Narcisista, sádico e hipersensible al rechazo: las pericias al policía que mató por odio a una trans

Darío Chaves Rubio, de 34 años, fue sentenciado esta semana en Mendoza. Un jurado popular lo encontró culpable del travesticidio de Melody Barrera, de 27, ocurrido el 29 de agosto de 2020. La mató de cinco tiros con su arma reglamentaria con “una puntería casi perfecta” porque erró uno de los seis balazos que disparó. “Como dijo la perito Cecilia Carrasco, Chaves Rubio hace de sus necesidades una ley, porque él es el único válido. Entonces está claro: fue a buscar un arma y la cagó a tiros a Melody, porque para él la vida de Melody no valía”, destacó la querella.

El policía Darío Chaves Rubio fue la madrugada del 29 de agosto de 2020 en busca de los servicios sexuales que ofrecía Melody Barrera, una joven trans de 27 años, en la localidad mendocina de Guaymallén. Pero algo pasó en ese momento y ella le tiró gas pimienta. El acusado se fue, pero prometió volver. Fue a buscar su arma reglamentaria y regresó para terminar con la vida de Melody. Le dio cinco tiros. “Una puntería casi perfecta”, dirían desde la fiscalía porque erró solo uno de los seis que gatilló. Esta semana fue condenado a cadena perpetua.

Pero, ¿cómo era la personalidad de éste, ahora, ex policía? Las pericias psicológicas lo describieron con una persona que puede actuar de manera “explosiva y agresiva” cuando no responden a sus deseos y es “hipersensible al rechazo”, entre otros rasgos. También mencionaron que tiene “baja tolerancia a la frustración” y es “egocéntrico”.  Además se apuntó que tiene un perfil narcisista y sádico.

Según la reconstrucción que hicieron los investigadores, el policía se acercó con su auto Volkswagen Bora a la esquina en donde Melody ofrecía sus servicios sexuales. Eran cerca de las 2.50 de la madrugada de aquel 29 de agosto de 2020, en plena pandemia por el covid-19.

La joven trans se acercó al auto de su potencial cliente, pero algo allí pasó. Se presume (según la parte acusatoria) que por alguna cuestión discutieron y ella le tiró gas pimienta para defenderse. A las pocas cuadras, como lo captaron las cámaras de seguridad de la zona, Chaves Rubio se bajó de su vehículo y se lo vio refregándose los ojos.

En ese momento pasa un chofer de la aplicación Cabify y se detiene para asistirlo porque sospechó que algo le había pasado. “Voy a buscar un arma y cagar a tiros a los travas”, le dijo Chaves Rubio y se quejó porque le habían “tirado gas pimienta”, según testificó en el juicio el remisero.

“Chaves Rubio quiso una venganza: la muerte de Melody. Hasta el día que lo detienen llevó su vida de manera normal, con una indiferencia absoluta. Sigue portando su misma arma. Creo que esto lo hace por la omnipotencia que siente, en base a su personalidad, de jugar a que este hecho quede impune. Lo único que le importa es el ‘yo’, nunca pudo mencionar a Melody (cuando declaró en el juicio), no se le cayó un ‘lo siento’. Melody siguió siendo en ese momento y hoy, un objeto”, destacó el fiscal Fernando Guzzo en los alegatos de cierre que se desarrollaron el jueves último. Además destacó que tenía un perfil “narcisista y sádico”.

La querella también apeló a la personalidad del ex policía descripta por las pericias psicológicas que le habían realizado. “Chaves Rubio fue a comprar los servicios sexuales de Melody. Fue a buscar un servicio. Chaves Rubio era habitué del lugar, según dijeron las testigos. Así como compraba personas, creía que eran objetos. Si no satisfacían sus deseos, los descartaba. Lo deja de usar, no le servía más”, describió la abogada Viviana Beigel.

“Y todo esto se condice con la pericia psicológica: tiene baja tolerancia a la frustración, no controla sus impulsos, es egocéntrico, tiene conductas demandantes y posesivas. Es hipersensible al rechazo y cuando no responden a sus deseos puede actuar de manera explosiva y agresiva”, detalló la abogada de la madre de Melody y resaltó: “Como dijo la perito Cecilia Carrasco, Chaves Rubio hace de sus necesidades una ley, porque él es el único válido. Entonces está claro: fue a buscar un arma y la cagó a tiros a Melody, porque ella podía ser descartada. Porque para él la vida de Melody no valía”.

En 2020, el año en que fue asesinada Melody, se registraron seis travesticidios en el país. Cuatro de esos crímenes se cometieron cuando la víctima estaba en situación de prostitución y esa misma cantidad de víctimas fueron asesinadas en la vía pública, según el reporte correspondiente a ese año que realizó la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia. La mayoría de estos homicidios ocurrieron de madrugada.

El debate. La autoría del travesticidio de Melody no estuvo en discusión durante el juicio. Pero la fiscalía (junto con la querella) y la defensa se diferenciaron en el motivo que llevó a Chaves Rubio a disparar seis veces contra la joven (cinco de ellos impactaron en su cuerpo) y darle muerte.

Para la fiscalía, el ex policía mató a la víctima por “la furia, el desprecio y el menosprecio que despierta en su persona la identidad y expresión de género de Melody”. Por eso encuadraron el hecho como un crimen de odio y por su condición de género, es decir, un travesticidio.

Pero por su parte, la defensa habló de un “exceso en la legítima defensa”. Según la versión del policía cuando Melody le tiró gas pimienta, habría aprovechado a sacarle el arma que supuestamente estaba en el asiento del acompañante. Por eso Chaves Rubio en el juicio dijo que volvió en una segunda oportunidad para recuperar su 9 milímetros y “defendió su vida”.

La fiscalía y la querella resaltaron que el ex policía “siempre mintió” y que el arma “nunca estuvo en manos de Melody”. Por lo contrario, el acusado después de ser atacado con el gas pimienta volvió a su casa, agarró su arma reglamentaria y volvió para matar a la joven trans.

Así lo hizo y así lo entendió el jurado popular que lo encontró culpable de “homicidio agravado por odio a la expresión de género o identidad de género (travesticidio), en concurso ideal con homicidio agravado por la condición de policía, por alevosía y ensañamiento, y agravado por el uso de arma de fuego”. La jueza técnica Nancy Lecek le impuso la pena de prisión perpetua.

 

Quién era la víctima

“Melody nació el 4 de mayo de 1993. La llamaron Diego. Este niño que se ve junto a su hermana, jugaba como cualquier niño, iba a la escuela como cualquier niño, hizo la Comunión como cualquier niño. Pero este niño creció, y en su adolescencia decidió ser Melody. Decidió vestirse de mujer, tener una nueva identidad y adoptar un género diferente”. Así lo contó la abogada que representó a la madre de la joven trans asesinada de cinco balazos el 29 de agosto de hace dos años con una foto de Melody cuando era menor..

La abogada Viviana Beigel explicó que Melody usaba siempre auriculares en la calle “porque no quería escuchar las burlas, los insultos en la calle, no quería escuchar la discriminación que sufría día a día por pensarse distinta. Por querer ser Melody”.

La madre de Melody contó en el juicio que, a los 16 años, “Diego se sentó y me dijo que era una mujer atrapada en el cuerpo de un varón. Como mamá, yo lo sabía desde hacía tiempo, lo apoyamos y le dije que iba a sufrir, pero jamás imaginé que terminaría de esta manera”.

Fuente Perfil
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