Coronafobia: El trastorno que sufren quienes tienen miedo a contagiarse

Hay una aparición masiva de trastornos sociales, como el miedo excesivo a infectarse, a causa de la actual crisis sanitaria mundial.

La pandemia provocó un efecto devastador en la salud mental de las personas del continente americano. Así lo admitió hace unos días la Organización Panamericana de la Salud, siendo que esto se replica a nivel mundial.

Surgida en Wuhan, China hace más de dos años la crisis sanitaria mundial además de 318 millones de personas infectadas y 5.5 millones de fallecidos, también trajo otros problemas como los mentales. Los diagnósticos más frecuentes son el trastorno de ansiedad fóbica que causa miedo, angustia y depresión, otros trastornos sociales y algo que los expertos identifican una nueva situación traumática en quienes tiene miedo a infectarse y la llaman “coronafobia”.

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM V) en su última edición define estos trastornos como la aparición de miedo o ansiedad intensa, inmediata y desproporcionada ante objetos o situaciones específicas que generalmente no serían consideradas peligrosas, pero que aun así el paciente intenta evitar o resistir activamente.

Los individuos con este miedo extremo tienden a experimentar un conjunto de síntomas fisiológicos desagradables provocados por pensamientos o información relacionada al coronavirus. Es una fobia incapacitante y está fuertemente ligada al deterioro funcional y la angustia psicológica, pudiendo implicar problemas en el bienestar mental. Relacionado también con el miedo excesivo al contagio se encuentra el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), otra alteración relacionada con la ansiedad cuyos síntomas pueden verse exacerbados en el contexto del coronavirus.

“Esta emergencia de salud, no hace sino agrandar el miedo al ataque, que sería el miedo al contagio de un agente externo, así que es posible que el miedo se muestre como un temor al otro, posible transmisor del virus” explicó Gabriela Renault, decana de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador (USAL).

La especialista explicó estos miedos son universales y se pueden entender en 2 sentidos:
  1. Siempre están presentes, pero actuando en “perfil bajo”.
  2. En otro sentido, todos tenemos o padecemos este miedo al ataque, en mayor o menor grado. El mejor ejemplo o referente es el cuadro de la paranoia, cuando la persona ya no puede razonar y lo único que percibe es que todo aquel que se acerque ya me contagió.

“El miedo al ataque es en realidad es un núcleo de ansiedad paranoide, que se activa como un modo de defensa ante una contingencia como esta. Con respecto al miedo a la pérdida, debemos entender que el contagio nos lleva en primer lugar a perder la salud, que alguien con fuerte núcleo paranoide, lo puede vivir como la posibilidad de morir por el contagio, aun a sabiendas que este virus tiene una incidencia mortal de menos del 2 o 3 %, pero la ansiedad depresiva puede llegar a ser tal, que puede jugar un papel muy importante en el desenlace de un contagio”, destacó Renault.

De acuerdo a la profesional como la situación es global gran parte de la población está compartiendo la misma situación de paranoia más o menos generalizada asique es conveniente aportar al conocimiento de los alcances del peligro que tiene el virus, ya que el conocimiento ayuda mucho a disminuir los miedos y las angustias de muchos.

 “La información debe ser dada desde el cuidado. Sin embargo, a otros no les es útil este recurso, y sintiéndose débiles o vulnerables, pueden sucumbir a un riesgo de contagio, al verse o sentirse más desarmados y expuestos al contagio” destacó la psicóloga.

El TOC se define como la presencia de obsesiones, compulsiones o ambas. Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes no deseadas y las compulsiones pueden aparecer para hacer frente al malestar generado por las obsesiones en forma de comportamientos repetitivos que la persona aplica de manera rígida.

Por ejemplo, lavarse las manos con frecuencia se ha planteado como una medida de prevención de la infección. Sin embargo, esta conducta suele ser una compulsión frecuente del TOC asociado a la contaminación. La acción que es adecuada y saludable puede llegar a convertirse en la base del aumento de la prevalencia del TOC asociado al coronavirus en este caso.

El problema de la coronafobia

La coronafobia es un problema relativamente nuevo y se basa en una fobia específica al contagio del coronavirus. Existen estudios sobre fobias relacionadas con otras enfermedades infecciosas que pueden ayudar comprender el patrón de comportamiento de las personas. Según recomendaciones de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA), se encuentran desarrollando herramientas con propiedades psicométricas válidas para un correcto diagnóstico de este nuevo trastorno.

“El mensaje es claro: hemos estado operando en modo de crisis desde el inicio de la pandemia. Además de manejar el miedo a enfermar y el trauma de perder a los seres queridos a causa del nuevo coronavirus, la gente de las Américas ha sufrido desempleo, pobreza e inseguridad alimentaria, y el impacto adverso en la salud mental ha sido generalizado”, aseguró el doctor Anselm Hennis, Director de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS.

También los registros de las líneas telefónicas de ayuda y los informes policiales indicaron un aumento de los casos denunciados de violencia doméstica, en particular el maltrato infantil y la violencia de pareja contra las mujeres. Esto produjo un agravio en los índices de violencia en la región, que según los informes triplican la media mundial antes de la pandemia.

Problemas mentales y trastornos de comportamiento

Según el último estudio de la OPS cuatro de cada diez brasileños han tenido problemas de ansiedad y seis de cada diez de depresión. Según el articulo “Fortaleciendo las respuestas de salud mental a la COVID-19 en las Américas: un análisis de la política sanitaria y recomendaciones”, publicado recientemente en The Lancet Regional Health-Americas, los síntomas de depresión se quintuplicaron en Perú y la proporción de canadienses con altos niveles de ansiedad se cuadruplicó como resultado de la pandemia.

Un estudio mexicano documentó síntomas de estrés postraumático clínicamente significativo en casi un tercio de la población. En Estados Unidos, las tasas de ansiedad y depresión alcanzaron hasta el 37% y el 30%, respectivamente a finales de 2020, frente al 8,1% y el 6,5% respectivamente del 2019.

Por primera vez en Argentina un estudio científico expuso el impacto que tuvo la pandemia en los problemas de salud mental a la par de otras cuestiones vinculadas directamente, como las creencias populares sobre el origen del coronavirus y la confianza en las medidas sanitarias para contrarrestarlo. De acuerdo a esa investigación el 47,2% de las personas consultadas contestó que tuvo algún “trastorno de ansiedad”, seguido por la “depresión” (36,8%) y afecciones de tipo “psiquiátrico” (14,0%).

Las deducciones se desprenden del estudio “Salud, bienestar, coronavirus y vacunas según región y adscripción religiosa”, a cargo de la doctora en Ciencias Sociales, Gabriela Irrazábal (UNLP-UBA) del centro de estudios CEIL-Piette de CONICET. Parte de un programa de académicos que investigan el pensamiento religioso y creencias de las personas y como esto se vincula con la salud.

Según este estudio la población declaró sufrir tres dificultades principales en cuanto a su salud: afecciones mentales, alergias (42,3%) y problemas de la piel(34,7%), cosa poco frecuente en el debate publico. Y el coronavirus recién aparece en el quinto lugar con el 25% de quienes contestaron haber transitado la infección.

Fuente: Infobae.

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