Iguazú (LaVozDeCataratas) Juan Pablo Arrabal es Doctor en Ciencias Veterinarias, oriundo de Olavarría, desde el 2010 trabaja en Iguazú en el Proyecto Yaguareté el cual abrió la posibilidad de que lleve adelante el primer estudio sistemático sobre los parásitos de los felinos en la Selva Misionera. A través de voluntariados y luego con becas, siempre preocupado por la conservación de los animales de la Selva, integra el Proyecto Yaguareté y fue técnico del Instituto Nacional de Medicina Tropical, INMET donde desarrollo parte de sus estudios.
Empezó a los 13 años como voluntario en un zoológico:
«Desde muy chico supe que quería trabajar con la fauna silvestre y con su conservación. Miraba muchos documentales en la tele y me gustaba, pero no sabía si iba a ser biólogo, veterinario, guardaparque o qué. Más de grande, a eso de los 13 años, comencé a participar como voluntario en el grupo “Voluntariozoos” del zoológico “La Máxima” de la ciudad donde vivía en donde tuve contacto con veterinarios inclinándome por esa profesión» relató a LaVozDeCataratas.
Como médico veterinario llegó a Iguazú:
A partir de esa decisión estudió en Tandil para ser médico veterinario, pero «no veía que la carrera te ofrezca poder hacer algo relacionado a la conservación. Al final de la carrera comencé a contactarme con investigadores haciendo pasantías y voluntariados, hasta que llegué al contacto para venir a trabajar a Misiones, a Iguazú como veterinario» añadió
Eso sucedió en el año 2010, y ya en el 2011 optó por vivir en Iguazú. En un primer momento trabajó en las capturas de animales, colaborar en anestesia y manipulación del animal para sacar muestras que se convertirían en estudios. También en poner cámaras trampas, recolección de material fecal y huellas y comenzar a investigar sobre los patógenos que pueden causar enfermedades en los animales.
«Me gusta la investigación y me empecé a involucrarme y generar mi propio proyecto, fue así que en el 2013 comienzo a trabajar en el INMET, estudiando enfermedades que afectan al yaguareté y a otros felinos como ocelote, puma, margay, tirica y yaguarundí, del bosque atlántico, es decir, de la selva misionera» comentó.
Así fue que calificó con su proyecto de Doctorado en Ciencias Veterinarias, específicamente especializado en parasitosis de carnívoros silvestres.
El primer contacto con el rey de la selva:
«Nunca imagine que llegaría este momento. ni sabia que este trabajo se realizaba en nuestro país, es mas, creía que tenia que emigrar» dijo Juan
Su trabajo era buscar muestras de materia fecal y animales atropellados, a quienes hacía necropsias, donde buscaba los parásitos gastrointestinales de los animales. «No sabía que iba a capturar un yaguareté, y ese primer contacto fe muy emocionante…. hubo lágrimas, nervios…Los colores, las manchas, las manos, su cara, sus dientes era una fascinación», relató emocionado
«El contacto con el yaguareté aumentó mi respeto por los integrantes de la selva y su entorno»
«Cuando logramos ponerle el collar y se levantó de la anestesia, se camufló el el monte, y creímos que había desaparecido, pero esta ahí, a dos metros. Nos quedamos inmóviles observando su capacidad sorprendente de rodearse con selva y desaparecer a dos pasos» relató
Eso lo llevo a recorrer el Parque Nacional Iguazú, Parque Península, Uruguaí, Biosfera Yabotí y otras reservas naturales en el norte de Misiones.
Otros animales:
Además junto a otros investigadores su campo de estudio se amplió «También trabajamos con los coatíes del Parque Nacional Iguazú, porque son animales accesibles y mansos que están en contacto las personas como los turistas. Entonces queríamos saber si el hombre le podía transmitir alguna enfermedad o el animal tenía alguna enfermedad zoonótica que podía transmitirse a los turistas, que al ser un destino internacional se podrían llevar a cualquier parte del mundo» describió.
Resultados del trabajo
Los datos obtenidos durante cinco años de investigación, fueron fructíferos, ya que: «En primer lugar se generó gran cantidad de información como por ejemplo parásitos nuevos que no estaban registrados en Argentina. Después nos encontramos con que los felinos silvestres eran portadores de parásitos que no se sabía que ellos podían adquirir, algunos de ellos eran zoonóticos, es decir, que se pueden transmitir al humano y que no se tenía registro».
Otro de los descubrimientos tuvo que ver con la cercanía del hombre a las áreas naturales y reservas: «Pudimos ver que parásitos que corresponden a perros domésticos se encontraban en los felinos, es decir que hay una transmisión entre la fauna doméstica y la silvestre. Eso se da porque cada vez más se reduce la frontera entre lo urbano y las reservas naturales» advirtió el investigador.
«Con estos resultados se pueden generar políticas públicas planes de manejo para la conservación o planes para salud pública» añadió sobre lo que permite este tipo de investigaciones.
Lo que sigue:
Juan Pablo le agarró gusto a la investigación y actualmente se encuentra realizando una beca posdoctoral «ampliando la investigación porque nos quedaron muchas preguntas por responder, y por sobre todo generando una base de información con la idea de generar un núcleo donde se puedan sumar otros investigadores como veterinarios, biólogos, entre otros al estudio de la salud de la fauna silvestre» informó.
Para finalizar resaltó que «Es importante que se difundan este tipo de investigaciones que se realizan debido a la calidad de conocimiento que se genera sobre nuestra biodiversidad”
Fotos: Gentileza Proyecto Yaguareté y Emilio White