Iguazú (LaVozDeCataratas) El diagnóstico por imágenes es una de las antesalas más importantes de los diagnósticos médicos. Allí radica su importancia, ya que permite detectar patologias y así tratarlas.
«Nuestro trabajo es la antesala del diagnótico, es muy requerido y es una tarea ardua de todos los días» afirmó a LaVozDeCataratas, Julio Castro, Delegado en Iguazú del recientemente creado Colegio de Diagnóstico por Imágenes de Misiones, que agrupa a radiólogos, tomógrafos y demás técnicos que trabajan en esta disciplina.
Este Colegio se creo para visibilizar la profesión, jerarquizarla y por sobre todo profesionalizarla ya que «anteriormente la profesión era ejercida por personas que aprendían en el lugar de manera empírica. Por eso desde el IMES lanzaron una tecnicatura con el objetivo de profesionalizar la práctica de quienes ya estaban ejerciendo» explicó Castro.
Actualmente son 11 los profesionales que forman parte del Colegio, en Iguazú «pero no todos se dedican a la profesión, algunos tienen otros trabajos, o no se dedica al 100 %. Más que nada porque vienen de otra época y tampoco había una reglamentación provincial, por eso se crea el Colegio, que anteriormente dependía del Colegio de Médicos» añadió.
El objetivo es «Estamos en proceso de formación y la propuesta es contemplar las inquietudes que tengan los técnicos y regular el control del ejercicio de la profesión. No solo para quienes hacen Diagnóstico por Imágenes sino tambien para quienes trabajan en las Ciencias Forenses y Veterinarias» mencionó.
Según Castro, diariamente se realizan alrededor de 300 exámenes entre radiografías, tomografías, resonancias y desintometrías, y como muchas otras especialidades médicas en Iguazú, los técnicos son escasos y la demanda amplia.
Protección del personal y los pacientes:
Al ser una profesión donde los trabajadores están expuestos a radiación, la protección es un factor clave. Para controlar los niveles de exposición, cada establecimiento debe contar con un «Dosímetro en el lugar, que es el elemento que mide la exposición en el lugar. La medición se realiza cada tres meses y no debe superar los 0,3.
Además de ello, los profesionales deben utilizar de manera correcta los chalecos plomados y protectores. También las paredes donde se realizan las prácticas están plomadas para no permitir la contaminación a otras áreas.