líquidas por u$s 65 millones que luego caerían a un rojo de u$s 495 millones.

Atrincherados

Si bien es cierto que las reservas netas líquidas llegaron a ser negativas durante el Gobierno de Cristina Fernández, algo que le heredó a Mauricio Macri y pudo recomponer con préstamos del exterior para levantar el cepo, también había sido así el año pasado antes de que el BCRA actual pudiera recuperar sus arcas en el primer semestre del año.

De hecho, en noviembre del año pasado llegaron a estar entre 1.000 millones y 2.000 millones en negativo, según estimaciones privadas.

El Gobierno dice que es intrascendente el nivel de reservas líquidas porque “las reservas son las que están” y que todo se puede utilizar en caso de tener que enfrentar una crisis (que descartan).

Pero el mercado mira muy atentamente estos indicadores para visualizar si el BCRA tendrá que limitar más importaciones o acelerar una suba del dólar oficial para disuadir la demanda de divisas.

Por ahora, el foco está puesto en la disponibilidad de dólares hay para hacer frente a las presiones. No sólo vende en el MULC y en el mercado bursátil para descomprimir el CCL, sino que también lo hace en los futuros.

Se cree que tiene una posición vendedora en ese mercado de u$s1.700 millones, algo que viene creciendo también en forma acelerada. La pregunta es si el Central podrá contener otra crisis cambiaria.

“Con turismo libre habría menos divisas para el Central”

Aún con un “dólar tarjeta” arriba de los $ 170, el gasto provocado por el turismo emisivo podría resultar significativo. Hay que tener en cuenta que no sólo se trata de viajes a EEUU sino a cualquier lugar del mundo incluyendo países limítrofes. De hecho, para la temporada de verano es probable que muchos argentinos decidan viajar a Brasil, Uruguay o Chile, generando un fuerte salto del gasto en pasajes, hoteles y compras con tarjeta. Todos estos rubros impactan en el balance cambiario.

Por supuesto que el tipo de cambio súper alto es una invitación al ingreso de turistas extranjeros. Pero no necesariamente beneficiaría al Banco Central ese ingreso de dólares, al menos no directamente.

El 95% de las divisas que ingresen pasarán por el mercado paralelo, ya que el turista va a preferir cambiar a $ 180 que hacerlo a $ 95 a través del circuito oficial. Por lo tanto, podría ayudar a ponerle un límite a la suba del dólar paralelo y eso es positivo para el mercado cambiario.

Sin embargo, no le permitiría al Central acumular reservas, que es la mayor urgencia en este momento, y presionaría automáticamente sobre las escasas reservas líquidas del Central.

El economista Gabriel Rubinstein lo planteó en estos términos: “La cuenta de viajes desde la pandemia es USD 300 millones menos deficitaria por mes que antes y casi USD 750 millones menos que antes de la crisis 2018”. Y agregó que “con turismo libre habría menos divisas para el BCRA por USD 3.600 millones anuales”.

¿Hay dólares para turismo?

La reapertura de las fronteras que se implementó oficialmente desde ayer será asimétrica. Esto significa que la mayor parte del flujo se daría de afuera hacia adentro, o sea llegarían muchos más turistas por los pasos fronterizos que aquellos que estarían dispuestos a salir ante las fuertes diferencias entre el tipo de cambio de la Argentina y los países vecinos.

Se trata de un aspecto sumamente importante para entender cuál puede ser el impacto del regreso de los viajes en los próximos meses.

La balanza turística ha sido históricamente muy deficitaria en dólares, pero esa tendencia se cortó abruptamente con el inicio de la pandemia. La gran pregunta es: ¿cómo hará el BCRA para enfrentar el gasto en dólares de los viajeros si se reanuda con fuerza la actividad en el verano?

La llegada de turistas extranjeros no necesariamente beneficiaría al Banco Central. Habilitar un mayor flujo turístico planteará un gran dilema para el Gobierno. Por un lado, la actividad local precisa de un mayor ingreso de extranjeros, sobre todo en ciudades y aquellos destinos favoritos de turistas internacionales como Iguazú y la Patagonia, en especial en verano.

Pero la contracara sería un fuerte aumento en la cantidad de turistas que viaja al exterior: gastarán más dólares y podrían restarle al Central sus reservas líquidas.

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