Iguazú (LaVozDeCataratas) La pasión por el Ford Falcon nació en César a los inicios de su juventud «cuando tenía 17 o 18 años tuve mi primer Falcon, fue el primer auto que empecé a manejar. Todos los días salíamos con mis amigos, por eso tiene historia en mi vida» comentó a LaVozDeCataratas. Ese no fue el único sino que después tuvo tres autos de la misma marca.
A la par de esa pasión, junto a Micaela, su novia, compartían otra que era las ganas de viajar «nos gusta viajar, tenemos ese espíritu viajero, ya habíamos tenido una experiencia recorriendo Misiones en moto y queríamos hacer otro viaje con algún vehículo y veníamos buscando un auto clásico para acondicionarlo y poder cumplir esa meta» relató.
Si bien, un Falcon no estaba entre sus primeras opciones, la situaciones se fueron dando hasta llegar a un modelo 68 «estábamos averiguando hasta que surgió este auto que estaba en venta en Bernardo de Yrigoyen que lo veía hace rato y me enamoré porque es un auto clásico y justo ese modelo tiene detalles que llaman la atención y lo hacen único» describió entusiasmado.
Luego de comprarlo tuvieron que acondicionarlo para que pueda soportar viajes largos, como por ejemplo, el motor que fue renovado por completo. La oportunidad de viajar se dio hace un mes cuando Choco recibió sus vacaciones y decidieron sin pensarlo mucho viajar hasta Salta en el Falcon 68. «Fue una decisión que tomamos de una semana a la otra. Acondicionamos el auto y llevamos carpa, frazadas, una cocina portátil e íbamos viendo en el camino».
Hasta último momento, el viaje podía no salir, ya que la prueba de fuego que daría el okey para el viaje era la verificación técnica vehicular que debían hacer al rodado. «Por suerte salió todo bien la VTV y pudimos hacerlo. En total recorrimos 3400 kilómetros. Hasta Salta capital hay 1400 kilómetros y después fuimos a La cuesta del Obispo, que es un lugar de difícil acceso pero increíble, por la Ruta 40 nos fuimos a Cachí y después a Cafayate» describió el viajero.
El viaje de ida lo hicieron en un día y medio ya que fueron parando para recorrer y también porque «cada 200 kilómetros parábamos a controlar el agua y el aceite y para descansar un poco». En total fueron 15 días de paseo en el auto, escribiendo y también escuchando historias falconenando. A la vuelta también recorrieron otras provincias como Santiago del Estero y Corrientes.
Historias desde la Ruta:
Además de la experiencia de viajar como pareja y en un auto clásico, a ello se fue sumando la buena onda que recibieron de parte de la gente que los veía pasar: «Fue increíble porque al ser un auto clásico llama mucho la atención, la gente tiene alguna historia con ese auto, y para a contarse sobre eso, historias propias o de su papá o de su tío. Surgen esas historias lindas y eso fue muy lindo» añadió.
La historia también invita a sentirse identificado, ya que viajar es un deseo de muchos: «Por otro lado creo que todos tenemos ese lado, esas ganas de viajar, de salir, de conocer, entonces como que se sienten identificados con la historia» reflexionó.
Redes Sociales incluídas:
Para poder recordar los momentos que pasaron, crearon una página de Instagram que se llama falconeando, la repercusión fue inmediata según narró el joven: «la idea era para compartir historias con amigos y familias, pero antes de viajar pegamos una calcomanía atrás del auto y gracias a eso, por donde íbamos la gente nos iba siguiendo».
Los proyectos no paran y siguen preparando al auto: «Lo voy a hacer tipo un motorhome pero en el auto, ahora me tiene que llegar una carpa de techo y una heladera de 12 voltios y una cocina y lo vamos a estar acondicionando».
Luego de la buena experiencia con el viaje, ahora planean recorrer la Ruta 40 y también poder viajar a Brasil.