#Opinion: «Sobre cómo cubrir el sol con las manos»

La metáfora “no quieras cubrir el sol con las manos” aplica al modo en que parte del periodismo local de Puerto Iguazú está intentado cubrir, o mejor dicho, encubrir el reclamo de la gente por el acceso al agua.

*Por Matías Tilocca

Algunas de las personas que se manifiestan en estas semanas en las calles contra la desidia gubernamental histórica y coyuntural respecto a la infraestructura hídrica en Iguazú, en turno vespertino, este jueves, asistieron al Concejo Deliberante del Municipio y en plena sesión abrieron las puertas, poniendo los cuerpos frente a quienes legislan “para el pueblo” y exponiéndose en pandemia (en Iguazú aumentan los contagios de Covid-19) como una manera de hacer llegar sus voces directamente, de poder verle los ojos a los concejales y decirles con toda razón que nada están haciendo para el bienestar y la salud de la población local.

En este contexto de contagiosidad, ¿creen que la gente tiene ganas de juntarse, con el riesgo que el contacto estrecho significa por el coronavirus? Las vecinas de Iguazú salen a reclamar porque ya se tornó insoportable el día a día sin agua. No te podés bañar, no podés hidratarte, no te higienizas, tus animales de compañía padecen lo mismo, tu huerta está sedienta porque ni la lluvia se acuerda de caer por aquí, y es ahí donde empiezan a florecernos todo tipo de dolencias físicas y emocionales.

Con todo el viento en contra, la gente sale de su comodidad y se acerca al lugar donde deberían tomarse las decisiones estatales importantes para la resolución de los problemas, y es tanta la bronca acumulada por la no respuesta, por el aletargamiento de las posibles soluciones, por la ineficacia de las “soluciones” a medias, que la corporalidad y la reflexión profunda derivan en derribar la puerta del Consejo. Y el medio El independiente Iguazú le imprime la etiqueta fea e incorrecta de “revoltosos” o la periodista de CVI solamente enfatiza en la puerta rota.

Es injusto el adjetivo y el énfasis arbitrario, y marcan la distancia grave existente entre los reclamos de la sociedad y la ética periodística que debería tener como objetivo siempre contar lo real. Pero no es el caso, la indignidad de sobrevivir sin agua se abrevia en lo revoltoso de abrir una puerta (que no tiene por qué estar cerrada), y se intenta en las notas periodísticas posteriores “tapar el sol con las manos”, reducir la gravedad de la situación al berrinche de unos pocos inadaptados.

No es ese el periodismo que representa las vivencias de la gente de Iguazú, con una ética desvencijada, sin luces, y con notoria falta de compromiso comunicacional para el bienestar social de nuestra comunidad.

* Matías Tilocca, Licenciado en Letras – Artes y Mediación Cultural

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