Volver a aprender en la vejez: La historia de Tomasa

Retomar el contacto con la escritura, la lectura, pintura y otras actividades escolares y artísticas le permitieron superar la depresión y ver la vida de otro modo. "Dejamos de estimular a nuestros padres porque pensamos que tienen la vida resuelta, pero no, es el periodo que más atención y contención necesitan" reflexionó su hija en LaVozDeCataratas.

Iguazú (LaVozDeCataratas) Tomasa es una mujer de 83 años, que se dedicó toda su vida a ser ama de casa y cuidar a su familia. Cuando falleció su esposo, sus hijos se hicieron cargo de ella y se encargaban de que no le faltara nada material. A pesar de eso, «ella empezó hace un tiempo a olvidarse las cosas, estaba decaída y con un poquito de depresión, entonces empecé a notar que tenía una enfermedad inexistente, tenía muchos dolores, le hacíamos estudios de todo tipo y siempre salía negativo» comentó a LaVozDeCataratas, su hija Eustacia González.

Después de pasar por varios profesionales, le sugirieron que el problema era emocional y que buscara ayuda en ese sentido: «nosotros, en el amor que le tenemos, no le permitíamos hacer nada, lavar un plato, ni servirse la comida, le atendiamos como si fuese una criatura y fue un error. Nos sugirieron que busquemos a una psicóloga, que vino y habló mucho con ella, empezó a hacer terapia, gimnasia y empezó a mejorar» relató González.

Así fue que «Tomasita», como la conocen, comenzó a interiorizarse en volver a aprender a leer, escribir y pintar, actividades en las que hoy pasa el tiempo y que le permitieron dejar atrás los síntomas de depresión que presentaba. «Empecé a buscar material, lecturas con letras grandes que pueda leer bien. Después empezamos la parte de escritura, y así arrancamos este camino hace un mes y medio acompañados de la profesional y ahora puede moverse más» explicó su hija. Esa rutina la repiten todos los días, evitando que «pase todo el día enfrente de la televisión».

Como toda persona criada en el siglo pasado, «ella fue una mujer que por la época en que estudió, curso solo hasta segundo grado, lee perfectamente, pero le costaba escribir, porque tiene un poco atrofiada la parte muscular. Antes las ama de casa se dedicaban a atender a su familia, nunca le preguntaban que le gustaba, tenían obligaciones y punto. Cuando tuvo la posibilidad de elegir le costó decir que le gustaba hacer».

Por eso, Eustacia reflexionó, la importancia de apoyar emocionalmente a los adultos mayores: «Tenemos clases todos los días, para que no caiga en ese vacío profundo de no esperar nada de la vida, y que empiece a manifestar lo interior de ella. Es un tema que no se visibiliza mucho, como mi mamá hay mucha gente que anda a la deriba por falta de preparación nuestra. Dejamos de estimular a nuestros padres porque pensamos que tienen la vida resuelta, pero no, es el periodo que más atención y contención necesitan»

Siempre acompañada de la familia, ya que en el caso de Tomasa «Su soporte es su nieta Lurdes, porque se crió con ella desde que nació y ella es la que le habla, le explica, le va guiando y a ella le obedece, porque lo que dice su nieta es ley, así como antes la abogada era su abuela, ahora es ella la que está velando para que esté bien y para que mejore y no caiga en esa demencia senil».

En ese sentido, recordó la importancia de estar alerta a los síntomas de depresión en los adultos y evitar solo cuidar » el aspecto material, pero no el emocional, de sentarse y preguntarle como está, volver a conversar, que le gusta, que quiere, me cuenta cosas y se siente bien. Y nosotros también porque le vemos bien» finalizó.

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