Iguazú (LaVozDeCataratas) La Casa Museo cuenta con una sala de exposición permanente: “la habitación que fuera utilizada como consultorio”; una sala de usos múltiples destinado para charlas, proyección audiovisual; una sala de exposición temática anual y el laboratorio donde se continuará el trabajo de investigación del acervo de la doctora, como así también desde allí elaborar las distintas exposiciones anuales.
La directora María Esther Rolón ha elaborado el Proyecto “Huellas”, una colaboración que realizó para el Ministerio de Educación, el Concejo Avaló, el cual se comenzará a difundir una vez inaugurada la puesta en valor de la Casa Museo Dra. Marta Schwarz.
Consiste en una serie de actividades que el maestro pueda realizar con sus alumnos para cumplir con los objetivos de cada ciclo, primero, segundo y tercer grado, cuarto y quinto grado, sexto y séptimo grado, de esta manera las escuelas puedan ir identificando la parte patrimonial, cultural, histórico, de su lugar, de su barrio, de su ciudad. Recorrer el circuito cultural trabajar con los museos existentes, donde las escuelas puedan desarrollar ese bagaje de objetivos y trabajos.
Historia: Dirección Municipal de Patrimonio Histórico y Cultural Nacida el 8 de marzo de 1915 en el Barrio de Núñez, Buenos Aires, Argentina, hija de Marta Tecla Boëttcher y Ricardo Guido Schwarz. Quedó huérfana de padre a los 6 años de edad. Comenzó sus estudios en el colegio alemán de la ciudad de Buenos Aires, cuyos gastos fueron costeados por su padrino.
En 1927, viajó a Santa Fe, donde hace de niña de honor del cortejo nupcial de la sobrina de su padrino. Esta pequeña familia se trasladó a la ciudad de San Salvador de Jujuy donde cursa el colegio secundario como pupila de un Instituto Educativo Religioso. Fue aquí donde comienza a pensar en abrazar la medicina. Un nuevo traslado los acercó a la ciudad de Provincia de Córdoba (Argentina) donde cursó el último año del secundario. Para ese entonces su madre volvió a enviudar. En 1935 volvió con su mamá a la provincia de Santa Fe donde pasó los días con su padrino y familia. Con muchísimo sacrificio cursó la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba donde se recibió primeramente de Farmacéutica y luego de Médica. Más adelante se especializó en Puericultura, para ese entonces ya era médico asistente en el Hospital de Maternidad Cordobesa, Hospital de niños Nuestra Señora de la Misericordia, Hospital de niños la Gota de Leche, servicio de Ginecología, asistencia Pública, directora del Dispensario Provincial.
Emprendió un duro viaje junto a su madre. El destino: Pto. Naranjito, en la Provincia de Misiones. A este lugar llegó también junto a quien fuera su prometido y futuro esposo, el Dr. Rolandelli quien se desempeñaba en Gobernador Roca, Misiones, con la misma función que la Dra. Marta T. Schwarz. Fue ahí en Puerto Naranjito donde dio sus primeros pasos como médica y supo hacer lo que mejor sabía hacer. Se instaló en una modesta casa junto a su madre, pero pronto pidió el traslado a la capital, a Posadas, previo a eso rompió el compromiso con Rolandelli.
Continuó en Iguazú el mismo trabajo de Posadas, médica interna, allá por principios de 1949, a finales de ese mismo año, en septiembre es cuando acepta el cargo de Directora del Hospital de Puerto Iguazú (S.A.M.I.C.), es también que abrazó las desavenencias que encontró en la ciudad (Pueblo entonces), la falta de medicamentos, el paludismo, el clima, eran obstáculos que muchos trataron de sortear para establecerse y terminaron claudicando. Participó activamente dentro de la vida social de toda la población de la provincia de Misiones. Para ejercer su profesión con conducta y conocimiento es que realizó cientos de horas en Administración de Hospitales, cirugía, oxigenoterapia, parto sin dolor, y muchas otras certificaciones.
En julio de 1963 volvió a Posadas y aceptó el cargo de Ministra de Acción Social, Salud y Educación, convirtiéndose en la primera mujer en ese puesto el cual lo ejerció hasta el 12 de octubre de ese mismo año y del cual se alejó, porque consideraba que la medicina no se practicaba “detrás de un escritorio”.
Entonces, regresó a Puerto Iguazú para retomar su tarea como especialista en ginecología y obstetricia y continuando con su cargo de Directora por más de 40 años hasta su retiro. El consultorio en su domicilio se volvió el refugio de su trabajo y el lugar donde la grandeza de su ser creció hasta trascender el umbral de la palabra médico. Allí, bajo la atenta presencia del dicho que lo llevó como bandera de su lucha por su trabajo, las palabras que eligió para regir su batalla y que la hagan recordar de que todo es posible y alcanzable siempre que se pueda, dichas palabras: «El bien no hace ruido, el ruido no hace bien.» las cuales pertenecen al sacerdote San Vicente de Paúl; tal vez fueron elegidas por su contenido, pero también por quien las dijo.
Marta Schwarz fue miembro fundador de varias asociaciones como el Círculo Médico zona sur de Posadas, zona norte de Eldorado e infinidad de otros emprendimientos. Una de las primeras feligresas en la construcción de la Catedral Nuestra Señora del Carmen de Puerto Iguazú, juez de paz, asistente espiritual, de una profunda y real fe, trajo al mundo innumerables criaturas y hasta el agua del socorro con la venia pastoral (pues para aquel entonces no había párroco en Iguazú), ungió frentes con el perdón divino, para emprender en paz el viaje eterno hacia el señor.
Fue entonces la primera mujer médica Subsecretaría de Salud, y luego Ministro de Salud Pública de la Provincia de Misiones. Representó a la Argentina y países limítrofes ante la (ONU) y la (OEA) donde reflejó la realidad de la hermandad tripartita en pos de la salud ante el viejo continente. Becada por la Provincia, se perfeccionó como obstetra y ginecóloga en la Universidad Federal de Frankfurt, Alemania, y otros países europeos. Diseñó, realizó y patentó instrumental quirúrgico específico aun en práctica, donando el valor total de la propiedad intelectual a la salud.
Dejó el cargo de Ministro de Salud para dedicarse pura y exclusivamente a la dirección del Hospital de Puerto Iguazú que honrosamente hoy llevó su nombre. Fue bautizada por la gente del lugar como «El Ángel de la Frontera» o más conocida en nuestros días como «El Ángel de la selva». Fueron tres Papas, quienes, en Ciudad del Vaticano, Roma, Italia, ungieron a esta magnífica mujer con la bendición Papal: Juan XXIII, Pío XII y Juan Pablo II. Llegó el momento de retirarse de sus cargos oficiales, es entonces que comenzó a atender en turno completo en su consultorio. Fue declarada ciudadana ilustre de las Tres Fronteras, una de las cien mujeres argentinas distinguida con el premio Alicia Moreau de Justo en 1986, recibió el premio Naciones Unidas Argentina y Uruguay a la persona de Edad más destacada, socia honoraria del Rotary Club, Club de Leones y AJUPPAPROM entre otros.
Fue acreedora del premio Hipócrates de la “U.B.A”. Madrina de la Prefectura Naval Argentina. Y a la mujer solidaria dentro de la Gendarmería Nacional Argentina. Madrina de honor de la Policía Provincial y Federal Argentina entre otros. Fundó una Asociación Civil que lleva su nombre la cual sustenta una Guardería para niños de escasos recursos la que está ubicada en una calle de Puerto Iguazú con su nombre Dra. Marta Teodora Schwarz. En algunos países como Brasil, Paraguay, Colombia su trabajo fue comparado al de Albert Schweitzer en su paso por Gabón, África y a la Madre Teresa de Calcuta. Poco después del nonagésimo cumpleaños, el 29 de marzo de 2005, previa unción de los santos óleos, el Ángel de la Selva se durmió en la paz del señor.
Por primera vez en la historia de Pto. Iguazú, merecidamente, el redoble de campanas durante más de dos horas, anunciaba a la comunidad que sus restos serían velados en la Catedral Nuestra Señora del Carmen. Bandera a media asta, salvas de honor y custodia permanente por parte de las fuerzas vivas. Prefectura Naval Argentina, Gendarmería Nacional Argentina, Policía Provincial y Federal, como así también el Ejército entre otros. Personal de Salud Pública, otros cultos religiosos, originarios y comunidad en general, se entrelazaron en un cordón humano por cuadras y cuadras, hasta donde fuere su casa y el mismísimo hospital que hoy lleva su nombre. Su muerte enlutó por completo a su ciudad. Las multitudes colmaron la Catedral, así como las calles. Fueron más de cuatro horas y media de responsos en el cementerio Municipal del Salvador en Puerto Iguazú.