Foz de Iguazú (crisloosecompartilha) Según Mark Tollemache, auditor fiscal y Delegado de Ingresos Federales en Dionísio Cerqueira (SC), una suma de factores contribuye al escenario actual. Entre las principales causas se encuentran las restricciones a las ventas legales provocadas por la pandemia Covid-19, la falta de control en los e-commerces, la alta tributación en Brasil y también la devaluación y tipo de cambio paralelo del peso argentino.

“Dionísio Cerqueira es el Servicio de Hacienda Federal que más incauta bebidas alcohólicas en el país, representa el 25% del total y, en relación a los vinos, el aumento es absurdo”.

Valores – Datos de la Renta Federal de Brasil muestran que las incautaciones de bebidas alcohólicas solo en 2021 alcanzaron casi R $ 34 millones, en los que los vinos ocupan los porcentajes más altos. Esta cifra se basa en el llamado valor en aduana, el precio de compra del vino en territorio argentino, y en la reventa en Brasil puede llegar hasta cinco veces más.

Datos del Ministerio Público Federal indican que del volumen de contrabando y malversación que ingresa al país por fronteras, el porcentaje incautado representa entre el 5% y el 10% del volumen total.

Luciano Stremel Barros, presidente del Instituto de Desarrollo Económico y Social Fronterizo (IDESF), advierte que, en términos de rentabilidad, el mercado ilegal del vino ya ha alcanzado al de los cigarrillos.

“La vía de entrada de los dos productos a Brasil es muy similar y, según noticias recientes, ya podemos ver toda la cadena de violencia generada por la ilegalidad: pandillas, blanqueo de capitales, delitos y daños al fisco”.

Logística – En general, la logística del vino se da mediante el transporte de botellas en pequeños vehículos, que cruzan fronteras secas o en embarcaciones clandestinas, por vía fluvial.

En cuanto al almacenamiento, no hay grandes almacenes, la distribución se realiza según la demanda y los principales medios son las compras online: marketplaces, e-commerces y redes sociales. Pero en este oficio también hay distribuidores, minoristas y restaurantes. Según Tollemache, los mercados de consumo más frecuentes son: São Paulo, la costa de Santa Catarina y Río de Janeiro.

Mercado – Luciano Stremel Barros, quien también es Director de Relaciones Institucionales de la Asociación Brasileña de Enólogos (ABW), comentó que existen estudios que muestran el consumo promedio de vinos por ciudadano brasileño.

«Históricamente, los datos de consumo de vino habían crecido tímidamente: de 1,6 litros en 2016, saltaron a 2,78 litros en 2020, con un pico de 3 litros». Barros cree que este volumen puede ser aún mayor dados los millonarios cargamentos de contrabando que no son incautados.

Tributación – Productores y representantes de organizaciones vinculadas al mercado vitivinícola hablaron sobre los desafíos de operar en Brasil y, entre ellos, la alta tributación, que genera competencia desleal, es uno de los principales aspectos.

El valor medio del impuesto sobre los vinos en Brasil es del 47%. Pero, según Deunir Argenta, presidente de la Unión Brasileña de Vitivinicultura (UVIBRA) y empresario del sector, hay estados que pagan el 68% en impuestos.

Argenta explicó que los productores de vino se han estado organizando durante años en solicitudes a los gobiernos para reducir los impuestos.

“El sector vitivinícola, además de mover una extensa cadena de empleo y generación de ingresos, que incluye turismo y gastronomía, todavía tiene que afrontar algunos disparates: hace unos días se firmó una ordenanza por parte del gobierno para reducir la tasa de diversos productos importados y entre ellos se encuentra el vino. Además del Mercosur con tasa cero, ahora se ingresarán vinos de otros países con un valor menor ”.

El presidente de ABW, Antonio Pedro Coco, destaca que “el tema del contrabando y la malversación en el sector vitivinícola es particularmente cruel