Yamil Di Blanco, el investigador que estudia al Tatú Carreta, el armadillo más grande de Sudamérica

Yamil es Doctor en Ciencias Biológicas, nació en Mendoza pero desde el 2012 vive en Iguazú, hasta donde vino seducido por su biodiversidad. Es parte de Instituto de Biología Subtropical,  donde desarrolla desde el 2003 diferentes proyectos relacionados a los mamíferos de la Selva Misionera y de la región chaqueña.

Iguazú (LaVozDeCataratas) «Siempre como biólogos hacemos algún tipo de voluntariado, fue así que me sedujo el trabajo con los coatíes en el Parque Nacional Iguazú, y fue el tema con el cual terminé mi Licenciatura. Ahí conocí al grupo que trabaja en la zona, el grupo de ecología y conservación del IBS y de la ONG CEIBA que es el Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico» comentó a LaVozDeCataratas.

Trabajó también en el Proyecto Yaguareté y luego de la licenciatura realizó su tesis doctoral estudiando a osos hormigueros reintroducidos en la Reserve Nacional del Iberá, donde vivió cuatro años. A partir de ese trabajo surgió un pos doctorado por medio de la cual produjo un estudio comparativo de los osos hormigueros del Iberá y los silvestres del pantanal de Brasil.

Su carrera siguió avanzando y «Después del posdoc ingreso a la carrera de investigador científico del CONICET, en el IBS de Iguazú con la idea de presentar un proyecto sobre el Tatú Carreta. La idea se presentó luego del posdoc porque el grupo donde trabajé se especializaba en Tatú Carreta, entonces surgió la idea de ver que pasa con esta especie que alcanza su distribución más austral en nuestro país. En Iguazú no hay, solamente se encuentra en la región chaqueña. Mi trabajo como investigador es evaluar la situación y la importancia del tatú carreta en la región chaqueña de argentina, principalmente como viven, donde queda, y cuanto queda» explicó el investigador.

El tatú carreta pertenece a la familia de los armadillos, en total hay 21 especies de armadillos en américa, casi todas en américa del sur o central, una sola especie llega hasta Estados Unidos. El tatú carreta es el armadillo más grande que se conoce, llega a pesar hasta 60 kilos y está en peligro de extinción.  «Quería ver que pasaba con esta especia acá en el pase porque no se sabía casi nada. Es un animal difícil de estudiar porque se ve poco, es exclusivamente nocturno, de día duerme en madrigueras que él mismo construye, por eso es una especie fosorial porque vive dentro de las madrigueras. Duerme de día y de noche sale a alimentarse. En la Argentina está distribuido únicamente en la región chaqueña, y en Misiones no hay evidencias de que haya llegado en algún momento» añadió sobre su trabajo.

Para poder estudiar esta especie y evaluar donde estaba recorrió diferentes parques como el Parque Nacional COPO en Santiago del Estero, el Impenetrable de Chaco y también áreas protegidas naturales como El loro hablador y Fuerte Esperanza, también en Chaco.

Resultados de la Investigación: 

El procedimiento para monitorear las madrigueras fue colocar cámaras trampas en las bocas y observar que animales venían y el uso de otras especies. Sus descubrimientos le permitieron publicar un artículo científico en una revista inglesa: «Fue publicado en el Jornal of  Zoology, es un diario inglés, en la cual publiqué el uso de las madrigueras del tatú carrera y de otras especies de vertebrados de gran tamaño. Porque con el grupo de Brasil habíamos observado que muchas especies usan las madrigueras del tatú como refugio. Lo que encontré es que muchas especies lo usan para buscar alimentos y para interacciones sociales, por ejemplo los pecaríes, son los que más usan estas madrigueras. También estas madrigueras ayudan a generar heterogeneidad en el ambiente, porque estas cuevas acumulan semillas, hojarascas que generan condiciones del suelo distintas a las que las rodean. También genera condiciones distintas de temperatura, porque en días de calor es más fresco adentro que afuera de las madrigueras y cálidos cuando hace frío» relató.

Esta investigación se realizó desde el año 2017 hasta el 2019, luego se cortó por la pandemia, «este año retomé las campaña y pude hacer un viaje. Este es un proyecto bastante nuevo, entonces lo que voy sacando es novedoso y por eso es importante» destacó.

Con los resultado obtenidos, Yamil ya se dispone nuevas metas: «Mi próximo objetivo es poder monitorear la distribución espacial, es decir, por donde se mueve y que requisitos de hábitat tiene el tatú, para eso  el próximo año espero capturar animales y marcarlos con GPS para saber por donde se desplazan y los lugares donde transitan la especie»finalizó.

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