La secretaria de Energía, Flavia Royón, anunció este martes el nuevo esquema de tarifas, con quita gradual de subsidios y cupos de consumo, que se aplicará en los próximos meses a los servicios de electricidad, gas natural y agua. “Esta segmentación ha sido basada en la justicia social y la equidad. Hemos planteado que llegue el subsidio al que más lo necesita y que la población de más ingresos puedan acompañar el ahorro fiscal”, dijo Royón al iniciar su presentación.
Por el registro de usuarios que pidieron mantener los subsidios, el Gobierno pudo identificar tres categoría por niveles de ingreso. El Nivel 1, usuarios de mayores ingresos y gente que no solicitó su registración con unos 269.000 hogares. El Nivel 2, usuarios de menores ingresos registrados (provisoriamente se incluirán beneficiarios de la tarifa social) con más de 2,8 millones de hogares. Y el Nivel 3, de clase media, con 2,6 millones de hogares.
Quedaron 4 millones de usuarios que no se inscribieron. La secretaria de Energía señaló que el registro quedará abierto y que se trabajará para identificar a los usuarios que no se inscribieron pero les correspondería tener tarifa social o subsidios. “Esta medida contribuye a un Estado eficiente y ordenado. Vamos a trabajar para concretizar a la población sobre el uso eficiente del recurso”, dijo Royón.
Segmentación para la tarifa de gas
En el caso del gas, para el Nivel 1 se aplicará quita total del subsidio para todo el consumo, en tramos hasta diciembre. Para el Nivel 3, de ingresos medios, se subsidia un volumen equivalente al 70% del promedio de los umbrales mínimo y máximo de cada categoría y subzona. El excedente a esos topes —que varían según la zona del país— no va a tener subsidio.
En el caso de la Capital Federal, donde opera la empresa Metrogas, el tope anual será de 175 metros cúbicos para los usuarios R1 (la categoría más baja) y de 403 metros cúbicos para la categoría R2-1.
Los aumentos para los Niveles 1 y 3 se aplicarán gradualmente en tres bimestres (a partir de los consumos del 31 de agosto, octubre y diciembre). A los usuarios y a las usuarias del Nivel 2 se les mantiene la tarifa vigente.
Por ejemplo, si se toma el valor de un consumo promedio, para el caso del nivel de más ingresos (Nivel 1), con una factura de $1.650 en junio, se incrementará $338 en septiembre, $468 en noviembre y $649 en enero de 2023. Esto sería $1.455 de incremento en total y la factura final en enero pasará a $3.105 (un 88% más con respecto a junio), siempre en valores promedio.
En marzo de 2022 se aplicó un incremento del 20,1% en factura promedio para usuarios residenciales por variaciones en la remuneración al servicio de transporte y distribución de gas. En junio de 2022 se autorizó una suba del precio del gas en el ingreso al sistema de transporte (PIST) para los usuarios no beneficiarios de la Tarifa Social, que significó un impacto en factura promedio del 18,5%. Dichos aumentos se aplican de manera gradual por bimestres a partir de septiembre (noviembre y enero posteriormente) implicando un aumento promedio cercano a los $500 por mes por escalón y $1.500 por mes acumulado en los tres bimestres
Desde la Secretaría de Energía aclararon que la cantidad de gas demandada por los hogares no se encuentra relacionada con el nivel de ingresos y se vincula directamente con condiciones climáticas, cantidad de participantes del hogar, características constructivas de la vivienda y la eficiencia de los equipos domésticos
El consumo de gas por redes en los hogares ubicados las regiones más frías del país duplica al de regiones templadas. En casos más extremos, como es el caso entre la provincia de Santa Cruz y la Ciudad de Buenos Aires, la diferencia es de 11 a uno.
Cupos para la energía eléctrica
“Este plan ha tratado de una tener una visión lo más federal posible, que contemple la realidad de cada uno de los argentinos teniendo un país tan vasto con tan diferentes circunstancias. Del valor tope no es que si uno se pasa pierde todo, en razón a la progresividad sobre el incremental al tope se va a hacer la quita del subsidio”, dijo Royón.
En el caso de las tarifas de energía eléctrica, el tope de consumo para la tarifa con subsidios será de 400 kWh mensual por hogar. Pero para las localidades que no cuenten con gas natural por redes el tope se incrementará a 550 kWh.
Durante la conferencia, se brindó ejemplos de aumentos en la factura a partir de la implementación de la segmentación. Para un usuario de Edesur, con un consumo promedio de 300 kwh por mes, la factura final pasará de $1.467 en agosto a $2.285 en septiembre de 2022.
Tarifas de agua
En el caso del servicio de agua, para los usuarios de la empresa Aysa, la quita de subsidios será total a partir de noviembre para los usuarios residenciales y terrenos localizados en las zonas calificadas como de ingresos “altos”. En tanto, los usuarios que ya cuentan con tarifa social y comunitaria quedarán exceptuados de la segmentación y no perderán el beneficio.
Para los usuarios localizados en zonas calificadas como “medias” la quita de subsidios se hará en tres etapas: tendrán 40% desde el 1° de noviembre y hasta el 31 de diciembre de 2022; luego, el 20% desde el 1° de noviembre de 2022 y hasta el 28 de febrero de 2023. Y finalmente la eliminación del subsidio desde el 1° de marzo de 2023
Para los usuarios localizados en zonas calificadas como bajas, el cronograma será: subsidio del 45% desde el 1° de noviembre al 31 de diciembre de 2022. Subsidio del 30% desde el 1° de noviembre de 2022 hasta el 28 de febrero de 2023. Y subsidio del 15% desde el 1° de marzo de 2023.
¿Cómo se determinarán los tres niveles de usuarios? Actualmente, la empresa cuenta con 11 coeficientes zonales definidos, que cuentan con distinta carga tarifaria de acuerdo al marco regulatorio. Para la quita de subsidios a partir de noviembre, se simplificará esa división en tres niveles.
Malena Galmarini, presidente de Aysa, destacó que en la Argentina el servicio de agua es “libre” a diferencia de otros países, sin topes. “Una familia tipo consume 1.300 litros por día en el segundo lugar de los países que más consumen. Un usuario de Aysa paga apenas el 36% de lo que cuesta producir un litro de agua, el resto es subsidio. El subsidio hoy es recibido por todo de manera homogénea, reciben lo mismo los más ricos y los más pobres”, detalló. Y aclaró que para llegar a la tarifa de equilibrio el aumento debería ser del 400 por ciento. También adelantó que la empresa va a avanzar en la medición del consumo por hogares.
La propuesta de Aysa incluye hacer explícito el monto subsidiado que se incluye en cada factura a partir del 1° de noviembre. La reducción de subsidios será diferenciada y gradual, señaló Galmarini. “Será progresiva y paulatina para algunos de los usuarios”, remarcó. Con respecto a la factura promedio de los usuarios de Aysa, señaló que en octubre de 2022 rondará los $752 y pasará a los $1.765 en junio del año próximo.
Por último, mostró los valores promedio de facturas en edificios de alto poder adquisitivo de la ciudad de Buenos Aires. En el caso del emblemático edificio Kavanagh, la factura promedio de sus 113 unidades funcionales es de $1.951. En el edificio Chateau de la avenida Libertador, con 157 unidades funcionales, tiene una factura promedio de $3.936. Mientras que una casa que ocupa el terreno de una manzana en la localidad de San Isidro paga $13.610 mensuales.
Segmentación y quita de subsidios, un largo camino
El sistema de subsidios a la energía tuvo su origen en las medidas “de emergencia” adoptadas por el Gobierno luego de la crisis de 2001, cuando se dispuso “pesificar” las tarifas de los servicios públicos de gas y electricidad y eliminar los mecanismos de indexación. Por la extensión de la emergencia y los congelamientos de precios, el Estado se hizo cargo de los costos de los producción de energía y de la importaciones.
Esos subsidios, según un informe del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi, pasaron de representar el 0,4% del PBI en 2005 al 4,1% del PBI en 2015. Su reducción a través de tarifas segmentadas fue un plan varias veces diseñado, con un tibio intento durante el último Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner –la llamada “sintonía fina”- que abarcó solo a los barrios de más poder adquisitivo de la Ciudad de Buenos Aires, pero nunca se concretó en forma amplia para todos los usuarios.
En febrero de este año, el ex subsecretario de Energía Eléctrica Federico Basualdo y funcionarios del ENRE presentaron un trabajo de segmentación geográfica, de quita de subsidios a 13 barrios del AMBA. Ese esquema fue descartado y la segmentación finalmente fue diseñada por Santiago López Osornio, ex secretario de Planeamiento Energético y funcionario de Guzmán, en base a los ingresos de los usuarios y con una herramienta nueva: un “formulario voluntario” para pedir mantener los subsidios.
Con la salida de Guzmán y la llegada de Silvina Batakis al Ministerio de Economía ese esquema se mantuvo y en las últimas semanas más de 9 millones de usuarios completaron sus datos. En su primer discurso como ministro, Sergio Massa anunció que entre los hogares que pidieron mantener el subsidio se va a promover el ahorro de consumo a través de cupos de consumo para la tarifa subsiada.
Fuente Infobae