El cerebro y la delgada línea entre el sesgo emocional y la razón

El biólogo molecular, Estanislao Bachrach, aseguró que "estamos sesgados y nos cuesta mucho ver cómo piensa el otro". "Al cerebro no le importa sentirse bien, sino tener razón", resaltó en Modo Fontevecchia.

Estanislao Bachrach, especialista en neurociencias, destacó que «uno es dueño de sus emociones» y que «siempre estamos tratando de tener razón, en vez de escuchar al otro». A su vez, explicó que la «decisión racional va a estar orientada hacia ese sesgo emocional«.

Dos encuestas coinciden en que la mayoría de la gente cree que el atentado contra Cristina Kirchner fue un montaje para victimizarla. Dado que existen suficientes evidencias que desmienten esta idea, ¿hasta qué punto el sesgo hace que las personas no modifiquen su opinión?

Trato de no opinar de la parte política. El sesgo emocional es cuando uno está impactado por lo que siente y por otra persona, ya sea de manera positiva o negativa, y es muy difícil de evitar, siempre está. El solo hecho de ser conscientes de que tenemos esos sesgos tampoco nos permite no tenerlos.

Cuando alguien te cae bien o mal, tu decisión racional va a estar orientada siempre hacia ese sesgo emocional. Pero llevar esto, que viene de la biología, al atentado, es un disparate porque es un tema demasiado profundo.

Co-razón

¿Es posible que la inteligencia ayude a atravesar el sesgo? ¿Se puede ser independientes de nuestras propias emociones o somos prisioneros?

Siempre digo que uno es dueño de sus emociones y no que las emociones son nuestros dueños. El tema es ser conscientes de que las emociones juegan un papel importante en la toma de decisiones. A veces eso se da para beneficio mío y otras no. Hablando del país, una de las cosas que suceden acá es que estamos sesgados y nos cuesta mucho ver cómo piensa el otro.

Si la inteligencia es emocional, puede ayudar. Pero si es racional, no necesariamente. Uno tiene que estar muy atento y consciente para saber que, cuando está discutiendo, siempre va a estar interferido por lo que está sintiendo. Eso hace que pueda tener más cuidado para opinar.

Al cerebro no le importa sentirse bien, sino tener razón. Por eso siempre buscamos evidencia para avalar nuestra razón y eso hace que sea conflictivo charlar con alguien. Siempre estamos tratando de tener razón, en vez de escuchar al otro. Más que tener razón, es importante llegar a un acuerdo y generar consensos.

¿El paliativo sería la empatía?

Sí, la empatía, la inteligencia emocional y el darte cuenta que el otro tiene otras experiencias y aspiraciones. Es complicado estar pendiente todo el tiempo de lo que le pasa al otro pero, cuando hay discusiones importantes, si no sucede eso es muy difícil llegar a un acuerdo. Los dos van a tener que ganar y perder algo.

Si uno lo pasa a lo social, ¿la cura sería ponerse en el lugar del otro?

La empatía no sería suficiente. Ser empático no es estar de acuerdo con el otro todo el tiempo o darle la razón. Ser empático es tratar de ver a dónde llegamos, aunque no estemos de acuerdo.

Fuente Perfil

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