Desesperación por falta de agua: el municipio delega la responsabilidad a la provincia y los vecinos solo encuentran la salida en la solidaridad

Los vecinos nuevamente son los rehenes del gobierno municipal que delega responsabilidades y de la empresa que no pudo preveer un fenómeno característico de la fecha. La solidaridad entre los ciudadanos es la única salida.

Iguazú (LaVozDeCataratas) Ya no es novedad que la ciudad de las «aguas grandes» se queje de la falta de agua. Sin embargo, el fenómeno se agrava teniendo en cuenta que este desabastecimiento se da en el esperado fin de semana largo de pascuas donde además de los vecinos, los emprendedores gastronómicos y hoteleros hacen malabares para brindar los servicios básicos a los tan esperados turistas que visitan la ciudad.

Ante la ausencia del líquido vital en las cañerías, la respuesta del Instituto de agua y saneamiento es que se debe a «la bajante del Río Iguazú» de donde se extrae el agua cruda para potabilizarla. Un fenómeno totalmente previsible y común en estas fechas lo que demuestra una falta de previsión de parte de la empresa y despierta la rabia de los usuarios.

También se multiplican los pedidos desesperados en redes sociales del algún vecino bondadoso con pozo perforado para abastecer a otros. La solidaridad abunda en la ciudad y es la única respuesta para quienes tienen la posibilidad de recorrer varias cuadras con bidones, baldes y tanques en búsqueda de un poco de líquido para asearse o cocinar. Los que no cuentan con movilidad, deben seguir esperando.

Mientras tanto, los concejales de la ciudad, después de una cataratas de críticas, elevaron una nota al gobierno provincial solicitando la resolución de «los cambios bruscos del Río Iguazú» delegando su responsabilidad de gestión. Los camiones municipales que en otro momento recorrían la ciudad llevando agua, no responden los llamados desesperados ya que según comunicaron desde la prensa municipal,  se encuentra fuera de servicio por mantenimiento.

Por otra parte, desde algunos colectivos se convoca a una manifestación frente a la planta potabilizadora, con la intención de visibilizar la importancia de vivir sin un recurso humano básico que se debe garantizar.

Por el momento,  la esperanza está puesta en las obras provinciales tanto de la toma en Barrio Santa Rosa como la del arroyo Mboca-í  recientemente licitada, que tiene prevista un año de duración. La espera parece ser la condena de una ciudad rodeada de ríos y cuyo nombre significa paradojicamente «aguas grandes».

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Pan de la abuela

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