La hidroterapia de colon, una práctica sin evidencias científicas y con riesgos para la salud

El colon (o intestino grueso) es el tubo muscular que forma la última parte del tracto digestivo, absorbe agua y almacena restos de comida. Mide un promedio de 1,5 metros y sirve para almacenar, procesar y eliminar los desechos de alimentos. Pero también absorbe algunos nutrientes y agua.

La clave de todo este proceso está en los cientos o miles de bacterias que residen en el colon, tanto «buenas» como «malas» que, en conjunto, forman la flora intestinal. Su principal función es convertir el alimento mezclado con jugos digestivos en materia fecal para que pueda expulsarse del cuerpo.

Para ello, tiene que reabsorber agua y electrolitos. De ahí que cuando está deshidratado aparezca el estreñimiento. Un colon que funciona bien evita molestias como vientre hinchado, gases, dolor, estreñimiento o diarrea.

La hidroterapia de colon, o irrigación de colon, es una práctica que se ha vuelto cada vez más popular en los últimos diez años como una forma de «desintoxicar» y promover la salud digestiva. El objetivo es ayudar a eliminar los desechos del intestino grueso para prevenir problemas como los descritos. Algunos lo recomiendan, aunque la evidencia científica no permite decir lo mismo. ¿Es realmente necesario limpiar el colon?

Esta técnica, descrita como una medida de higiene y prevención, consiste en inyectar agua filtrada y depurada en el colon usando una cánula que se introduce en el recto. Al ser de doble vía, por una se introduce el agua (vía de irrigación) y por la otra sale materia fecal (tubo de evacuación). Un dispositivo controla el flujo, la temperatura y la cantidad de agua para estimular las deposiciones y desencadenar la evacuación de heces, mocos, etc.

Esta técnica se usa para varios fines. Uno de ellos es la preparación para procedimientos como colonoscopias. Esta práctica puede implicar la ingesta de un laxante líquido, siempre bajo la atenta mirada y la dirección de personal médico cualificado.

Sin embargo, hay otros objetivos, como la limpieza de colon, la hidroterapia o irrigación de colon. Los que defienden esta práctica explican que está indicada para aquellas personas que sufren problemas intestinales y para quienes quieren realizar una desintoxicación general. Estreñimiento, diarrea, eliminación de objetos extraños, parásitos o flatulencias son algunas de las indicaciones generales.

No está indicada, en cambio, para personas que han pasado por una cirugía del intestino grueso o del recto, mujeres embarazadas, en la presencia de fisuras y fístulas anales, hemorragias internas intestinales, hernias abdominales, úlceras intestinales, cardiopatías severas, hipertensión severa no controlada o insuficiencia renal.

Sin embargo, y a pesar del uso generalizado y la popularidad de esta última técnica, hay poca evidencia científica que respalde sus beneficios como método de limpieza. Tampoco la hay que diga que funciona para bajar de peso (casi todas las calorías se absorben bien antes que los alimentos lleguen al colon) ni para eliminar toxinas del cuerpo.

No trata ni la artritis, ni la presión arterial alta, ni la fatiga crónica y tampoco la enfermedad de Crohn. No hay evidencia de que la hidroterapia de colon tenga un efecto positivo sobre ningún problema de salud, ni sobre la microbiota intestinal. Por el contrario, «lavar» el intestino puede interferir con el equilibrio de la flora bacteriana.

Además, esta práctica se relaciona con algunos riesgos como deshidratación y como una técnica que puede provocar riesgos de perforación e infecciones.

El cuerpo humano ya viene equipado con sus propios mecanismos para eliminar sustancias nocivas: el hígado y los riñones. La función intestinal puede mejorar reequilibrando la microbiota, no eliminando los gérmenes presentes en el colon.

Porque el colon se usa sobre todo para el tránsito de heces y la reabsorción de agua. Sus paredes no permiten que las supuestas toxinas pasen al cuerpo. Los gastroenterólogos solo usan esta técnica en casos de estreñimiento muy severo o en pacientes con trastornos neurológicos que interfieren con la defecación.

No es necesario realizar una limpieza de color para tener una buena salud. El colon es un órgano con necesidades simples, por tanto, hay formas más fáciles de tener un sistema digestivo saludable y controlar las enfermedades crónicas:

La clave está en mantenerlo hidratado y hacer exámenes de detección de rutina para revisar el revestimiento interior en busca de pólipos.

Fuente Eldiario

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