¿Qué es el cosplay? ¿Cuál es su origen? ¿Por qué es tan popular en todo el mundo? ¿Cualquiera puede ser cosplayer? ¿Qué significa ser «otaku»?
En los años setenta en Japón nace el cosplay, que es una contracción de las palabras en inglés “costume” y “play”, que se podría traducir al español como interpretar «disfrazado» o «jugar disfrazado». En Tokio en los ‘70 comenzaron a realizarse jornadas en donde se lucían vestuarios de personajes de ficción, por lo general de películas, cómics, videojuegos, entre otros contenidos.
En definitiva, el cosplay podría definirse como la representación realista de una idea o de un personaje de ficción, que requiere del armado de los mismos.
Uno de los puntos más interesantes del cosplay es el proceso de construcción del personaje. Muchos confeccionan sus propios trajes, buscan la peluca adecuada, el maquillaje pertinente, crean «props» (accesorios) y demás, para obtener como producto final el disfraz del personaje completo.
En diálogo con Télam, la diseñadora e ilustradora Sofia Cooke (26) cuenta sobre sus inicios en el cosplay, la situación de esta práctica japonesa en Argentina, el contexto pandémico y otras curiosidades. La pueden encontrar en Instagram como @cooke.sofi bajo su apodo «Okami».
Desde pequeña, Cooke es apasionada por los videojuegos, el cine y la animación. “En 2013 fui por primera vez a la Argentina Comic Con (evento) y me quedé muy sorprendida. Por más que sabía lo que era el cosplay, nunca lo había visto en persona. Me atrajo la idea de darle vida a un personaje animado y compartirlo con otros. También el crear ‘props’ de forma artesanal. Siempre me gustó todo lo relacionado al arte”, reflexiona Sofia. Al año siguiente, se animó a su primer cosplay: Mikasa Ackerman de la serie «Attack On Titan».
Okami explica que las razones de selección de un personaje son muchas. En su caso ella los elige cuando tiene “una conexión especial, cuando me siento identificada y pienso que sería interesante llevarlos a la vida real”.
A su vez, puede que exista una forma de canalización o sublimación de algunos sentimientos, como sucede con otras actividades, hobbies o expresiones artísticas: “como una forma de descarga o escape que nos impulsa a aprender nuevas técnicas y habilidades. Y puede ser una forma de diversión y distracción de la realidad”, agrega Cooke.
En cuanto al armado de vestuarios Okami comenta que es muy común que sea un “trabajo en equipo». Disfruta mucho de armar espadas y accesorios con diferentes materiales como madera, telgopor o goma eva, o accesorios como collares, coronas, etc. “No me llevo muy bien con la costura así que la ropa suelo mandarla a hacer. No hay reglas, se pueden comprar, mandar a hacer o uno puede realizarlo desde cero, todo es válido”, comenta la cosplayer.
También Télam contactó a María de los Ángeles Guayare (30), modista, estudiante de gastronomía y cosplayer hace diez años, a quien pueden encontrar en las redes como @velociraptito.cos. En su caso, comenta que a veces se pasa “meses buscando la peluca exacta y perfecta”. A diferencia de Okami, Velociraptito cose sus propios trajes y ese proceso es una de las cosas que más le gustan de hacer cosplay. Se siente muy orgullosa al ver el resultado final de sus vestuarios.
A partir de la globalización, el animé llega a nuestro país a fines de los noventa, principios del 2000 con series japonesas, como «Caballeros del Zodíaco» (SaintSeiya), «Sailor Moon», «Dragon Ball», entre otras. De esa manera se empezó a formar una comunidad de fanáticos que “quizás ya lo eran de las películas animadas”, explica Okami.
El hecho de querer participar de forma activa de estos intereses hizo que surgieran los eventos. “El cosplay atrajo mucho a las personas que les gusta actuar, las artes visuales, crear, dibujar. Como es mi caso, el dibujo y el cosplay son mis dos pasiones”, describe Cooke.
En la actualidad, esta actividad originaria de Japón tiene otras dinámicas debido al mundo digital y las nuevas tecnologías, lo que también hace que se haya popularizado más aún entre aquellas personas que no conocen o no practican cosplay.
Para Maria de los Ángeles el cosplay “sirve para unir a la gente, para conocerse con otras personas que tienen los mismos gustos, que quizás en otras situaciones no se darían esos vínculos. Gracias a las redes conocí a muchas amigas”.
Durante el 2020 con la pandemia, las reuniones se vieron limitadas, pero la actividad se reinventó a través de las redes sociales. Por ejemplo Argentina Comic Con y Argentina Game Show armaron concursos de cosplay virtuales con votaciones de los usuarios. Sofia Cooke cuenta que se hicieron muchos «challenges» (desafíos) grupales en tik tok por ejemplo”.
Sin embargo, la presencialidad de estos encuentros es muy necesaria para los y las fanáticas. La situación y las sensaciones en los eventos de cosplay es muy particular y solo quienes han asistido a alguno lo saben: “ver muchísimas personas juntas, vestidas de distintos personajes es un mundo diferente, para divertirse y compartir su trabajo con otros fanáticos y cosplayers. Es una sensación muy linda cuando reconocen a tu personaje y quieren sacarse una foto con vos”, narra Okami sobre los eventos de cosplay.
El domingo 22 de agosto hubo un evento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en Arkham Multiespacio (Moreno 1275), con concurso de cosplay y cosplay kids, convocado por @cosmocon.arg y @matsurinotaku. Los mismos organizadores realizaron otro encuentro en el Planetario el 3 de julio, con stands con productos otakus (aficionados del animé y el manga), concursos y colecta solidaria de alimentos no perecederos.
¡Eso no es todo! En los próximos meses tendrán lugar los siguientes eventos presenciales en la Ciudad de Buenos Aires:
–Plus Ultra: 5 de septiembre, en Camargo 1028
–Jornadas del Manga y el Anime: 2 y 3 de octubre en el Jardín Japonés
–Yukai Fest: 3 de octubre, en el Centro Salamanca (Av. Independencia 2540)
–Argentina Game Show: 5, 6 y 7 de noviembre, en Costa Salguero
En conclusión, Argentina a lo largo del tiempo ha sabido apropiarse de esta actividad japonesa y adaptarla a nuestra cultura, que en algún punto se podría considerar como una subcultura. Participantes activos, pasivos e incluso personas que están fuera del circuito ‘otaku’, saben de alguna manera, la existencia de este hobby. Para fans como Okami y Velociraptito el cosplay es “expresión, arte y entretenimiento, amistad, diversión y placer”.