El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner sufrió una dura derrota en las elecciones primarias de este domingo 12 de septiembre. Sus candidatos perdieron en 18 provincias: Buenos Aires, Capital Federal, Chaco, Chubut, Corrientes, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Cruz, Santa Fe, San Luis y Tierra del Fuego.
El Frente de Todos, que presentó las primarias como un plebiscito de la gestión, sufrió un duro revés en las urnas incluso en distritos que históricamente le son favorables, como las provincias Santa Cruz y de Chaco.
Por importancia política y densidad demográfica, el traspié en la provincia de Buenos Aires provoca un impacto especial. El territorio que en 2019 había sustentado la victoria presidencial de Alberto Fernández no sólo se dio vuelta, sino que entregó algunos datos inesperados hasta por los encuestadores del gobierno: el kirchnerismo perdió en 7 de las ocho secciones electorales. Y en la única que ganó, la tercera (Avellaneda, Quilmes y La Matanza, entre otros) ganó por apenas 8 puntos, cuando hace dos años en esos partidos había ganado por más de 30 puntos.
Los resultados anticipan un cambio en la relación de fuerzas del Congreso: de repetirse estos números en las elecciones generales de noviembre, Cristina Kirchner perdería el quórum en el Senado (se quedaría con 35 bancas, dos menos que el quórum) y el oficialismo dejaría de ser la primera minoría en Diputados.
La derrota genera además varios interrogantes sobre el futuro del gobierno nacional. ¿Qué harán Alberto Fernández y Cristina Kirchner a partir de mañana? ¿Cuál será el futuro de los miembros del gabinete nacional? ¿Habrá cambio de rumbo en la gestión? El grado de la derrota podría determinar la profundidad y la velocidad de los cambios se vienen, aventuraban esta noche en el oficialismo. Algunas de esas preguntas podrían empezar a contestarse esta noche si el Presidente habla desde el búnker K situado en el barrio porteño de Chacarita.
La otra cara de la elección es la gran recuperación de Juntos por el Cambio, que pasó de perder en 2019 a ganar las elecciones en la provincia de Buenos Aires, CABA, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Mendoza, entra otras provincias. Incluso se quedó con Santa Cruz, el distrito que gobierna Alicia Kirchner.
El jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, mentor de la precandidaturas de María Eugenia Vidal en Capital Federal, y de Diego Santilli, en la provincia de Buenos Aires, se transformó en uno de los grandes ganadores de la elección. De repetir estos resultados el 14 de noviembre, quedará muy bien posicionado en la línea de largada de los referentes que aspiran a pelear por la presidencia en 2023.
Mauricio Macri, que apostó por Mario Negri en Córdoba y por Federico Angelini en Santa Fe, perdió en ambas provincias, y la chance de un “segundo tiempo” en el gobierno nacional quedó totalmente desdibujada frente a los triunfos de sus socios en la alianza opositora. Al cierre de esta nota, Maximiliano Pullaro y Carolina Losada peleaban voto a voto para quedarse con la candidatura al Senado.
El domingo de las PASO deja otro dato novedoso: el avance de los liberales, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires. Javier Milei, precandidato de “La Libertad Avanza”, sumó 13,65% de los sufragios. Y Ricardo López Murphy, desafiante de Vidal en Juntos por el Cambio, casi 11. Entre los dos, representan al 25 por ciento del electorado porteño.
Infobae