Iguazú (LaVozDeCataratas) Con su nuevo single, sucesor de “Mercurio”, el misionero opta por una dinámica un tanto más orgánica que en sus anteriores entregas. Mediante una fusión energética de guitarras criollas y acústicas en primer plano, con pads de sintetizadores y samples mínimos como ruidos en la selva, logra transportar la temperatura del cuerpo hacia el calor y la humedad de la triple frontera.
Janddro de 26 años vive en Iguazú, es compositor y productor musical oriundo de Jardín América, “empecé con la música a los 8 años tocando folclore. A medida que iba creciendo incursioné en el rock argentino e internacional. Ya a los 18 producía mis propias canciones con la compu y de esta forma me incorporé en la producción musical jugando con géneros urbanos y electrónicos”, contó a LaVozDeCataratas
Con un estilo suave y armonioso, contó que “con respecto a los géneros musicales en el momento de producción hago una especie de «alquimia» porque más allá de que se pueda identificar recursos musicales de géneros específicos es muy difícil encasillar mi música en un solo estilo.
Por qué dos? «Somos Dos» surgió con la idea de hacer una nueva música popular misionera y Argentina. Es una canción inspirada en anhelos populares, todo el mundo ama su lugar natal y al mismo tiempo desea irse para prosperar. Es algo que de alguna manera en algún momento u otro a todos se nos cruza por la cabeza”
Janddro interpreta sus propias creaciones. Lo hace todo, “desde los primeros acordes en la guitarra y las primeras palabras hasta los últimos arreglos de producción”
Somos dos: propone un diálogo entre lenguajes que naturalmente se entrecruzan, al igual que un río que fluye y se hace mar. Así, las influencias folklóricas regionales y varios elementos de la canción pop guitarrera son mezclados con delicadeza, adhiriendo la frescura que lo caracteriza como toque final de la fórmula secreta para crear una propuesta que habla al oído bien de cerca, sin perder su espíritu bailable.
Con “Somos Dos”, Janddro sigue compartiéndonos fragmentos de su universo temático, ofreciendo con sus letras un repertorio de postales cotidianas, que se adentran en la memoria ni bien se funden en la música. Con la nostalgia como cortesía de la casa, el misionero canta “melancolía / indefinida / así es mi birra / cuando se enfría”, mientras parece que a sus costados se abre paso un campo de arena caliente, que solo se calma cuando sus labios se relajan con lo fresco de la espuma. (Ariel Duce Beme)