Dos meses después de anunciarlo, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán presentarán este lunes el proyecto de ley para cobrar un impuesto especial a la “renta inesperada” que hayan conseguido un grupo de empresas debido al shock de precios que siguió a la guerra en Ucrania.
1-Cómo será el impuesto y a quiénes afectará
El Ejecutivo apuntará a ganancias “extraordinarias”, aquellas que no responden a un incremento de la inversión sino al efecto del shock internacional de precios que provocó la invasión rusa y la guerra en Ucrania. Se trataría de una alícuota sobre la renta no asociada a incrementos en la inversión sino que se explique por el salto de precios internacional.
“La ganancia neta imponible real tiene que haber aumentado de forma significativa en 2022 en relación con 2021″ y que “el resultado ordinario (el margen de ganancia) también tiene que ser anormalmente elevado en 2022″, para que las empresas sean consideradas dentro del impuesto, dijo Guzmán al presentar la iniciativa.
Según el jefe del Palacio de Hacienda, se trata de una “fracción muy pequeña”, de empresas. En ese sentido, remarcó que en 2021 le hubiera correspondido pagarla a un 3,2% de las compañías totales. Esas ganancias deberían ser superiores a los $1.000 millones en el año, aunque no se determinó aún con precisión cómo se contabilizarán esas ganancias.
2-Incentivo por reinversión
Por otra parte, el Gobierno había anticipado que “se incluirá un criterio en que si la renta inesperada se canaliza hacia la reinversión, el monto de la contribución será menor”. La “zanahoria” es que tendrán un descuento del gravamen quienes reinviertan esas utilidades “inesperadas”.
“Se está dialogando de forma constructiva para conformar un proyecto de ley que esté bien fundado y que tenga solidez. lo que se busca es redistribuir ingresos inesperados por la guerra y que no tengan que ver con la inversión o la producción”, afirmaron cerca de Guzmán.
3-Potencial de recaudación
Un ingreso extraordinario para el fisco en medio del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional podría resultar un “alivio” para el cumplimiento de las metas fiscales consensuadas con el organismo. El programa económico prevé un déficit primario de 2,5% del PBI para este año.
Las metas del primer trimestre fueron alcanzadas, pero las del segundo, tercero y cuarto trimestres podrían tener una “actualización” en términos nominales por la pauta inflacionaria nueva que contemplarán el Palacio de Hacienda y el Fondo, más en línea con el 65% anual de suba de precios que estiman en en mercado y lejos del tope de 48% previsto en un primer momento.
“Con casi todas las categorías de gasto corriendo por encima de la inflación y sin la ayuda extra de los ingresos captados por las rentas de la propiedad, es casi un hecho que el gobierno no podrá cumplir con la meta fiscal de 2,5% del PBI pactada con el FMI para este año. Incluso la meta fiscal de junio ya está bajo amenaza: si depuramos el resultado fiscal base caja de los primeros meses del año de los ingresos extras captados por las rentas de la propiedad y del costo fiscal del nuevo IFE, ya estaría incumplida. El gasto debería más que ajustarse, pero todo indica que hasta el momento no es algo que esté en los planes de la administración actual”, aseguró un informe reciente de Consultatio.
Para la consultora Sarandí, por su parte, “el Gobierno tendría dos alternativas para aprobar las metas sobre fin del año”. Por un lado, “elevar al Congreso el anunciado proyecto de ley para capturar parte de la renta inesperada (y garantizar su aprobación)”. O como alternativa “solicitar una dispensa (waiver) al FMI, con el propósito de flexibilizar las exigencias fiscales en un año donde casi ningún país del mundo va a reducir el déficit público”. Según Sarandí, el impuesto nuevo podría aportar hasta 0,41% del PBI.
4-Críticas del sector empresario
La iniciativa que busca cobrar renta inesperada ya fue cuestionada por cámaras empresarias. “La Argentina debe volver a retomar la senda del desarrollo económico y social sostenible. Para ello resulta esencial generar las condiciones para que las pequeñas, medianas y grandes empresas puedan concretar inversiones que generen empleo y hagan crecer la producción y las exportaciones. La creación de nuevos impuestos -como el recientemente anunciado ‘impuesto a la renta inesperada’- va en la dirección opuesta a lo señalado. En la Argentina ya están en vigencia 165 impuestos y la carga tributaria sobre el sector formal de la economía es muy elevada y ha crecido fuertemente en los últimos 20 años, superando holgadamente el promedio de la región”, señaló la Asociación Empresaria Argentina (AEA).
Además, horas después del anuncio de Guzmán representantes sectoriales y regionales de la Unión Industrial Argentina manifestaron su preocupación por la creación de una alícuota adicional. En la reunión de la Junta Directiva de la entidad se analizó “cómo afectará a la inversión un nuevo incremento en la presión tributaria sobre el sector formal de la economía y el impacto negativo que tendrá en la actividad y el empleo”.
5-Antecedentes internacionales
El gobierno del Reino Unido anunció a fines de mayo un “impuesto a las ganancias inesperadas (windfall tax) de las productoras de petróleo y gas para aliviar en al menos USD 6.300 millones el golpe a las familias. Ofgem, el regulador energético británico, calculó que la factura energética del hogar promedio subiría entre 800 libras y 2.800 libras anuales (de USD 1.000 a 3.500) hacia octubre.
La administración de Boris Johnson señaló que el nuevo tributo sobre las firmas energéticas será “temporario” y “focalizado”, según aseguró el secretario de Hacienda británico, Rishi Sunak. Funcionarios del gobierno conservador se opusieron inicialmente al impuesto, para no frenar inversiones, la opinión pública y el Partido Laborista presionaron para su sanción.
Italia tomó una medida similar. Las compañías de energía deberán pagar antes de noviembre un impuesto único del 25% introducido por el gobierno de Mario Draghi para ayudar a familias y empresas a hacer frente al aumento de los costos de la energía. El tributo recaudaría unos 11.000 millones de euros. Las compañías productoras y distribuidoras de electricidad, gas y petróleo deben hacer un pago inicial del 10% a fines de junio y el resto para noviembre, consignó la agencia Reuters.
España, por su parte, ya contaba con lo que el gobierno español llamó impuesto a “los beneficios caídos del cielo”. El oficialismo español debate reforzar la recaudación de ese tributo apuntando a las empresas energéticas que tuvieron ganancias extraordinarias por el aumento de los precios tras la guerra en Ucrania.
6-Qué piensa el FMI
El Fondo Monetario Internacional avaló la creación de un aumento de los impuestos sobre el exceso de las ganancias de las empresas. “Para disminuir la carga para las finanzas públicas, se podría prever un aumento temporal de los impuestos sobre el exceso de beneficios. Esto ayudaría a recuperar parte de las transferencias a las empresas que no las necesitan”, indicó el organismo multilateral en un capítulo analítico del World Economic Outlook (WEO), difundido antes del inicio formal de la reunión de abril pasado del FMI y el Banco Mundial. “En los casos en los que la fijación de objetivos es difícil y el espacio fiscal es limitado, los países pueden tener que considerar medidas de aumento de los ingresos para financiar diversas prioridades”, indicó el Fondo.
“Aumentar el cumplimiento de las obligaciones fiscales y otras reformas para modernizar de la fiscalidad de las empresas son posibles vías; podrían incluir aumentos temporales del impuesto de sociedades de la renta de las empresas para captar los beneficios excesivos relacionados con la pandemia”, precisó, en sintonía con la idea de Guzmán.
Fuente Infobae