Iguazú (LaVozDeCataratas) La empresa Arauco Argentina lleva décadas invadiendo y destruyendo territorios indígenas, vulnerando sus derechos y pasando por encima de todo marco legal que los ampara. Esta vez, el atropello fue contra la Comunidad Alecrín, en San Pedro, donde crearon una Reserva Privada bajo el nombre de «Valle de la Alegría», la cual planean inaugurar este jueves 15 de septiembre con la aprobación del Ministerio de Ecología.
Claro está que la Comunidad, donde habitan 48 familias y 225 personas, no fue consultada previamente, como debiera hacerse según lo establece la Constitución Nacional y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre otros marcos legales nacionales e internacionales. Ante este nuevo hecho de agravio y violación de los derechos indígenas, la Comunidad presentó una nota al Ministerio de Ecología, mediante la que solicitaron la nulidad del plan de manejo que autorizó el proyecto.
En dicho documento citaron parte de la carpeta de presentación de la reserva, en la que Arauco da cuenta del conocimiento pleno que ha tenido siempre sobre la preexistencia Mbya en el lugar. En este sentido, aseguraron que «no alcanza con mencionar nuestra existencia, o pretender que porque será una reserva privada con los altos fines conservacionistas que esto pueda tener, la consulta previa se suple y con eso se valida el acto de constitución de esta reserva. No alcanza, la consulta es un derecho de los Pueblos Indígenas al que no renunciamos nunca, y que exigimos siempre».
Desde la Comunidad aclararon que no se trata de una oposición a la conservación y cuidado del monte, porque de hecho eso es algo que ya lo traen incorporado ancestral y culturalmente, sino que se los haya invisibilizado –una vez más- y no hayan sido consultados como partícipes activos y necesarios en el proceso de creación del proyecto. Más grave aún es que el Estado haya sido cómplice del hecho.
«En ese marco pedimos la nulidad del plan de manejo, por cuanto no se ha cumplido con los recaudos legales precisos para la validez del mismo», reiteraron en la nota presentada.
Recodaron entonces el decreto del 26 de mayo, mediante el que el Gobernador Oscar Herrera Ahuad ordenó frenar la actividad de la empresa CARBA en territorio de Ka’a Kupe, Ruiz de Montoya. «Este precedente logrado por nuestro Pueblo Mbya Guaraní no puede desconocerse por las autoridades del Ministerio de Ecología cuando participa de las gestiones privadas sobre nuestro territorio, lo cual vuelve más grave el acto en el que ha participado, no puede haber consentido la creación de esta Reserva Privada sin garantizar que la Comunidad que se hallaba dentro del área, a quién pertenece
ancestralmente el territorio por preexistencia, como bien lo expresa la propia empresa, fuera debidamente consultada», sentenciaron.
«Pedimos respeto»: Al ser consultado al respecto, el mburuvicha de la Comunidad, Sebastián Benítez, lamentó: «El 15 de septiembre van a hacer la presentación de este proyecto en un predio invadido por de Arauco, nos invitaron a ir pero nosotros no fuimos consultados, eso está mal. Pedimos respeto, el estado, antes de autorizar tendría que haber preguntado porque somos los afectados directos».
«Cuando hay una situación así nosotros quedamos mal porque sabemos que deben venir a hablar con nosotros y no lo hacen. No quieren reconocer los derechos de los Pueblos Originarios. Estamos preocupados porque no pasó solo en Alecrín, sino en varias Comunidades. No debería pasar más porque hay muchos derechos que nos amparan, y hay empresas grandes que hacen estas cosas como si las Comunidades no existieran en la provincia», cerró.
La gravedad del hecho se evidencia desde diferentes ángulos. No solo se pasó por alto un paso tan importante como la debida consulta, sino que se lo hizo con el aval de un organismo estatal que debiera garantizar el cumplimiento de los derechos indígenas.
Alecrín, como tantas otras Comunidades Mbya, fue relevada en el marco de la Ley 26160, que demarcó su territorio. Aún así, el solo hecho de preexistir y habitar un territorio ancestralmente debiera ser suficiente para no invadirlos.
El Pueblo Mbya en Misiones fue y es históricamente invisibilizado en todo lo que respecta a decisiones estructurales y territoriales, solamente son tenidos en cuenta como objetos turísticos. Eso se debe terminar. La lucha debe ser colectiva.