La acuciante inflación y la escasez de reservas devolvieron al centro del debate la posibilidad de una devaluación pronunciada en los próximos meses. Cualquier salida que se decida desde el Gobierno tendrá consecuencias adversas y por ese motivo, se trata de postergar la definición en el tiempo.
Las reservas estrictamente líquidas son negativas y las netas solo son sostenidas por los DEG (Derechos Especiales de Giro) del FMI y la tenencia de oro
Hoy las reservas internacionales brutas alcanzan los USD 37.000 millones, un piso desde el 14 de octubre de 2016, prácticamente seis años atrás. Mientras, las estrictamente líquidas son negativas y las netas solo son sostenidas por los DEG (Derechos Especiales de Giro) del FMI y la tenencia de oro.
También hay un perjuicio creciente por avalar una suba del tipo de cambio oficial a un ritmo menor al de la inflación. El Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (Itcrm) del BCRA alcanza los 94 puntos, por debajo de la base 100 del 17 de diciembre de 2015, cuando se levantó el “cepo” anterior, y en su nivel menos competitivo desde abril de 2018.
Referido a esto, basta recordar que la balanza comercial registró en junio un déficit de USD 115 millones, el primer saldo negativo desde agosto de 2018, si se excluye la parálisis de exportaciones por una medida gremial de diciembre de 2020. El rojo comercial por el intercambio de bienes se suma así al tradicional déficit por la cuenta de servicios, que profundiza la salida de divisas de la economía local.
Los analistas evalúan en este marco dos escenarios: una devaluación abrupta, tal como sucedió en enero de 2014, o buscar la alternativa de una segmentación formal o “desdoblamiento” del mercado de cambios, para “devaluar sin devaluar”.
El primer caso es resistido porque una devaluación del peso para el comercio exterior elevará fácilmente a la inflación por encima del 100% anual, al encarecer el precio de bienes finales, piezas e insumos importados. Además, las posiciones del Banco Central en dólar futuro -contratos en pesos atados a la devaluación- impiden, por su alto costo en emisión, un alza fuerte del dólar en los meses de agosto y septiembre; esta es una factura que aumentó durante el segundo gobierno de Cristina Kirchner se le hizo pagar a la administración de su sucesor, Mauricio Macri.
En tanto, un desdoblamiento cambiario formal está vedado por las condiciones del acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional. No obstante, Argentina es un país pródigo en regulaciones y controles que le imponen trabas a la economía y, producto de ello, también proliferan múltiples tipos de cambio, es decir dólares formales o informales diferenciados adaptados a la creatividad de los funcionarios públicos.
Así conviven no menos de una docena de precios distintos para el dólar:
Dólar mayorista – $134,59
Es el tipo de cambio de referencia en la Argentina para operaciones de comercio exterior y la cuenta capital. Este es el tipo de cambio mayorista (MULC o Mercado Único y libre de Cambios) que toma el Ministerio de Economía para calcular la deuda bruta y las empresas que deben cancelar vencimientos en moneda extranjera.
Dólar “ahorro” o “solidario” – $233,05
El dólar minorista o “ahorro” es el precio al público del dólar mayorista más la comisión que se cobran los bancos por la intermediación (puede alcanzar hasta el 5%), más la carga tributaria del 30% por el Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) y el 35% como adelanto del pago del Impuesto a las Ganancias. Se ofrece con un cupo mensual de USD 200 para individuos.
El dólar libre es el más popular dentro de los alternativos al minorista, pero hay otros que cotizan en los mercados
Dólar libre – $295
Se trata del billete que se comercializa en cuevas o a través de “arbolitos”, es decir, por fuera del circuito legal. No hay registro de estas operaciones. Al ser una cotización libre, refleja con más transparencia el precio real que los ahorristas están dispuestos a pagar y convalidar, pese al reducido volumen de su operatoria.
Dólar soja – $234
El Banco Central anunció en julio 2022 la puesta en marcha de un régimen especial para incentivar las ventas de la oleaginosa que les permitirá a los agricultores cubrirse de una posible devaluación del tipo de cambio oficial y hasta comprar moneda extranjera al valor del dólar ahorro, que actualmente cotiza $60 por debajo de los financieros, con un tope del 30% del monto de la operación de comercio exterior. No obstante, la aplicación de retenciones al sector del 33% encarece en definitiva el precio del dólar que el productor puede comprar.
Dólar futuro – $191,50
El tipo de cambio que cotiza a plazo es un valor teórico, que surge de negociaciones entre agentes financieros en los mercados MaTBA TBA-Rofex y MAE (Mercado Abierto Electrónico). Se trata de contratos en pesos que tienen como referencia la futura evolución del tipo de cambio oficial y la tasa de interés de mercado. De los precios del dólar futuro se puede estimar la expectativa de devaluación del mercado, aunque cuando hay “cepo” pierde valor como indicador. Las posturas para fin de año alcanzan lo 187 pesos. El BCRA puede intervenir en esta plaza con la abundante oferta de dólares a futuro para bajar los precios y calmar las tensiones cambiarias.
El tipo de cambio real es el más bajo desde abril de 2018 y Argentina regresó al déficit comercial
Dólar “Contado con Liquidación” – $288
Este es un tipo de cambio implícito en los precios de acciones y bonos que tienen cotización simultánea en pesos y en dólares. El “contado con liqui” permite dejar depositados a los dólares producto de la operación en una cuenta del exterior. Son transacciones legales y registradas entre privados, por cuanto no impactan en las reservas netas del Banco Central.
Dólar Bolsa o MEP – $281
Consiste en la compra de bonos en la Bolsa porteña con pesos y la venta del mismo título en dólares, pero se diferencia del anterior porque las divisas quedan depositadas en una cuenta en el sistema financiero local. Por ese motivo, suele ser un poco más barato que el “liqui”.
Dólar tarjeta o turista – $247,17
Al tipo de cambio promedio minorista se le debe sumar el 30% del impuesto PAIS y el nuevo gravamen de 45% de percepción como adelanto de Ganancias para consumos con tarjeta de bienes o servicios brindados por un proveedor del exterior. Este último tributo será devuelto al contribuyente a comienzo del año próximo en los casos que corresponda a su valor nominal, aunque este beneficio pierde mucho de su atractivo debido a la rampante inflación.
Dólar para turistas extranjeros – $281
La operatoria consiste en que el banco o la casa de cambio reciba los dólares del turista y que luego los ingrese al sistema mediante la compra de títulos en el mercado. Es decir, la operación inversa a la que hacen habitualmente las empresas para obtener divisas mediante la operatoria del dólar MEP. Es decir el turista extranjero compra los títulos con dólares y los revende contra pesos.
Dólar Cedear – $286
Otra manera de dolarizar ahorros popularizada en los últimos dos años es a través de los Certificados de Depósito Argentinos (Cedear), instrumentos de renta variable que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos y están respaldados en acciones de empresas extranjeras. Al igual que el “contado con liqui”, cuentan con la referencia del precio en dólares del activo en Wall Street y su valor en pesos en la Bolsa porteña.
Dólar Lede – $282
Comprar Letras del Tesoro en pesos es otra forma de dolarizarse, ya que algunos títulos de corto plazo cotizan en moneda local y también en dólares en la Bolsa porteña (especie “C”). De esta forma, se puede hacer una operación de contado con liquidación sin un tope máximo de monto. Las Letras de deuda pública más utilizadas son las de Descuento (Lede).
Las Letras de deuda pública más utilizadas son las de Descuento
Dólar Cripto – $285
El tipo de cambio para acceder a dólares mediante criptomonedas opera por encima de los $300. En el ecosistema cripto, no obstante, existen diferentes cotizaciones según la billetera virtual con la que se opere y los diversos activos, como Bitcoin, Ethereum, Theter, etcétera.
Brecha insostenible
El pasado 4 de julio, tras la sorpresiva renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía, la brecha cambiaria volvió a superar el 100 por ciento, umbral del que no pudo revertir. Pasadas cinco semanas se da una situación perniciosa para la economía, porque una brecha tan alta amplifica las distorsiones de precios y estimula las especulaciones acerca de una inminente devaluación.
El Gobierno buscó una salida de corto plazo para sortear esta brecha y promover una mayor liquidación de exportaciones con el “dólar soja”, una propuesta engorrosa que permite a los productores redolarizar hasta 30% de sus ventas al precio del dólar “solidario” mientras que el 70% podía quedar depositado en una cuenta dollar linked, con el fin de neutralizar el freno que supone la expectativa de devaluación.
”Faltan más detalles sobre las medidas cambiarias y las políticas monetarias, incluyendo el mecanismo preciso para estimular las exportaciones y sobre el acuerdo con exportadores a vender USD 5.000 millones en 60 días -¿es este un flujo marginal o un flujo normal?-. Massa dijo que se anunciarán más medidas en los próximos días e insinuó que una devaluación desde su punto de vista no funciona y tampoco anunció un tipo de cambio dual”, indicó un informe de Bank of America.
Fuente Infobae