Como Sexóloga Clínica y Educativa, escucho a diario en consulta clínica a personas que manifiestan algún padecimiento referido al encuentro sexual, sean varones o mujeres.
Desde la sexología con perspectiva de género y diversidades se trabaja mucho revisando y aportando el conocimiento científico sobre los mitos y tabúes instaurados que tanto daño nos hacen a las personas y que muchas veces analizándolos y habilitando el ‘’permiso’’ a disfrutar, ya se logra que muchos problemas desaparezcan.
Mitos relacionados con el tamaño de los genitales, con el consumo de pastillas mágicas para la erección, con la edad en la que las personas estamos preparadas para el encuentro sexual, ideas en relación al orgasmo como meta y a la penetración como sinónimo del encuentro sexual, tabúes en relación al disfrute del cuerpo y a mostrarnos deseosos de disfrutar; estos y muchos condicionantes son los que han que derribar con la Educación Sexual.
En mi trabajo en consultorio y ofreciendo espacios de capacitación docente – aunque los ámbitos son distintos- siempre el eje es brindar la información precisa, científica, certera sobre la sexualidad y cómo disfrutarla sin prejuicios y esto está presente en ambos espacios.
La ESI en las escuelas
En la escuela la Educación Sexual Integral que como ley va a cumplir 16 años en octubre de este año, está organizada en torno a los Lineamientos curriculares, aprobados en 2008 y presentes en los espacios curriculares específicos por los cuales debe circular trabajando desde los ejes: cuidar el cuerpo y la salud, ejercer nuestros derechos, valorar la afectividad, respetar la diversidad y reconocer la perspectiva de género.
Se presentan también en la escuela los episodios que irrumpen en la escena escolar y que los docentes tienen que facilitar el diálogo y poder escuchar para intervenir. Muchas veces no saben cómo…por ejemplo: un chico trata de ‘’maricón’’ a otro, una chica le dice “rapidita” a otra, un joven maltrata verbalmente a su novia, un chico le manda fotos de su novia a sus compañeros por whatsapp. Estos y muchos más ejemplos son conductas cotidianas de una escuela y la ESI debe estar ahí para intervenir.
Según la organización Mumalá, las provincias con más femicidios son las que menos ESI tienen
La Educación Sexual Integral, requiere en su integralidad abarcar el eje derechos, que implica todos los derechos que tenemos en nuestro país, tales como: a elegir el método anticonceptivo, a la libertad sexual y reproductiva, a acceder a una interrupción voluntaria del embarazo, a realizar el cambio registral de acuerdo a la identidad autopercibida, a ser nombrado/a de acuerdo al nombre autopercibido, a sentir atracción erótica afectiva por cualquier persona, a conocer el cuerpo y disfrutar sexualmente, en síntesis derecho a vivir una vida libre sexualmente en el marco de relaciones adultas y consentidas.
También desde la Educación Sexual Integral, se ponen en tensión los estereotipos de género, que son las construcciones sociales que van asignando lugares y condicionando a las personas según sean varones o mujeres, lo cual provoca que no estemos en igualdad de condiciones, ya que algunas conductas y actitudes le están permitidas a los varones y a las mujeres no y vicerversa.
Las violencias que desencadenan los estereotipos de género son un gran problema a abordar, que con la Educación Sexual Integral se va trabajando, pero necesitamos tiempo, porque ya sabemos que las ideas arraigadas cultural y socialmente no se van de un día para otro de nuestras vidas, hay que visualizarlas y revisarlas para luego de darse cuenta lograr sacarlas de nuestras vidas.
Se observa que nos cuesta mucho como sociedad sacarnos esos mandatos, tanto a hombres como a mujeres, en particular las ideas arraigadas del amor romántico traídas desde la infancia y potenciadas por películas infantiles y cuentos de hadas, las cuales nos encuentran llevando adelante acciones de control, manipulación y posesión como modos de amar. Y lo peor de esto es que muchos de estos comportamientos finalizan con los tan temidos femicidios cometidos por los varones que no pueden salir de este modo de entender que la vida en pareja no es celo y posesión.
«La Educación Sexual Integral sostiene un análisis crítico del orden político patriarcal adultocéntrico y heteronormativo y habilita la posibilidad de generar nuevas concepciones que promuevan relaciones libres de violencia».
Es imprescindible fortalecer a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho, promover su participación y su rol protagónico en la construcción de un nuevo orden político que promueva relaciones horizontales y libres de violencia y explotación. Hacer Educación Sexual Integral es aportar la oportunidad para elegir como vivir nuestras sexualidades.
Fuente Rouge.perfil.com