El hombre que era pareja de la taxista Claudia Elizabeth Benítez (32), quien fue asesinada hace una semana, seguirá tras las rejas e imputado en forma provisoria por el delito de “homicidio calificado agravado por la relación de pareja y violencia de género, femicidio (artículo 80 inciso 11)”, según lo dispuso ayer el juez de Instrucción en turno, Miguel Mattos.
El individuo, de 39 años, se abstuvo de declarar durante la audiencia indagatoria, en tanto que su defensa aguarda que se resuelva el pedido de excarcelación, indicó una fuente.
La obereña fue ultimada de dos estocadas de arma blanca en el cuello que le produjeron un shock hipovolémico por la gran cantidad de sangre que perdió en pocos segundos. Luego su cuerpo fue arrojado a un pozo.
Su ausencia fue reportada el martes 17 de mayo, e incluso quedó registrado el último mensaje que Claudia Benítez envió a sus compañeros de trabajo. Fue desde su celular pero de texto, cuando habitualmente saludaba al iniciar la jornada con un mensaje de audio deseando un buen día para todos sus compañeros. Este último mensaje aseguraba que viajaba hacia Nemesio Parma a buscar tres pasajeros, entre las 6 y 7 de ese martes.
Pasadas las 8 se confirmó que sobre la avenida terrada Del Té, en el ingreso al complejo habitacional de Nemesio Parma y a 600 metros del acceso a una cantera de piedra de una empresa constructora, fue hallado totalmente reducido a metales, plásticos y caucho calcinados el Chevrolet Corsa Classic propiedad de Benítez y su herramienta de trabajo. El silencio y búsqueda se mantuvieron hasta el mediodía en que fue notificado el juez de Instrucción 7, Miguel Mattos, sobre el fuego y la ausencia de la obereña.
Ese punto es frente a la construcción abandonada y al pozo de agua donde al día siguiente, es decir el miércoles 18 de mayo a las 9, fue hallada sin vida la taxista. A partir de entonces surgió el primer sospechoso: su pareja.
La sangre y las denuncias
Cuando intervinieron los bomberos de la fuerza de seguridad el fuego ya había arrasado el Corsa por lo que recoger evidencia o elementos que puedan servir para la investigación fue en vano. Es decir que la mano asesina se salió con la suya, no dejar rastros ni huellas y lo mismo intentó al arrojar el cuerpo a un pozo.
En cuanto a otros elementos incautados que puedan orientar en la investigación y tal como se publicó, se supo que figuran los teléfonos celulares de los dos hijos de Claudia Benítez y un par de zapatillas que también fueron entregadas en la vivienda de la víctima fatal en Itaembé Miní.
Por ahora intentan establecer si las manchas que presentaba son de sangre humana y a quién corresponde en caso de ser positivo el resultado.
Tras el hecho la defensa del ahora imputado dijo que “el hombre trabaja como encargado de una farmacia y también es enfermero”, y que “esa sangre podrían haberle quedado de alguna atención realizada a algún cliente o familiar”. De todas maneras serán los forenses quienes tendrán la última palabra y establecerán a quien corresponden las citadas muestras.
Otro elemento que habría analizado el juez instructor para imputarle el hecho al acusado es que existían antecedentes de denuncias de la pareja por violencia de género y familiar.
Por esos maltratos la Justicia decretó un apartamiento de la convivencia y restricción de contacto por tres o seis meses al hombre respecto a la mujer.
Desde hoy comenzará la etapa testimonial en la causa, donde se aguardan numerosos testigos, quienes podrán aportar a la investigación judicial.
Por otra parte, familiares, amigos y allegados a la víctima organizaron para el próximo jueves 26 de mayo una marcha en pedido de Justicia, que se llevará a cabo desde las 16 en la plaza 9 de Julio de Posadas.
Fuente: Primera Edición