Iguazú (LaVozDeCataratas) Marcela es una mujer de 56 años, oriunda de Buenos Aires que encontró en Iguazú el lugar donde quiere vivir. Trabajó en varios lugares durante mucho tiempo, pero hace algunos años, cuando su nieto empezó a formar parte de su vida, se dio cuenta que en la ciudad no hay muchas ofertas de entretenimiento para niños. Por ello decidió empezar con un emprendimiento con una orientación hacia el arte para que los chicos puedan disfrutar de la tarde en la plaza.

“Surgió porque vi que no había mucha diversión para los chicos, eso me inquietó y bueno ahí surgió la idea. Yo le ofrezco que puedan expresarse a través del arte, pintando un personaje animado, es increíble lo que los chicos pueden llegar a hacer” comentó a LaVozDeCataratas.

Cada sábado y domingo, después de las 15:30 horas, Marcela ubica pizarrones en la plaza, y lleva consigo fotocopias de varios personajes animados que los niños pueden elegir para pintar con pinceles y témpera.

“Hace seis años, empecé con cinco pizarrones viajando en colectivo, después fui comprando más y me trasladaba en moto, con una persona que me llevaba. Hoy tengo más pizarrones y tengo que ir en remis” añadió.

La propuesta fue muy bien aceptada y cada fin de semana chicos y a veces grandes, liberan su creatividad en cada pintura.  “A través del arte, los niños pueden volcar sus emociones e inclusive es remendados por psicólogos y terapeutas, en ese rato ellos pintan, se divierten y desarrollan una creatividad increíble, que muchas veces te sorprende lo que pueden hacer”  explicó Marcela.

Consultada sobre el destino de los dibujos, la mujer relató que “Los niños se quedan con el dibujo algunos niños me lo regalan, otros me dicen le voy a llevar a mi papá o a mi mamá, hay otra mamá que llevó el dibujo, lo plastificó y ahora lo usa de individual” .

Su trabajo también es apreciado por padres y visitantes “Los papás me felicitan, se ponen contentos de ver la capacidad de su hijo, también los turistas me sacan fotos y me dicen que van a llevar el emprendimiento a su país o a su ciudad” comentó.

Los niños no tienen límite de tiempo, una vez que se sientan, solo se levantan cuando consideran que su trabajo ha terminado y los resultados en más de una ocasión sorprenden