Una osteópata de 38 años uso sus conocimientos en disección médica y mató a su amiga, Kuen Chong, de 67 años, para heredar su patrimonio. Por el brutal asesinato, la mujer fue encarcelada con una sentencia de 34 años.

La autora del crimen identificada como Jemma Mitchell asesinó a su compañera de la iglesia cristiana para hacerse del dinero de la víctima después de falsificar un testamento. La cifra sumaba un valor de 700 mil euros. En su sitio web, la asesina aseguró que estaba “en sintonía con la neuroanatomía, la genética y la disección de cadáveres humanos”.

Una casa en ruinas: el motivo del crimen

Durante el juicio en el tribunal de Old Bailey de Londres se mostraron imágenes de la acusada llegando a la casa de la víctima con una gran valija azul. Luego de cuatro horas dentro de la vivienda, la mujer fue captada saliendo a la calle con una sospechosa dificultad para trasladar la maleta.

A las dos semanas del asesinato, la acusada viajó hasta la ciudad de Salcombe, en el suroeste de Inglaterra. En ese lugar, unos turistas encontraron el cuerpo sin cabeza de Kuen Chong junto a un sendero del bosque cerca de la ciudad, mientras que su cabeza fue hallada en la misma zona por la policía.

La fiscalía sentenció que Mitchell orquestó su amistad con la mujer para después asesinarla. Cuando Chong se negó a darle 200 mil euros para pagar las reparaciones de la casa en ruinas que la asesina compartía con su madre en Londres, Jemma la decapitó y armó un testamento para heredar gran parte del dinero de la víctima.

Luego de que se decretó la sentencia, el detective que dirigió la investigación dijo que la acusada nunca aceptó la responsabilidad del asesinato, y dejó muchas preguntas sin respuestas.

“¿Por qué mantuvo su cuerpo durante 15 días, por qué la decapitó, por qué depositó sus restos en Salcombe”, interrogó el investigador. “Lo que sí sabemos es que estos fueron actos malvados llevados a cabo por una mujer malvada y el único motivo claro fue una ganancia financiera”, agregó.

El examen post-mortem encontró fracturas de cráneo que podrían haber sido por un golpe en la cabeza y costillas rotas causadas por la intromisión del cuerpo en la maleta. Aunque no se recuperó evidencia forense de la valija, el ADN de Chong fue identificado en un paño de cocina manchado de sangre en un bolsillo.

La hermana de la víctima, Amy, y sus sobrinos vieron los procedimientos por videoconferencia desde el extranjero. Se trata de la segunda vez que se permiten cámaras en un tribunal penal inglés para grabar una sentencia, y la primera en un caso de asesinato en el que la acusada es una mujer.