El “Gaslighting” es un tipo de abuso emocional que hace que la víctima dude de su propio criterio en manos del manipulador. Puede darse entre familiares, amigos o compañeros de trabajo. El manipulador exagera los defectos de su víctima haciéndola sentir inferior o inútil y aumenta su crueldad cuando la víctima se está “hundiendo”.
Además, la hace quedar en ridículo si se lo cuestiona sin importar dónde se encuentren o quién esté delante. Otra de las características es que la persona que manipula explica las mismas mentiras que hace creer sobre la víctima a las personas de su entorno.
Es muy habitual que el manipulador utilice frases tales como: “Te estas enojando por nada”, “Por qué siempre estás a la defensiva” o “Das vuelta las cosas” como estrategia para negar lo que ocurrió, siembra la duda en la víctima, que ya no sabe qué creer. Esto aporta ansiedad, angustia y confusión.
Como este tipo de abuso es difícil de detectar es importante confiar en tu propia intuición y si estás incómoda termines la relación cuanto antes. Comunicate con tus amigos y familiares para apoyarte en ellos y contarle lo que estás atravesando. Es importante no perder el vínculo con tus afectos y pedirles ayuda.
Fuente: Revista Mía