Preocupa a las empresas alimenticias la falta de insumos críticos y que las restricciones se extenderían el resto del año

El Banco Central les prometió “flexibilidad” pero muchas compañías de consumo masivo ven que sus stocks se están agotando y los riesgos de desabastecimiento son palpables.

La preocupación por la falta de productos en las góndolas, tanto importados como de fabricación nacional, crece a medida que corren los días y se van consumiendo los stocks tanto de productos terminados, cuyos precios se disparan, como de insumos básicos para la producción de bienes de consumo masivo, particularmente alimentos.

Al faltante de papel en todas sus variantes -hoy el producto más conflictivo para las grandes cadenas de supermercados-, zapatillas y electrónicos, se pueden sumar en las próximas semanas alimentos básicos más allá del café y cacao en polvo. También en la industria de productos de higiene, limpieza y cuidado personal la alerta es total.

En una de las compañías alimenticias admitieron que “hay muchísima preocupación porque todo esto genera desabastecimiento o un aumento fuerte de precios por el alto costo de la financiación”

“Pesce se cuidó dar plazos concretos. Si bien no dijo que las restricciones se van a mantener hasta el año que viene, tampoco garantizó que la norma vaya a finalizar en septiembre. Pero cuando habló de toda la situación de coyuntura, hacía referencia a, como mínimo, toda la segunda parte del año”, confió una fuente que participó del encuentro en sintonía con otros representantes de distintos sectores de la industria, quienes también recibieron el mismo mensaje.

Lo concreto es que las consecuencias pueden ser devastadoras. En una de las más grandes compañías de consumo masivo, que fabrica a nivel nacional más del 90% de lo que comercializa, los ejecutivos de los departamentos de compras y finanzas están al borde de un ataque de nervios, esencialmente para tratar de convencer a sus proveedores de que los financien, lo que resulta casi imposible para la gran mayoría de las compañías, incluso para las más grandes y multinacionales.

En una de las más grandes compañías de consumo masivo, que fabrica a nivel nacional más del 90% de lo que comercializa, los ejecutivos de los departamentos de compras y finanzas están al borde de un ataque de nervios, esencialmente para tratar de convencer a sus proveedores de que los financien

Dada la situación, algunos bancos comienzan a desarrollar líneas de crédito en dólares que todavía no están operativas pero que, cuando lo estén, tendrán una tasa entre 8% y 10% anual. “Es un costo altísimo, que se va todo a precios y ni hablar del riesgo de devaluación”, explicaron en una de las empresas eventualmente con capacidad de acceso al financiamiento bancario.

Por el momento, la necesidad más acuciante se concentra en los materiales para empaques, tapas y botellas, además de papel. Pero también en lo que hace al contenido, existen ingredientes y esencias transversales a toda la industria de la alimentación que vuelven el cuadro muy complejo. De ahí que Pesce prometió algún grado de elasticidad, al tiempo que se acordó con los empresarios una mesa de trabajo conjunto para monitorear el caso. “Dejó una puerta abierta para aquellos casos críticos en los que hiciera falta, se van a analizar. Lo que pasa es que no se trata de dos o tres insumos, es generalizado, prácticamente estructural. No queda muy claro cómo van a aplicar esa flexibilidad porque es una urgencia atrás de la otra””, explicó un directivo de una de las compañías citadas quien admitió que “hay muchísima preocupación porque todo esto genera desabastecimiento o un aumento fuerte de precios por el alto costo de la financiación”.

Fuente Infobae

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