Misiones sigue en “zona de riesgo” por la fiebre amarilla

Tras el operativo casa por casa en municipios del norte correntino limítrofes, el titular de Epidemiología, Jorge Gutiérrez, aclaró que el 95% de la población está vacunada en la tierra colorada.

Iguazú (LaVozDeCataratas)

La vacunación casa por casa contra la fiebre amarilla, que se realizó en municipios correntinos limítrofes con Misiones, encendió una luz de preocupación en la tierra colorada, producto de la “sensibilidad” en la población a la problemática epidemiológica que ya tiene como protagonistas principales al COVID-19 y el dengue.

El director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, Jorge Gutiérrez, explicó al respecto que “los amigos correntinos salen cada tanto a hacer este tipo de operativo. Pero, en realidad, nosotros también estamos en riesgo por eso debemos estar todo el año vacunando, a la expectativa que no se nos escape ningún tipo de situación. Estamos en el grupo que corresponde a toda el área de frontera desde el norte de Entre Ríos, pasando por toda la zona costera de Corrientes y de Misiones como Formosa. Tenemos un riesgo y estamos todo el tiempo monitoreando”.

Dijo que la fiebre amarilla “es una enfermedad compleja porque tiene varias patas: la aparición de monos especialmente los carayá, que pueden llegar a morir; los mosquitos propios de la infección como el Haemagogus, Sabethes que son de altura en los árboles; y el Aedes porque es el responsable de la parte urbana de la enfermedad”.

Gutiérrez explicó que “se sigue de cerca cualquier contagio en humanos por eso es importante la vacunación e intercambiamos información en forma constante con Nación que toman la referencia de nuestra actividad de monitoreo con monos, bajo un protocolo que se activa con un ejemplar muerto en cualquier lugar de la provincia, al que se le realiza la autopsia. En el Instituto Maistegui se le realiza la prueba molecular para saber si el mono tenía la enfermedad”.

Contó que hace “tres o cuatro meses, en un municipio brasileño que está a 50 kilómetros de Bernardo de Irigoyen apareció un carayá muerto y reactivó al alarma. En lo que va del año tuvimos la muerte de dos monos que fueron autopsiados y dieron negativo”.

En personas, el funcionario de Salud Pública recordó que los casos se dieron “por 2008-2009 que fueron en la época donde realmente afectó a Misiones. Tuvimos un informe de 86 monos carayá muertos, la mayor parte autopsiados si se recuperaron los cadáveres. Una de las cosas que vieron entonces es que, cuando un mono fallece de fiebre amarilla, le toma todo el cuerpo. Por eso hay que tener respeto por el mono carayá porque es un monitor muy sensible”.

Gutiérrez destacó el apoyo de organizaciones de la sociedad civil que colaboran con el Estado para el seguimiento de la situación epidemiológica por la fiebre amarilla. Aclaró que “todo investigador que llega a la provincia debe estar registrado para estudiar cualquier cosa para ser autorizados tras informar los resultados de sus investigaciones en nuestra provincia”.

 

Fuente: Primera Edición

Array

SEGUINOS

error: Contenido protegido!