Iguazú (LaVozDeCataratas) El escultor Francisco Gustava López ha capturado magistralmente la esencia y las contribuciones de Eduardo Arrabal en una obra que refleja la dedicación y servicio incansables del homenajeado. La escultura se erige como un recordatorio permanente de la figura destacada que fue Eduardo Arrabal y su influencia duradera en la región.
Eduardo Horacio Arrabal fue más que un empresario; fue un ciudadano ejemplar cuyo legado trasciende los negocios para abarcar el crecimiento y bienestar de la comunidad. Su contribución al desarrollo económico equilibrado y sostenible, con un fuerte contenido social, lo ha convertido en un referente en la historia de Iguazú.
La rotonda de la Avenida Costanera, que ahora lleva su nombre, se convierte en un espacio de encuentro y recuerdo. La Municipalidad de Iguazú, en reconocimiento a la trayectoria de Arrabal, ha organizado este evento conmemorativo que busca rendir homenaje a un hombre pujante, luchador y promotor incansable del destino Iguazú.
Familiares, amigos y admiradores se unieron para recordar y celebrar la vida del «Grandote» en un acto cargado de emotividad. La placa que lo designa como «ciudadano ilustre» es un testimonio de su impacto duradero y su contribución al desarrollo sostenible de la región.
En la ceremonia estuvieron presentes sus familiares, hijos, nietos, su viuda y amigos, creando un ambiente de unión y gratitud. El legado de Eduardo Arrabal vive en cada rincón de Iguazú y ahora, en la rotonda que lleva su nombre, su memoria será perpetua.