Se recibió de Contador Público a los 74 años

Superados varios obstáculos personales, Mario Giménez aprovechó una mesa extraordinaria de la Facultad de Ciencias Económicas y se presentó a rendir Tributación II de manera presencial.

Iguazú (LaVozDeCataratas) Entre los estudiantes que se presentaron en las mesas de exámenes extraordinaria en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNaM, a los 74 años Mario Giménez rindió su última materia, Tributación II, y ahora es Contador Público. De esta forma, cerró una etapa y espera poder dedicarse a servir al prójimo.

El nuevo profesional explicó que en la cursada “todo fue normal y pude seguir a la par de mis compañeros de clase hasta el cuarto año, hablamos de alumnos de 20 a 25 años, muy jóvenes todos. Logré mantener el mismo rendimiento que estos chicos, pero tuve algunos problemas bastante graves de salud hace años que me llevaron a posponer que pueda rendir este final. Incluso llegué a desistir en seguir en la Universidad, pero evidentemente Dios no quiso eso y logré recibirme”.

Giménez relató que “con el tiempo todo se arregla y finalmente pude concluir este ciclo. Mi propósito final es devolver a Dios todo lo que me dio. De ahora en más, quiero trabajar para los demás y mi lema es tratar de enseñar, ayudar y estar para las personas”.

La evaluación fue oral y presencial, con los protocolos aprobados desde el Consejo Directivo de la Universidad Nacional de Misiones para aplicarse tanto en parciales como en finales.

“En la UNaM existe una calidad académica que es excelente y no tengo más que palabras de elogio para todo el equipo educativo. Entre los costos que implica, se encuentra la cantidad de tiempo que debe invertirse para la carrera. Ingresé en el 2013 y me retrasé en los últimos dos años de la carrera. Me rompí el alma para intentar no retrasarme en los años de cursada, porque tengo muchos compañeros que quedaron en el camino y es una lástima”, agregó.

En cuanto a su historia personal, Mario Giménez compartió que “soy Perito Mercantil y también me recibí de Ingeniero Químico, a la cual me dediqué en toda mi etapa de juventud. Luego de trabajar 40 años, cuando me jubilé busqué la forma de seguir y decidí ir hacia las Ciencias Económicas, algo que siempre me gustó. Fue la secretaria académica una de las que me impulsó a que pudiera seguir la carrera de Contador”.

Ahora cerrada esta etapa de formación, aseguró que “creo que recibí una fortaleza desde lo superior, porque mis compañeros siempre se asombraron de la energía que tenía para superar los problemas y avanzar por esto. La facultad no es nada fácil y me parece que hay menos estrés trabajando que cursando, porque requiere una carga extra en lo intelectual”.

El Contador Público egresado de la UNaM remarcó que “debo mucho a mis compañeros y compañeras, porque realmente fueron el sostén más importante que tuve, luego de mi familia. Creo que si no fuera por ellos no hubiera podido seguir, porque también tengo un problema auditivo. Así que siento que les debo una parte de mi vida. En tanto que mi familia supo estar conmigo en este proceso, junto con Dios claro”.

Entre los mensajes para las futuras generaciones de estudiantes universitarios, precisó que “a mi parecer lo fundamental es fortalecer la mente, el cuerpo y el espíritu”.

En este sentido, contó que “tengo tres hijos, uno es abogado, otro contador y mi hija es licenciada en nutrición, tengo una nieta de dos años. Todos son profesionales y es muy importante el ejemplo de los padres para los chicos”.

De aquello que superó en estos años, reflexionó que “el cigarrillo nubló un alto porcentaje de mi capacidad y mi padre falleció por este vicio. Gracias a Dios pude superarlo. Cuando lo dejé, empecé a hacer ejercicio y hasta pude correr en algunos encuentros deportivos”.

 

Fuente: Primera Edición

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