Desde el 2020, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) firmó un convenio con el Ministerio del Agro y la Producción de Misiones para el relevamiento de territorios habitados por pueblos originarios. Una vez que el estudio está completo, se confecciona una carpeta técnica y se envía al INAI para su aprobación. La Ley Nacional 26.160 y sus posteriores prórrogas permiten tener una certificación de utilización tradicional de los territorios por parte de estas comunidades para evitar conflictos y posibles desalojos.
Contó que “en marzo del 2021 se reiniciaron las tareas operativas. Se avanzó muchísimo, no sólo con los relevamientos nuevos en terreno, sino con los cierres de carpetas que quedaron pendientes, porque los tiempos apuran”. Cabe mencionar que la Ley Nacional 26.160 obtuvo una prórroga a través de un DNU del presidente Alberto Fernández, ya que su vencimiento estaba pautado para noviembre del 2021.
Sosa recordó que las comunidades a ser relevadas en Misiones “eran unas 49, en distintas zonas, en el norte y centro. En algunas, los relevamientos ya se habían hecho, pero necesitaban un cierre en algunos puntos”. Detalló además que el equipo técnico estuvo en zonas como “San Vicente, Montecarlo, San Ignacio, Puerto Iguazú, Colonia Aurora y queda la zona de Pozo Azul, otras en Concepción y Santa María”.
El antropólogo aclaró que, con este relevamiento y la posterior carpeta técnica, “hablamos de un reconocimiento del territorio. En términos técnicos, se realiza para conocer las familias, la población, personas menores de 14 años, el acceso a servicios, las condiciones en que viven e indagar sobre el territorio que ocupan actualmente de manera tradicional y pública”.
Para acercarse a los pueblos originarios, Sosa indicó que “el equipo técnico operativo (ETO) está conformado por jóvenes de las comunidades mbya guaraní, son unos ocho y los demás son antropólogos, historiadores, comunicadores sociales y tenemos un área jurídica que se encarga de los dictámenes específicos”.
En la conformación de una carpeta técnica, con la mayor cantidad de datos precisos de relevamiento, “implica un trabajo con las autoridades comunitarias y con los miembros de la comunidad para tener una labor certera, en reuniones donde participan ancianos, jóvenes, mujeres y niños, con resultados interesantes”, agregó.
Entre los resultados de estos estudios en terreno, compartió que pueden detallarse “sitios de caza, pesca, identificación de lugares de reproducción de especies y espacios donde colectan recursos para su vida cotidiana. En una instancia histórico antropológica da cuenta de la historia de la comunidad, luego se hace un mapeo y se realiza un recorrida por los lugares identificados”.
Lautaro Sosa explicó que, para cerrar el estudio, “se confecciona un mapa del territorio y junto con un informe se envía a Buenos Aires para su evaluación (en el INAI). Después, eso se convertirá en una carpeta técnica, que se entrega a las autoridades de las comunidades”.
Fuente Primera Edición