El mapa de la pobreza en la Argentina: el drama sin fin que afecta a 7 millones de niños y a más de 13 millones de jóvenes y adultos

La proyección al total país de los datos del Indec del último trimestre 2020 para el conjunto de 31 aglomerados urbanos arrojó que, en sólo tres meses, 3 millones de personas dejaron de acceder plenamente a la compra de la canasta básica de alimentos y servicios

La pobreza por ingreso duele y mucho, más aún cuando se expande a un ritmo de más de 10 veces la tasa de crecimiento de la población, porque no sólo se deteriora año tras año el poder de compra de las remuneraciones, haberes jubilatorios y las ayudas dinerarias que a través de diversos programas administra el poder central, por la erosión que ejerce la aceleración de la inflaciónse cierran fuentes de trabajo, y el Gobierno piensa más en imponer regulaciones y prohibir o suspender exportaciones de sectores con alta productividad y competitividad, como es la producción primaria y la agroindustria, que en generar incentivos para revertir décadas de estancamiento.

El pasado 31 de marzo el Indec informó que la Encuesta Permanente de Hogares había arrojado para el promedio del segundo semestre de 2020 un salto de la pobreza a 42% de la población urbana, desde 35,6% un año antes cuando nadie, o muy pocos, alertaba de la llegada de la pandemia de covid-19. Pero, un mes y medio después, el organismo publicó los microdatos” desagregados por trimestre, los cuales, según el Observatorio de la Deuda Social Argentina (UCA), dieron cuenta de una realidad notablemente peor: entre octubre y diciembre la población que no contó con los ingresos suficientes para comprar la canasta plena de alimentos y servicios básicos se había incrementado en la proyección al total país en 3 millones de personas, a 20,53 millones, pasó de 38,8% a 45,2% del total de habitantes del universo relevado.

La pobreza por ingreso duele y mucho, más aún cuando se expande a un ritmo de más de 10 veces la tasa de crecimiento de la población

Muchas veces, a efectos de no alarmar a los políticos, y en base a fundadas razones de manejo de estadísticas, se aconseja no “extrapolar” los datos de los 31 aglomerados urbanos que representan el 63% de la población al resto del país. Sin embargo, la singular heterogeneidad de la geografía nacional y de la densidad demográfica en cada una de las jurisdicciones relevadas permite desatender esa observación, y alertar mejor sobre la gravedad de una realidad que duele, porque no se trabaja para revertirla, con planes integrales de corto, mediano y largo plazo.

La gravedad de la realidad social se torna más inquietante cuando se advierte que no se trabaja para revertirla, con planes integrales de corto, mediano y largo plazo (NA)La gravedad de la realidad social se torna más inquietante cuando se advierte que no se trabaja para revertirla, con planes integrales de corto, mediano y largo plazo (NA)

Más aún cuando en plena crisis económica y sanitaria, el Poder Ejecutivo, gran parte del Legislativo, e incluso en el sistema judicial, se malgasta tiempo en cuestiones institucionales que escapan a las urgencias y preocupación de la población, como la pérdida de días de clases y la incorporación en sólo 3 meses de casi 1,1 millones de niños de hasta 14 años al estado de pobreza. Subió a 62,9% de ese universo, con extremos de 72,7% en los partidos del conurbano bonaerense, y ya significa más del 15% del total de habitantes en la Argentina.

En los últimos 3 meses de 2020 se incorporaron a la situación de pobreza casi 1,1 millones de niños de hasta 14 años

Variaciones por edades y regiones

En ese segmento, la excepción fue la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde pese a la suspensión de las actividades en las grandes cadenas comerciales que incluyen actividades de esparcimiento y gastronomía, como de turismo local e internacional, la notable diferencia de ingreso medio con el resto del país permitió que pese a debilitarse y acusar el efecto de la crisis sanitaria y económica, logró reducir el universo en estado de pobreza en el trimestre y en el año, a 23,7% de sus residentes.

En el resto del país, los niños que acusan un consumo insuficiente de alimentos y servicios básicos para posibilitar un adecuado desarrollo y crecimiento representaban el 60% del total de esa franja etárea, y se estimó en poco más de 50% en la región patagónica. Pero en todos los casos, salvo en CABA, la tasa de aumento de la pobreza se incrementó en torno al ritmo del promedio nacional de ese universo, entre 8 y 11 puntos porcentuales, en apenas 3 meses.

Un comportamiento similar, aunque con tasas menores, por la posibilidad de la población adulta de generar algún ingreso, se advierte en el mapa de la pobreza en las franjas de 15 a 64 años, aunque, como en el caso de los niños, con incrementos en cantidad de personas extremadamente superiores al crecimiento vegetativo de la población en el trimestre: 663.000 en el tramo de 15 a 29 años, pese a que se sumaron a esa franja unas 3.000 personas; y 938.000 individuos en el de 30 a 64 años, el cual habría sumado 67.500 habitantes.

Se observaron incrementos en cantidad de personas extremadamente superiores al crecimiento vegetativo de la población en el trimestre: 663.000 en el tramo de 15 a 29 años, y 938.000 individuos en el de 30 a 64 años

Mientras que en el segmento extremo de 65 años y más, los microdatos del Indec detectaron una tasa de pobreza por debajo de 14%, se elevó en 3,7 puntos porcentuales, equivalente a unas 197.000 personas, muy inferior al promedio del resto de las franjas etáreas, por efecto del refuerzo trimestral de los ingresos de los jubilados y pensionados, que les posibilitó atenuar el perjuicio de la aceleración de la inflación que se observa desde agosto.

Subibaja de la indigencia

La población que no logró disponer de los recursos monetarios suficientes para poder comprar la totalidad de la canasta básica de alimentos bajó en unas 15.000 personas en el trimestre octubre a diciembre, a 4,8 millones de habitantes, por efecto de los refuerzos transitorios de los planes de asistencia social. Sin embargo, la tasa de 10,6% de habitantes en estado de indigencia, muchos de los cuales habitan en las calles de los centros urbanos, significó un aumento en poco más de 900 mil personas en comparación con un año antes.

Pese a los planes asistenciales en pesos, como la AUH, IFE y otros, unas 4,8 millones de personas no cuenta con los recursos monetarios suficientes para poder comprar la totalidad de la canasta básica de alimentos

En ese caso, la Encuesta Permanente de Hogares del Indec detectó bajas respecto del trimestre octubre-diciembre de 2019 en las franjas de hasta 12 años; mientras que se incrementó significativamente en los tramos de 13 a 17 años, 4,3 puntos porcentuales, a 19,1%; subió en 2,5 pp y 2,1 pp en el segmento de 18 a 29 años y de 30 a 64 años respectivamente, a 11,6% y 9,1%, en cada caso.

Nuevamente, como en el caso de la pobreza, la región con más alta proporción de niños indigentes -hasta 14 años- se mantuvo firme en el conurbano bonaerense con 20,8%; aunque el salto más significativo se localizó en el NOA (Noroeste Argentino -Salta, Jujuy, La Rioja, Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero-, aumentó en 10,3 puntos porcentuales en el trimestre y 3,1 pp en el año, a 15,9% de sus habitantes.

La región con más alta proporción de niños indigentes -hasta 14 años- se mantuvo firme en el conurbano bonaerense con 20,8 por ciento

En el resto de las regiones se observaron subibaja en las tasas de indigencia, y en un rango de 1 por cada 10 niños con nutrición insuficiente para su adecuado desarrollo.

 

 

 

Infobae

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