“La policía me va a respetar siempre porque les voy a meter una bomba en el c… o una bala en la cabeza”

El suboficial que habría proferido amenazas de muerte a varios jefes e investigadores por el allanamiento en el que fue detenido su hermano, tras el robo a la vivienda de dos oficiales de la comisaría Decimocuarta, fue puesto en disponibilidad.

Un sargento que prestaba servicio en la comisaría Novena perteneciente a la Unidad Regional X en Posadas, fue puesto en disponibilidad ayer y es investigado ante la presunción de haber participado o brindar cobertura a una gavilla de la actividad delictiva denomina “revienta casas”.

La decisión de apartarlo de la fuerza de seguridad provincial al suboficial de 42 años, la firmó Carlos Miguel Merlo, actual jefe de Policía.

La orden fue oficializada por el Dirección Asuntos Internos y, de acuerdo a fuentes consultadas, el documento es la primera reacción oficial a los mensajes de audio trascendidos con amenazas del sospechoso hacia autoridades policiales luego de un allanamiento desplegado en la vivienda de un familiar directo, efectuado tras la denuncia de una pareja de policías que fue víctima, presuntamente de la banda mencionada, del robo en su vivienda de un arma reglamentaria, pero también de todos los elementos de valor posibles, entre ellos: una notebook de 17 pulgadas, dos televisores inteligentes de 32 y 55 pulgadas, una pistola cargada calibre nueve milímetros marca Taurus, cuatro smartphones, dos bicicletas todoterreno y el sable dorado de la institución policial correspondiente a una oficial de 25 años.

El procedimiento fue realizado por efectivos de la Dirección Investigaciones Complejas el martes por la mañana en el barrio Santa Cecilia (zona Sur de Posadas) y solicitado en la causa que instruye el juez Fernando Luis Verón, tras la denuncia de las víctimas radicada el 11 de octubre.

En el inmueble no se hallaron los elementos denunciados, pero se detuvo a un sospechoso de 32 años, hermano del sargento pasado a disponibilidad. También se secuestraron seis gramos fraccionados de cocaína y una veintena de gruesas de cigarrillos de fabricación paraguaya ingresados sin avales aduaneros a Misiones.

Tras el procedimiento y la detención, el sargento que cumplía servicio como estafeta en la comisaría Novena, habría grabado y enviado mensajes de audios a varios jefes policiales, en los que habría advertido su predisposición a cobrarse venganza.

En uno de ellos la amenaza fue directa: “Alejate de mi familia, no se metan con mis hermanos, porque yo te voy a mandar a liquidar, te van a meter un tiro y yo te voy a tirar al río (…) Me importa un carajo con quien andes, mandale este audio a todos los de la brigada (Investigaciones) porque yo soy un tipo intachable, tengo cien de calificación, estoy limpio, juego callado, tengo perfil bajo pero escuchame bien, que esta es la primera y última vez que vos te acercás a la casa de mi hermano. Si vuelven yo los mato o traigo sicarios del Paraguay, tengo mucha gente allá que puede hacerlo. El que se mete con mi familia termina mal, con fuego se van a quemar y con fuego van a entender. No se metan con mi familia, porque yo voy a responder con ellos. Guarden este audio capaz les sirve después para ir a la justicia”.

En otro mensaje el tono es mayor temeridad: “La policía me respeta a mí y me va a respetar siempre porque les voy a meter una bomba en el c… o una bala en la cabeza a cada uno”.

“Tengo todos los recursos, buena moneda, un buen auto y una buena casa, la gente me respeta. No le tengo miedo a nadie, menos a un policía, ese está debajo de la plantilla de mi zapatilla (…) Con mi sueldo de policía cargo combustible, no vivo de la fuerza. Si quieren algo de mi familia hablen conmigo, mientras siga vivo lo van a tener que hacer”.

 

Fuente: Primera Edición

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