Iguazú Jungle e investigadores del Ibs-Conicet monitorean las poblaciones de peces del Parque Nacional Iguazú

Iguazú Jungle desde hace 5 años, y como parte de los compromisos como empresa concesionaria de los paseos náuticos, financia una investigación que conducen científicos del Instituto de Biología Subtropical – CONICET/UNAM. Este estudio comprende el seguimiento de la calidad del agua y la salud de las poblaciones de peces del río Iguazú, dentro del parque nacional y en las inmediaciones del mismo.

Iguazú (LaVozDeCataratas) El río Iguazú tienen una diversidad de peces única en el mundo. Su cuenca, desde la Serra do Mar (Brasil) hasta las cataratas, constituye una región ecológica con especies acuáticas propias, los que los científicos llaman endemismos. Los famosos saltos han generado el aislamiento de las poblaciones de peces favoreciendo la presencia de singularidades aguas arriba de las cataratas.

En el paseo a Garganta del Diablo, y ante los ojos de muchos turistas, se pueden observar especies características del sector, algunas cuya biología aún permanece casi desconocida para la ciencia. Desde el moncholo o surubí del Iguazú (Steindachneridion melanodermatum), un bagre que supera los 50 cm de largo, hasta viejas del agua (Familia Loricariidae), juanitas (Crenicichla sp.) y una gran diversidad de mojarras. Cuando las aguas están transparentes, el Paseo Ecológico, también ofrece la oportunidad de observar esta rica ictiofauna.

Iguazú Jungle desde hace 5 años, y como parte de los compromisos como empresa concesionaria de los paseos náuticos, financia una investigación que conducen científicos del Instituto de Biología Subtropical – CONICET/UNAM. Este estudio comprende el seguimiento de la calidad del agua y la salud de las poblaciones de peces del río Iguazú, dentro del parque nacional y en las inmediaciones del mismo.

La investigación, que cuenta con el aval de Parques Nacionales, comprende muestreos durante todas las estaciones del año, y entre sus objetivos busca entender la dinámica de las comunidades de peces, tanto aguas arriba como por debajo de los famosos saltos. Además, detectar eventuales impactos de contaminantes provenientes de agroquímicos y de hidrocarburos del petróleo.

Hasta el momento, la investigación reafirma la importancia del Parque Nacional Iguazú para la conservación a largo plazo de los peces, debido a que la mayor diversidad de estos vertebrados acuáticos se concentra dentro del área protegida, siendo muy notoria su disminución en aquellas aguas no protegidas. Queda en evidencia que en el tramo entre los saltos y la ciudad de Iguazú las poblaciones de peces son significativamente menos abundantes y sin dudas están sometidas a una alta presión de la pesca furtiva.

Los estudios no han detectado presencia de hidrocarburos en los sedimentos de las playas del río, indicando que los impactos por contaminación de las embarcaciones de turismo resultan despreciables. El proyecto incluye la toma de muestras de sangre de los peces, que una vez analizadas en laboratorios especializados, también permite detectar la presencia de contaminantes que podrían poner en riesgo la salud de los mismos.

Como parte de la investigación cabe mencionar novedades para el parque, es decir el registro de algunas especies de peces por primera vez dentro del área protegida. Es el caso del tape o manguruyú de las piedras (Pseudopimelodus mangurus), el bagrecito Cetopsis gobioides, y la boga Megaleporinus piavussu.

Es importante mencionar que la cuenca del río Iguazú, particularmente en territorio brasileño, donde transcurre el 98 % de su curso, está altamente modificada por la presencia de seis represas ubicadas sobre el curso principal, a las que hay que sumar otras que se asientan sobre sus afluentes. La gestión de los volúmenes de agua ha cambiado el ritmo natural de las crecientes y bajantes influyendo sobre la calidad del hábitat de la comunidad de peces. Además, en muchas de estas represas se realiza cultivo de especies no nativas del Iguazú. Muchas de ellas han escapado y ya han establecido poblaciones silvestres, afectando a las especies nativas del Iguazú, únicas en el mundo. Asimismo, la mayor parte de la cuenca en territorio brasileño ha sufrido una conversión de bosque nativo a tierras para agricultura, lo que cambia la calidad de las aguas y aumenta la contaminación por agroquímicos.

Aunque durante las últimas décadas los estudios sobre peces del tramo argentino del río Iguazú han aumentado y sumado varias especies nuevas para nuestro país, las investigaciones a largo plazo de aspectos ecológicos y ecotoxicológicos, siguen siendo escasas. De ahí la importancia que tiene el estudio que surge de la combinación de esfuerzos desde el ámbito científico público y el sector privado. Además, pone de manifiesto que las actividades turísticas, si se desarrollan de manera responsable, incluyen acciones invisibles para el público general pero que fortalecen la conservación del entorno natural a largo plazo.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Pan de la abuela

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