La enfermedad de Alzheimer es un padecimiento que afecta la esfera cognitiva, la memoria y el lenguaje.

El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer el cual busca concientizar a la población sobre esta enfermedad que, debido al envejecimiento demográfico, aqueja a un número cada vez mayor de personas.

Por la Dra. Gabriela Ferretti, divulgadora científica de Grupo Medihome:

·        La enfermedad de Alzheimer es un padecimiento que afecta la esfera cognitiva, la memoria y el lenguaje. Es una enfermedad degenerativa que tiene más chance de aparecer a mayor edad. Se estima que 1 persona de cada 20 mayor de 60 años y 1 de cada 2 mayor de 80 años, la padecerá.

·        Son las mujeres las más afectadas.

·        El aumento de la expectativa de vida, sobre todo en las comunidades más beneficiadas, ubica al Alzheimer como la próxima pandemia a la que toda la población mundial se verá expuesta.

CÓMO PREVENIRLA Y RALENTIZARLA:

·        Si bien es una enfermedad crónica, progresiva e irreversible, hay muchas medidas que nos permiten intervenir en las distintas etapas para ralentizar el curso de la misma. Desde el punto de vista de la prevención, hay factores que son modificables y otros que no lo son. La edad, el sexo femenino (ya que son las mujeres las más afectadas) y la predisposición genética son situaciones que no podemos cambiar. Pero sí podemos actuar sobre la dieta, la educación, la estimulación cognitiva, el manejo del estrés, la sociabilidad, el sedentarismo, sostener una buena cantidad de horas de sueño, tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes, la disminución de la audición y toda minusvalía física que limite la llegada de estímulos sensoriales, tan necesarios para estar conectados con el mundo exterior.

·        Respecto de la dieta, el hábito de una dieta mediterránea, con poca carne roja y aumento del consumo de pescados, frutas, verduras, aceite de oliva y otros productos, se han relacionado con una mejor salud cerebral.

·        La actividad física acorde a la edad, con caminatas, movilidad de todos los grupos musculares, preferentemente en un ámbito grupal y de forma lúdica es un hábito que redunda en beneficios para todo el cuerpo.

·        El mantenerse socialmente activo, aun en tiempos de pandemia por el medio que pueda adaptarse a cada realidad, también implica una actividad que comienza en el arreglo personal necesario para encontrarse con otro, la higiene, la elección de la vestimenta, el intercambio verbal y afectivo del encuentro. Esto que parece tan simple, es uno de los estímulos emocionales y cognitivos que muchas veces no son tenidos en cuenta. Si una persona mayor, por ejemplo, tiene limitada su capacidad auditiva, inicialmente habrá que equiparlo con audífonos, para que luego se pueda incorporar a una actividad social.

·        La cesación de fumar, el controlar la presión alta, el dormir una buena cantidad de horas (entre 6 y 8 horas), el manejo del estrés y el desafío intelectual de emprender el aprendizaje de algo nuevo y distinto cada vez,  complementan los elementos pilares de la prevención de la demencia.

TRANSITAR LA ENFERMEDAD (ESTADIOS):

El tratamiento de la enfermedad en sí, si bien no es curativo, puede ayudar a enlentecer su curso, y se disponen de varios medicamentos que se utilizan según la etapa de la enfermedad. También hay tratamientos farmacológicos que ayudan a mitigar los síntomas más angustiantes y molestos para el paciente y su entorno: depresión, ansiedad, agresividad, delirios, etc.

Si de etapas o estadio hablamos -según el método de evaluación FAST, sigla que traducida del inglés significa “estudio de la evaluación funcional del Alzheimer”-, podemos resumirlas de la siguiente manera:

Entre el primero y el último estadio suelen pasar de 10 a 15 años. En el primer estadio no hay síntomas ni quejas de trastornos de memoria. En el segundo estadio el individuo empieza a olvidar nombres conocidos o donde ha colocado objetos familiares y también pueden aparecer dificultades para encontrar palabras durante el discurso.

En el estadio III o enfermedad de Alzheimer temprano el examen clínico detecta un leve defecto de concentración el individuo. Pueden extraviarse en un lugar no familiar, y suele haber defectos en pocas palabras y nombres y tener un rendimiento laboral pobre.

En el estadio cuatro o enfermedad de Alzheimer moderada el paciente  necesita ayuda para realizar tareas complejas como organizar sus finanzas domésticas y preparar la comida. Comienza a disminuir el conocimiento de los hechos actuales y recientes y hay dificultad en el recuerdo de la historia personal y una pérdida de interés por las cuestiones que antes le interesaban.  Sin embargo, todavía se orienta en el tiempo  y es capaz de reconocer rostros familiares.

Ya en el quinto estadio de la enfermedad de Alzheimer moderada la persona no puede sobrevivir mucho tiempo sin asistencia. No es capaz de recordar datos como su dirección o teléfono. Todavía recuerda muchos de los hechos más importantes relacionados consigo mismo y con los demás. Sabe cuál es su nombre y generalmente el de sus familiares cercanos. Aun puede no requerir asistencia en su higiene personal ni en la comida, aunque puede tener dificultades para elegir la ropa adecuada.

Llegando en el estadio 6 o Alzheimer moderadamente severo el individuo recuerda su propio nombre, pero puede olvidar el de su familiares y depende de terceros totalmente para sobrevivir. Es incapaz de recordar acontecimientos recientes y mantiene cierto conocimiento de su vida pasada, aunque de manera muy acotada. Suele desconocer su entorno y requiere asistencia en las actividades cotidianas. Habitualmente se presenta incontinencia de esfínteres, se alteran los ritmos de sueño y vigilia, ya que no puede distinguir el día de la noche. La aparición de alucinaciones y delirios, así como conductas agresivas son muy habituales. Permanece abúlico y sin deseos.

En el séptimo y último estadio de la enfermedad el Alzheimer es severo y el cerebro es incapaz de decirle al cuerpo lo que debe hacer. Se pierden las capacidades verbales casi en su totalidad, la posibilidad de caminar, mantenerse sentado, deglutir de manera eficaz, lo que lleva en esta última etapa a la postración.

El permanecer en cama por largos periodos, provoca complicaciones como las escaras por permanecer en una misma posición durante muchas horas, infecciones urinarias y fundamentalmente respiratorias por aspiración de alimentos, que suelen ser la causa de la muerte.

Conforme se van transitando las distintas etapas, la mayor preocupación recae sobre quién y cómo va a cuidar de esta persona con enfermedad de Alzheimer. En principio, el acompañamiento y los cuidados son dispensados, en el mejor de los casos por la pareja o familiares directos. Pero esta actividad de cuidado no tiene descanso, son las 24 horas los 7 días de la semana y eso genera un importante estrés en quien se encarga de esta asistencia permanente.

Es por ello por lo que aquí aparece la figura del cuidador domiciliario, considerado en la ley de discapacidad 24.901 y que determina, entre otras leyes, los derechos de las personas con discapacidad certificada a través del Certificado de Discapacidad (CUD) y que las Obras Sociales y Entidades de Medicina Prepaga deben cubrir las prestaciones necesarias para cada persona.

Es aquí, donde la internación domiciliaria puede brindar no solo el cuidador que se encargará de las actividades diarias, la pesquisa de nuevos síntomas y complicaciones y el alerta para la adecuación del domicilio a las necesidades del paciente. La implementación de una rehabilitación interdisciplinaria: kinesiología, fonoaudiología, terapia ocupacional y apoyo psicológico con la asistencia de un médico coordinador de los tratamientos conforman la otra piedra fundamental en el abordaje de la problemática.

 

Julia Raznoszczyk
Coordinadora de Cuentas
SUR
 Comunicación

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