Un menor de edad pasa de media a una hora diaria en WhatsApp

Los smartphones son dispositivos que cada vez se encuentran en mayor cantidad en nuestros hogares y son utilizados por todos los integrantes de la familia, incluso los menores de edad. El uso de estos teléfonos inteligentes hace que los niños tengan acceso a distintos contenidos de redes sociales, que no son recomendables para su edad

Iguazú (LaVozDeCataratas) ¿Se puede regular el uso de WhatsApp por parte de niños?: Se sabe mediante estudios que los niños pasan alrededor de media 1 hora en WhatsApp todos los días, a pesar de las políticas que prohíben el uso de esta aplicación a menores de 16 años, salvo que cuenten con el consentimiento de sus padres.

Las tecnologías de los dispositivos móviles hacen que todos podamos utilizar distintas aplicaciones, y WhatsApp es una de las redes de mensajería instantánea más utilizada en todo el mundo, no solamente por su eficiencia, sino también porque es muy fácil de instalar y utilizar, ya que solo hace falta acceso a internet y un número de teléfono para poder acceder.

Esto hace que todos, inclusive los niños, puedan usarlas sin ningún tipo de inconveniente, lo que en algunos casos pone en alerta a los padres, que deciden instalar una app de protección para que los menores de edad de la casa no puedan acceder a ciertos contenidos que puedan dañar su integridad.

Cuando ingresamos en esta red de mensajería, lo primero que solicita es afirmar que somos mayores de 16 años de edad o que poseemos el consentimiento legal de padres o tutor, y estamos en nuestras facultades de aceptar las declaraciones, garantías, términos y condiciones de este servicio.

Esto quiere decir que la red social en sí misma no permite a los menores de edad el uso de esta aplicación, pero una vez que el niño cuenta con un dispositivo smartphone, queda en manos de los padres la tarea de saber qué tipo de redes sociales utilizan, y a qué tipos de contenidos tienen acceso.

El problema es que en WhatsApp, los vídeos e imágenes de todo tipo circulan constantemente, y sin ningún tipo de filtro.

En los grupos de personas que se pueden ver en la red social puede haber contenidos que pueden afectar a la psicología de los niños, como imágenes bélicas o pornográficas, y todo esto se mueve libremente, pudiendo aparecer en los teléfonos de los más pequeños.

¿Red de mensajería o red social?:Para entender las redes sociales en general, y WhatsApp en particular, es importante trazar un paralelismo entre redes de mensajería y redes sociales.

Hemos escuchado muchas veces a personas decir que WhatsApp es una simple red de mensajería, pero esto es erróneo, ya que por WhatsApp se pueden enviar todo tipo de contenidos a los que tienen acceso los niños.

Los enlaces a sitios de adultos, así como las imágenes y vídeos de todo tipo, circulan constantemente por los mensajes directos o grupos, que debido a esa capacidad debería ser considerada más como una red social que como una red de mensajería. Por eso WhatsApp no cuenta con tantas restricciones como Facebook, Instagram o Twitter.

Al ser considerada como una red de mensajería, su seguridad no llega a ser del todo precisa, y no se somete a tantas presiones como al resto de las aplicaciones. Y lo cierto es que se puede acceder a los mismos contenidos nocivos para los niños a los que uno puede ver en otros sitios.

Consecuencias negativas del uso de WhatsApp: Los niños intercambian constantemente todo tipo de contenidos mediante esta red social, a través de los chats con otros amigos, o incluso, con gente desconocida en distintos grupos.

Se hacen fotografías y se las envían entre sí, sin ningún tipo de seguridad. Una de las críticas de los adultos es que se desconoce qué es lo que hace esta red social con toda esa información que se intercambia.

No se sabe dónde termina alojada esta información ni en manos de quién podría caer, así como tampoco se tienen datos exactos acerca de si la compañía realiza una copia de la información y la guarda en algún sector de la nube.

Los datos que intercambiamos, tanto niños como adultos, pueden estar expuestos a cualquier persona, y es algo preocupante. Simplemente accediendo al contacto de los niños y sin intercambiar contenido con estos, un adulto podría mostrar en su foto de perfil algo que puede interpretarse como acoso a los niños.

Un acosador puede acceder fácilmente a mucha información de cualquier niño, lo que preocupa a toda la comunidad. Solamente conociendo el número de teléfono de un menor, un acosador tiene acceso a información específica, como puede ser su foto personal, el tiempo que se encuentra conectado, cuándo fue el horario en el que se conectó por última vez, o la hora del último mensaje que envió. 

 

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