El pasado 8 de septiembre, el mundo se sorprendió ante la noticia de la muerte de la reina Isabel II. Desde ese momento hasta el próximo 19 de septiembre, cuando se realice el funeral, el Reino Unido será el epicentro de actos y eventos en torno a la despedida de la fallecida monarca y la futura coronación de Carlos III. Sin embargo, fue la conmovedora costumbre de la Vigilia de los Príncipes la que asombró a miles en todo el mundo; ya que, incluso, contó con un hecho histórico: la presencia de la princesa Ana.
Existen una serie de ritos y tradiciones que deben cumplimentarse cuando se despide a un monarca en el Reino Unido. En este caso, la Vigilia de los Príncipes tuvo lugar en la Catedral de Saint Giles, en Edimburgo, en donde se encuentra el féretro de Isabel II y en la cual permanecerá durante 24 horas. Esta costumbre es una de las tradiciones que los expertos advierten como más significativas de la Familia Real británica, aunque no de las más antiguas.
Es que esta tradición tiene como origen enero de 1936. En ese momento, el entonces rey Eduardo VIII y sus tres hermanos, Albert, Henry y George, realizaron una guardia de unos 15 minutos ante el féretro de su difunto padre, el rey Jorge V. Es que la Vigilia de los Príncipes se trata de una suerte custodia que hacen los descendientes varones del monarca fallecido, en la cual los integrantes manifiestan más absoluto recogimiento.
La segunda vez que se pudo observar esta costumbre fue tras la muerte de la reina Madre, Isabel Bowes-Lyon, el 8 de abril de 2002. En ese momento, fueron sus cuatro nietos, el ahora rey Carlos III, el príncipe Andrés, el príncipe Eduardo y David Armstrong-Jones, quienes montaron guarda en torno al féretro, en el Palacio de Westminster. En ese momento, esta tradición se extendió por unos 20 minutos y se realizó en la más completa privacidad, ya que tanto los guardias como los arqueros de la Compañía Real dejaron el lugar.
Vale aclarar que, con motivo del fallecimiento de Felipe de Edimburgo no se efectuó la Vigilia de los Príncipes por las restricciones de la pandemia por COVID, según el propio consorte de la reina Isabel II había pedido. De todos modos, hubo una “escolta” al féretro por parte de nueve miembros de la Familia Real durante la procesión.
Ahora, siguiendo los pasos de su difunta madre, el rey Carlos III ya comenzó a evidenciar cambios, incluso en la despedida de la reina Isabel. Es que la princesa Ana también fue parte de esta vigilia. Junto a ella y el flamante monarca se situaron el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo, además de los arqueros de la Compañía Real. Esta es la primera vez que una mujer forma parte de la Vigilia de los Príncipes, lo que marca un antes y un después en esta tradición.
La costumbre se hizo visible cerca de las 19:45 (hora británica), luego de los descendientes de la reina Isabel II se presentaran en la catedral tras el servicio religioso que se realizó durante las primeras horas de la tarde. La guardia ante el féretro de la monarca fallecida se extendió por unos 15 minutos y finalizó cuando uno de los cuatro efectuó un segundo de los tres golpes de pie establecidos en la tradición.
Los atuendos que utilizaron los miembros de la Familia Real y el orden en que se presentaron también evidenciaron la importancia del momento. Quien ingresó primero fue el rey Carlos III, vestido con un traje típico de Gales. Unos pasos más atrás entraron sus hermanos, la princesa Ana y el príncipe Eduardo, ambos ataviados en uniformes militares. El último fue el príncipe Andrés, vestido de civil.
Ya en el lugar, los cuatro se posicionaron alrededor del féretro, mientras que a un lado esperaban la reina consorte Camila y Sophie de Wessex, esposa del príncipe Eduardo, sentadas en sillas. Además, en cada esquina se ubicaron cuatro miembros de la Compañía Real de Arqueros. Este cuerpo militar, que tiene la responsabilidad de velar por la seguridad del soberano mientras se encuentre en Escocia, utilizó un uniforme compuesto por una chaqueta verde oscuro, con detalles en negros, pantalones verde oscuro con rayas negras y rojas. Un gorro Balmoral con la insignia de la Royal Company y una pluma de águila completaron el vestuario ceremonial.
Los restos mortales de la reina permanecerá en Edimburgo hasta las 17 (hora británica) del martes para luego ser trasladado, con la custodia de la princesa Ana, hacia Londres. Desde el miércoles y hasta el próximo lunes 19 de septiembre, los homenajes a la reina Isabel II se centrarán en el Palacio Westminster, siendo que ese mismo día, a las 11 (hora británica) se efectuará el funeral de Estado y luego se trasladará el féretro hacia la capilla del castillo de Windsor.
Fuente Infobae