(*) Por Nicolás Marchiori
Desde los estudios pioneros del Premio Nobel de Economía israelí Daniel Kahneman se sabe que la toma de decisiones puede ser automática o controlada. En cada caso, nuestras elecciones se ven influidas por sesgos emocionales, interferencias caprichosas y dificultades para regular los procesos implicados. Dichos factores operan a una velocidad tal que ni advertimos su presencia. En contextos de ambigüedad, el cerebro le hace caso a un sistema que “decide por nosotros”, moldeado por el pasado evolutivo, la cultura y la inteligencia colectiva. A veces, si nos demoramos en decidir o decidimos erróneamente a raíz de un impulso emocional, cuando logramos tomar consciencia de los verdaderos efectos suele ser demasiado tarde.
Los neurocientíficos argentinos Agustín Ibáñez y Adolfo García sostienen que existen una serie de sesgos frecuentes y automáticos que influyen en la toma de decisiones. Entre ellos se destacan el estado de ánimo, el grado de autoestima, el rango de posibles decisiones (si son muchas o pocas), los sesgos grupales (la tendencia a confirmar lo que el grupo piensa, guiarse por las decisiones de la autoridad o adecuarse a la decisión del grupo) y otros aspectos sutiles del contexto inmediato. El más claro ejemplo de estos sesgos es el miedo, un fiel mecanismo del estrés, que altera profundamente las decisiones a corto y largo plazo, induciendo cambios plásticos en los circuitos de aprendizaje y recompensa (hipocampo, amígdala y corteza cingulada anterior). La toma de decisiones se ve limitada en trastornos caracterizados por matices del miedo, como la ansiedad, el pánico, las fobias o el estrés postraumático. En estos cuadros, al aumentar la hiperatención a los estímulos negativos y las potenciales amenazas, se reduce notoriamente la flexibilidad decisional, tanto en términos individuales como sociales.
La toma de decisiones también se ve perturbada en personas sometidas al estrés y la amenaza constantes. Dichos individuos desarrollan una especie de miopía del futuro, que les impide contemplar escenarios posibles para tomar una u otra resolución.
Misiones, un Estado previsible
El pasado jueves, la provincia de Misiones se convirtió en la primera provincia argentina en contar con el Presupuesto para el ejercicio financiero 2022 aprobado.
Con apoyo unánime de todos los bloques que componen la Legislatura provincial, el total de erogaciones del Presupuesto General de la Administración Pública Provincial, Administración Central y Organismos Descentralizados asciende a más de 249 billones de pesos, representando más del 63% de incremento respecto al Presupuesto vigente, atento a que contempla la inflación y nuevas inversiones proyectadas por el Estado provincial.
Las fuertes inversiones proyectadas en el ámbito de la salud, la educación y el desarrollo social, en torno al 70% del total del Presupuesto, permiten vislumbrar el camino trazado por el Gobierno Misionerista, que proyectando la pospandemia da clara señales de la continuidad del proceso transformador de la provincia.
En su exposición, la Diputada Natalia Rodríguez, Presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Representantes sostuvo que “el presupuesto se elaboró en el primer semestre de este año, en los meses más duros para la provincia con respecto al número de casos y la cantidad de fallecimientos por covid 19, no obstante lo atípico del año, nuestra provincia le hizo frente a la situación con pasos firmes, y sin volver atrás ninguna de las medidas tomadas, con una excelente gestión de la pandemia por parte del gobierno provincial”. Asimismo, destacó con énfasis que “más allá del momento en el que fue confeccionado este presupuesto, el hecho de tener fortalecido nuestro sistema de salud, ha permitido al gobierno provincial plantearlo con la mirada puesta en la pospandemia, en continuar con el crecimiento de nuestra provincia en todos los aspectos que se vienen trabajando en los últimos años”.
El presupuesto aprobado se destaca por su austeridad, por ser cumplible y responsable para los tiempos que vivimos y por sobre todas las cosas demuestra ser garantía de continuidad de la calidad institucional lograda a lo largo de estos años.
Apoyar es defender lo conseguido
Nada es casualidad, y los misioneros lo pueden palpar en acciones concretas. Es innegable el poder transformador impulsado del único espacio político con fuerte acento en lo local, tanto en la defensa de los intereses como en el destino de sus políticas públicas. La Renovación conducida por el Ing. Carlos Rovira supo sentar las bases de un modelo de provincia cuyas bases trascenderán generaciones.
En el campo educativo, Misiones ha experimentado proceso de transformación sin precedentes: la pandemia que paralizó al planeta dejó la imagen potente de los nuevos métodos de aprendizaje. Las herramientas tecnológicas irrumpieron de manera intempestiva en la educación. Desde el inicio de la cuarentena obligatoria el desarrollo del ciclo lectivo transcurrió en su totalidad de forma virtual en la provincia de Misiones gracias al soporte tecnológico brindado por la Plataforma Guacurarí, un recurso innovador basado en el modelo del flip classroom (aula invertida) cuyo éxito lo ubica como punto de referencia para las demás provincias del país.
El trabajo constante y políticas educativas claras apuntando siempre al saber cómo eje primordial para el desarrollo y crecimiento de los misioneros, comenzó a forjarse en el año 2013 a través del fortalecimiento de la educación técnica profesional con una Ley que obliga al Estado provincial a crear y sostener escuelas técnicas en toda la provincia.
En el año 2015 se sancionó la Ley del Boleto Estatal Educativo Gratuito que permite a los alumnos misioneros poder viajar gratis para ir a estudiar, un beneficio que no distingue niveles educativos como tampoco niveles de institución, es decir, está destinado tanto para los alumnos de escuelas, institutos terciarios y universidades tanto públicas como privadas. Esta Ley fue posible gracias a que el Estado provincial asume el costo del boleto abonando a las empresas de transporte público de pasajeros el monto correspondiente a la cantidad de alumnos efectivamente transportados.
En el año 2017 se inauguró la primera Escuela de Robótica pública y gratuita de la Argentina. Esta propuesta surgió del trabajo articulado entre la Cámara de Representantes de la Provincia, las empresas multinacionales HP e Intel Argentina, además del ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y el Consejo General de Educación de la provincia de Misiones. Esta alianza público-privada permitió el desarrollo de un modelo pedagógico basado en el paradigma digital. Los alumnos de esta Escuela se apropian de saberes vinculados a la robótica, la programación y la electrónica en un ambiente disruptivo a cargo de docentes facilitadores que ponen a su disposición todas las herramientas tecnológicas con las que cuenta la Escuela para llevar adelante el proyecto ideado. Actualmente, concurren más de 10.000 alumnos sin pagar ningún tipo arancel, gratis.
En el año 2018 se sancionó la Ley de Educación Disruptiva, la cual permite que la educación tenga un enfoque hacia las nuevas tecnologías. Mediante esta Ley se incorpora al diseño curricular de manera transversal en todos los niveles y modalidades a la programación y a la robótica tomando como eje a la Escuela de Robótica.
En el mismo año se produjo otro hecho histórico al sancionarse la Ley que regula el funcionamiento de las Escuelas de Familias Agrarias (EFA), siendo la primera en Argentina y la segunda en el mundo después de Francia.
También en el 2018, se sancionó la Ley de Educación Emocional, una normativa de vanguardia que comenzó a incorporarse en el sistema educativo misionero en pos de la formación integral de los estudiantes, abordando temáticas como autoestima, autoconsciencia, autoconocimiento y empatía.
En el ámbito de la salud y las políticas públicas destinadas a mejorar la calidad de vida de los misioneros los datos son contundentes. El Parque de la Salud emplazado en la ciudad de Posadas se ha convertido en un faro de referencia a nivel regional: el Hospital Escuela de Agudos Dr. Ramón Madariaga, el Hospital de Pediatría Dr. Fernando Barreyro, el Hospital Materno Natal y el Banco de Sangre, biológicos y tejidos forman parte de este complejo médico modelo de la Provincia de Misiones.
En plena pandemia se inauguraron más de 10 hospitales públicos en todo el territorio provincial, lo que implicó un programa de inversión y fortalecimiento del sistema de salud, que se refleja en números muy claros: se incrementó en un 25% el total de camas en hospitales públicos, tanto clínicas como de emergencias y en UTI, superando ampliamente las 2.000. Además, elementos de seguridad sanitaria y protección tendientes al cuidando de los agentes de salud pública.
En el mes diciembre del año pasado se inició el Plan de Vacunación contra el COVID-19 en Misiones, dirigido en una primera instancia al personal de salud. Luego se amplió a adultos mayores de 75 años y docentes mayores de 60 años o con comorbilidades y geriátricos. Posteriormente se sumaron a los adultos de 65 años, personal de seguridad, docentes y el grupo etario de 50 a 59 años con comorbilidades no oncológicas. Para luego llegar en el marco del Plan estratégico de vacunación a toda la población. Hoy en la provincia ya se vacunan a menores de 3 a 12 años de edad. Siempre con un claro objetivo: cuidar a los misioneros.
El sostenimiento de la actividad económica y el empleo siempre estuvieron en el tope de la agenda, más aún durante la pandemia. El Estado provincial implementó una bonificación del impuesto a los ingresos brutos reduciendo la alícuota a 0% a todas aquellas actividades relacionadas con servicios turísticos de Puerto Iguazú.
Desde el Fondo de Crédito Misiones se atendió en forma precisa las necesidades que emergieron del contexto de pandemia de todos los sectores de la economía, triplicando el monto total del financiamiento en relación a los años anteriores en diferentes programas. Se brindaron subsidios a trabajadores independientes del sector turístico que no calificaban en beneficios nacionales.
Se diseñó e implementó un plan de asistencia financiera a los prestadores del Instituto de Previsión Social, por una suma de 500 millones de pesos, cubierto en su totalidad por fondos misioneros, adelantando el pago de prestaciones para meses futuros, en virtud de la caída de las atenciones en los primeros meses del aislamiento obligatorio.
Durante la pandemia se relanzaron los Programas Ahora, ampliando rubros que anteriormente no estaban contemplados posibilitando así la reactivación del consumo gracias a condiciones de financiación inmejorables.
Con la mirada puesta en el futuro próximo, Misiones se prepara para seguir dando pasos firmes en el ámbito de la economía del conocimiento (economía del futuro, la llaman algunos expertos) mediante el trabajo coordinado entre la Escuela de Robótica, la Escuela Secundaria de Innovación, Polo Tic y Silicon Misiones. En la actualidad, el país tiene más de 10 mil puestos vacantes por falta de programadores. No sólo son los puestos mejores remunerados sino que además son los que más escasean.
En materia de obra pública Misiones ha experimentado una verdadera transformación: a lo largo y a lo ancho de la provincia, se han construido viviendas, comisarías, escuelas y como se ha destacado precedentemente, hospitales. El desarrollo vial ha sido extraordinario en donde se construyeron nuevos caminos y se mejoraron los ya existentes, se construyeron nuevos puentes y se amplió la cantidad de kilómetros de autovía, una obra que contribuye a la seguridad vial. Las obras de cloacas y de red de agua potable cubren cada vez más kilómetros cuadrados del suelo provincial.
Nada de lo que se enumeró hasta aquí fue casualidad. Todo forma parte de un ambicioso proyecto de provincia impulsado por el gobierno de la Renovación, que pone al ciudadano misionero en el centro de todo con el fin del cumplir con el objetivo de la alta política: hacer cada día un poquito más feliz al Pueblo.
Discursos vacíos
La palabra vacía es la que no expresa nada. Ni contenidos objetivos ni siquiera los auténticos sentimientos del quien la pronuncia. Se puede advertir por la vía indirecta de la interpretación que éste elemento nos informa sobre el estado de ánimo de quienes exteriorizan su discurso vinculado a un escaso o nulo interés real. El estado de crispación social y la falta de ideas, derivan en un escenario en donde predomina la pronunciación de frases seductoras al oído pero carentes de sustento a la hora de llevarlas a la acción.
Claro está que la retórica ha sido siempre, y hoy también, un legítimo e importante instrumento de la política, a la hora de movilizar convicciones y, más aún, emociones, e incluso la retórica puede contribuir a la configuración de la realidad, objetivo político por excelencia. Pero en el caso de la palabra vacía pronunciada por los espacios políticos de anclaje nacional de nada se configura ni moviliza. Cuando los ciudadanos dedican un tiempo al análisis de frases como “defender las instituciones”, “garantizar la democracia y la República”, “trabajar por los que menos tienen”, “lograr más inclusión” y hasta “pobreza cero” contrastando con hechos de la realidad como por ejemplo el caso concreto en donde un ex-Presidente investigado por la Justicia se niega presentarse ante ella porque sí, o mientras les dicen que para “frenar el avance de la pandemia debemos cuidarnos de todos” se juntan a celebrar un cumpleaños en la Quinta Presidencial en plena cuarentena estricta, pueden comprobar como emergen los discursos vacíos, sin sentido, alejados de la realidad y hasta contrario a lo que ellos hacen.
En esta campaña electoral, considerada una de las más pobres de la historia democrática del país por varios especialistas y analistas políticos, las dos principales fuerzas políticas nacionales, tanto el Frente de Todos como la alianza Juntos por el Cambio, aparecen como dos grandes usinas slogans armados y frases ambiguas, pero la sociedad demanda propuestas e ideas concretas. Necesita saber cuáles son los objetivos, hacia dónde pretenden ir, cómo van a mejorar su calidad de vida.
Es en este contexto donde adquiere relevancia un Estado previsible, consecuente con lo dice y hace, alejado de discusiones estériles, sumado a la permanente capacidad de gestión, trabajo y resolución de las necesidades de la gente.
(*) NICOLAS MARCHIORI – Abogado. Diplomado en Manejo de Crisis y en Análisis de Procesos Electorales. Posgrado de Especialización en Comunicación de Gobierno y Electoral. Becario de la Fundación Konrad Adenauer y del Centro de Análisis y Entrenamiento Político – CAEP (Colombia).-