Iguazú (LaVozDeCataratas) Este año, el Gesto de Peregrinación tuvo como lema «José levántate, toma al Niño y a su Madre». La celebración central se realizó el día domingo con la presencia del obispo emérito de la diócesis de Iguazú Marcelo Martorell y celebrada por el actual obispo Monseñor Nicolás Baisi, y reunió a cientos de jóvenes que llegaron de varias localidades de la Diócesis para participar de los festejos desde el día sábado.
Los primeros en llegar el día sábado fue la peregrinación en caravana desde Puerto Leoni, con la imagen de madera de cancharana de la virgen Santa María del Iguazú, desde el Santuario recorrieron las calles de la ciudad hasta la costanera Eduardo Arrabal.
El día domingo se celebraron misas durante todo el día, en la que los fieles llegaron caminando al santuario para acompañar y pasar el día.
La celebración central fue celebrada por Monseñor Nicolás Baisi, acompañada por los sacerdotes de la Diócesis, diáconos y seminaristas, quienes vivieron una verdadera fiesta de la Iglesia católica.
Peregrinación: Históricamente la peregrinación se realizaba caminando desde Puerto Libertad hasta el Santuario Santa María de Iguazú. Desde el inicio de la pandemia es la primera celebración que se realiza con fieles presentes, en la que muchos optaron, como comunidades de Iguazú llegar caminando al lugar.
La Imagen: Corría el año 1986 cuando se crea la Diócesis de Iguazú bajo la conducción del Obispo jesuita Joaquín Piña. Al año siguiente surgió la voz del pueblo solicitando nombrar una patrona de la Diócesis, protectora del pueblo.
Los datos históricos demostraban que en 1626 había existido una reducción jesuítica junto a las cataratas que se llamaba Santa María del Yguazú, pero de la cual no quedaron restos porque estuvo pocos años. Sus fundadores fueron los padres Diego Boroa y Claudio Buyer. Esta reducción se trasladó al sur de la provincia de Misiones donde están actualmente las ruinas de Santa María, cerca de Concepción, por la persecución de los mamelucos, y porque quedaba muy aislada de las demás reducciones.
Cuando se intentó rescatar de las cenizas el título de Santa Maria del Yguazú, su imagen no existía más. Por esto, en un primer momento se pensó en encargar una talla, réplica de alguna de estas antiguas imágenes jesuíticas, del clásico barroco colonial. Pero parece que la Virgen no quiso que fuera así. Tal vez porque, lo que hoy pretendemos no es exactamente reeditar lo que fue, sino crear algo nuevo, aunque en la línea histórica de lo que fue.
Por esto, y de un modo providencial, aparece esta imagen, que es una creación artística, de un estilo nuevo, original, pero sobre todo autóctona de profundas raíces en la tierra, como las del tronco de este árbol misionero que se llama cancharana.
Don Rodolfo Allou lo había tallado en 1980, inspirándose en la mujer pobre y campesina, que habita nuestras picadas. Mujer sufrida con su hijito en los brazos, que acuna y estrecha contra su pecho en actitud de mucha protección. Sus manos no es que sean tan finas y femeninas, exactamente como las de la mujer del campo, que tiene que trabajar la chacra. Está parada, y tiene en sus brazos al Niño, para que todo se centre mejor en el misterio de su hijo Jesús. El rol de María será siempre llevar a Jesús.
Finalmente se llegó a un acuerdo de tomar esta imagen y para el 16 de agosto de 1987, primer aniversario de la Diócesis se preparó una novena muy importante en la catedral. El último día se hizo una misa frente a la catedral, donde asistieron innumerables fieles. El Padre Obispo presentó la imagen tallada por Rodolfo Allou y realizó tres preguntas:
- ¿Ustedes, pueblo de Dios, aquí en Iguazú, quieren que elijamos a la Santísima Virgen con ese título SANTA MARÍA DEL YGUAZÚ, como patrona de la diócesis?
- ¿Ustedes quieren que cada año le celebremos su fiesta en esta fecha?
- ¿Ustedes quieren que elijamos un santuario? A las tres preguntas el pueblo respondió afirmativamente y así quedó proclamada la patrona de la diócesis por proclamación popular el día 16 de agosto de 1987.
Durante todo el año siguiente, para que la conociese toda la diócesis, estuvo recorriendo pueblo por pueblo, capilla por capilla. Cuenta la historia que por los pueblos de la ruta 101 los protestantes incluso se iban detrás de la Virgen. Para el año 1988, al año se la consagración de la Virgen Santa María del Yguazú, no había un lugar donde los fieles puedan adorar la imagen. Fue allí que Piña gestionó con la legislatura de la Provincia de Misiones que cediesen un terreno. Cuenta el obispo “Nos iban a dar un terreno sobre el rio Paraná.
El intendente que había entonces, el Negro Velázquez, dijo: ¿cómo va a ir Santa María del Iguazú sobre el Paraná, tiene que estar sobre el río Iguazú? Entonces se cambió el lugar y nos cedieron este terreno porque queríamos que fuese lo más cerca de las cataratas. Así es que nos cedieron ese terreno donde está actualmente el santuario.” No había vía de acceso y llegó el día en el que había que abrir un camino porque eso era puro monte, cerrado, no se podía entrar; ”le digo al intendente que si no abrían el camino lo iba a hacer yo: con machete y dando hachazos”.
En ese momento se dirigieron Piña y Velázquez a Urugua-í, donde se estaba haciendo la represa y solicitaron colaboración al jefe de obra de Urugua-í, quien cedió una la maquinaria y la mano de obra para abrir el camino. La máquina abrió camino, pero no hasta donde está ahora el santuario, sino hasta la curva. Cuenta la historia que en el camino encontraron un tronco muy grande de donde se sacó una ventana y se puso la imagen de la Virgen para la fiesta. Luego la imagen se guardó en la catedral. Eso fue en el año ‘88, en el segundo aniversario de la diócesis.
Con información de la Dirección de Patrimonio histórico de Iguazú.
