Fernando Foletto: De guardaparque a técnico en investigación «Nací en la chacra, el monte es mi casa»

Durante el tiempo que fue guardaparque provincial se vinculó a la investigación científica, con proyectos que se desarrollaron en el Parque Nacional Iguazú y zonas aledañas. "Entender y conocer lo que estaba cuidando siendo guardaparque, fue como mi cable a tierra", contó a LaVozDeCataratas

Iguazú (LaVozDeCataratas) Fernando Foletto nació en Andresito, específicamente en el Paraje María Soledad que está entre Andresito y San Antonio. Fue guardaparque durante 10 años y desde el 2015 se desempeña como Asistente de investigación del CONICET desempeñando tareas en el Instituto de Biología Subtropical de Iguazú.

«Mi padre también es guardaparque hace 30 años y es como de cuna ese deseo por la conservación. Estudie en el IEA de San Pedro y me recibí de Técnico Agrícola, esa es mi formación de base y después haber crecido con un guaradparque» comentó a LaVozDeCataratas.

Después de salir de la secundaria, entre el 2002 y 2003 empezó a colaborar con una ONG que empezó que desarrollaba tareas de investigación entre los Parques Provinciales Foerster y Uruguaí, que es el Parque Provincial más grande: «comencé  a vincularme con biólogos e investigadores en tareas de monitoreo de fauna. La idea era hacer un corredor que uniera esos dos parques y para eso había que determinar si existía una conexión entre las dos áreas. De esa manera me empecé a involucrar con la ciencia» relató sobre sus inicios como investigador.

En el 2005 el Ministerio de Ecología abrió un llamado para guardaparque, en el cual Fernando presentó los papeles: «Debido a mi experiencia en la zona, porque conocía bastante la zona norte de la provincia, entre como guardaparque baqueano» explicó. Esta  es una figura de guarapaque que conoce el terreno, si bien no tiene formación profesional, si es experto en la práctica de campo. Así fue que entré a trabajar y me desarrollé durante 10 años como guardaparque en la zona norte de la provincia, Parque Forester, Uruguaí, 2000 hectáreas y 600 hectáreas donde el Ministerio tenía una figura de fiscalizador» narró.

En ese sentido destaca que  «Durante el tiempo que fui guardaparque nunca me desvinculé de la investigación científica siempre me vinculé a varios proyectos que se desarrollaron en el Parque Nacional Iguazú y zonas aledañas. La tarea del guardaparque era la fiscalización, pero en mis francos laburaba en asistencia técnica a la ciencia porque me gustaba».

En el 2015, se dio la oportunidad para dedicarse de lleno a la investigación:  «me presenté al concurso para asistente de campo, que se conoce como CPA, del CONICET y bueno fui seleccionado, quedando primero en el orden de mérito. Ahí renuncié al Ministerio de Ecología por una cuestión de incompatibilidad» comentó.

Sus tareas cambiaron y «ahora estoy abocado específicamente a la investigación, ayudo a la investigación de campo, la identificación de especies arbóreas y tareas de toma de datos crudos, ir al campo establecer parcelas para estudiar, armar la parte logística. entre otras, son mis tareas» explicó.

Uno de los recursos que le permitieron desarrollarse fue su vida en la colonia: «vengo de la chacra, en mi niñez y adolescencia  trabajé en el campo con mi familia, éramos tabacaleros y además teníamos todo lo que tiene una chacra. Entonces hay tareas que uno las tiene super interiorizadas, por ejemplo cuando me iba a la escuela tenía que pasar por una picada de monte y ahí fui conociendo, iba a pescar y eso es parte  de una formación. Para mi el monte no es algo raro, al contrario, estoy en casa» resaltó.

Otra de las patas importantes en su conocimiento fueron las personas y profesionales con quienes compartió: «Durante los 10 años que me desarrollé con guardaparque compartí con gente que sabe mucho que estaba 20 o 30 años antes. Ahí empecé a tener contacto con la selva y a conocerla. En ese momento uno se hace preguntas, por qué esta planta está acá, por qué crece así y no así o en otra parte, y esas preguntas las empecé a contestar desde la parte de la investigación. Eso fue lo que me llevó a estar donde estoy hoy y me encanta porque siento que la investigación científica es mi lugar».

Entender y conocer lo que  estaba cuidando siendo guardaparque, fue como mi cable a tierra. Son cosas que se re complementan, mi vinculación con la parte científica me sirvió para mi desempeño como guardaparque y viceversa» señaló.

Finalmente destacó el trabajo científico que se realiza en la ciudad y las tareas de visibilizarían de los mismos: «La investigación científica que se hace en Iguazú está como invisibilizada, entonces es importante dar a conocer que hay gente que está trabajando, haciendo cosas, estudiando y entendiendo los procesos y como funciona nuestro ecosistema, las problemáticas, las soluciones, esa información te permite tomar decisiones. Conocer que hay gente que está trabajando y generando conocimiento es interesante».

 

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