Fuerzas rusas sufrieron hoy un retroceso en la toma de la ciudad ucraniana de Severodonetsk, mientras las tropas locales lograron controlar la mitad de la metrópoli de la región del Donbás, en tanto que volvieron a registrarse explosiones en la capital, Kiev.
El retroceso de los militares rusos se profundiza según afirmó el gobernador regional, Sergiy Haidai.
«Los rusos controlaban alrededor del 70% de la ciudad, pero en los últimos dos días han sido rechazados», aseguró. A través de su cuenta de Telegram, el funcionario detalló que actualmente «la ciudad está dividida en dos».
El pasado viernes, la conquista de Severodonetsk parecía inminente, pero en las últimas horas la resistencia logró avanzar posiciones.
En tanto, en Kiev, el alcalde, Vitali Klitshko, informó que este domingo reaparecieron ataques en la capital ucraniana y sus alrededores, precisamente en los barrios de Danrnyza y Dnipro, informó el sitio France 24. Un hombre fue trasladado a un hospital tras sufrir heridas.
En tanto, también hubo explosiones en la localidad de Browary, a las afueras de Kiev, pero no está esclarecida la gravedad de los daños.
Este ha sido el golpe más fuerte que Kiev ha padecido desde hace semanas, luego de que la resistencia local expulsara a los militares rusos y la atención se dirigiera al sur y a la región del Donbás.
Del lado ruso comunicaron que las agresiones fueron para destruir misiles de largo alcance y alta precisión, tanques y otros vehículos blindados por parte de los países de Europa.
«Los misiles lanzados desde el aire de largo alcance y alta precisión de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas destruyeron tanques T-72 y otros vehículos blindados que se encontraban en los edificios de una empresa de reparación de automóviles», explicó el Ministerio de Defensa de Rusia.
En tanto, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que las Fuerzas Armadas alcanzarán nuevos objetivos si Occidente le suministra misiles de largo alcance a Kiev.
«Sacaremos las conclusiones apropiadas y usaremos nuestras armas para atacar aquellos objetivos que hasta ahora no hemos atacado», indicó Putín, al ser entrevistado por el Primer Canal de la televisión pública.
Esta advertencia llega luego de que la Casa Blanca anunciara oficialmente una nueva ayuda militar con un valor de 700 millones de dólares, la cual incluye lanzaderas múltiples de misiles HIMARS con alcance de 70 kilómetros.
Además, Putin señaló que «los envíos de armamento estadounidense no equilibrarán las fuerzas en campo entre Rusia y Ucrania y que eso únicamente tiene como finalidad prolongar lo máximo posible el conflicto armado”.
Fuente Telam