Iguazú (LaVozDeCataratas–Lic. María Celeste Jurado) Una problemática que arranca a las/os niñas/os de su Infancia, y que es un delito sancionado por el Código Penal de la Nación y tipificado como instancia pública, es decir, que no requiere de la aprobación de un adulto responsable para la investigación del mismo.
En la Argentina, según datos del Ministerio de Justicia, en el período 2020 – 2021 las consultas aumentaron un 15% respecto al mismo período del año anterior, y se incrementaron considerablemente las realizadas directamente por niñas, niños y adolescentes. Asimismo, el 74,2% de las víctimas fueron violentadas por alguien de su entorno cercano o ámbito de confianza, y el mayor porcentaje de niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual pertenece al género femenino, representando casi 4 veces más que el masculino. El 44% de las violencias en entornos digitales fueron por el delito de Grooming.
La gravedad y las consecuencias de los hechos requieren de una mirada consciente y atenta que entienda e interpele al abuso contra niños como una problemática social, de género y que inste a trabajar fuertemente en la denuncia y la prevención.
Hablar de abuso sexual contra las niñas, niños y adolescentes implica visibilizar una forma de abuso de poder que se instala en una relación afectiva, de necesaria dependencia emocional, económica y cultural, en detrimento del desarrollo autónomo e integral de la víctima. El abuso provoca daños severos y traumáticos en la integridad física y emocional de quienes lo sufren e impacta en el desarrollo, generando dificultades cognitivas, sociales y emocionales que llegan incluso a atentar contra su propia vida.
¿Es posible hacer algo ante el abuso? La respuesta es sí. Es mandatorio trabajar desde la concientización, pero para lograrlo es necesario fortalecer los vínculos familiares y comunitarios; generar espacios y momentos de conversación; conversar sobre la sexualidad desde el disfrute y la afectividad de acuerdo a las creencias de cada familia; y finalmente estar siempre atentos a los cambios de comportamiento de niños y niñas.
¿Qué ocurre cuando ya sucedió un abuso sexual contra una niña/o? ¿Qué podemos hacer como adultos? Tanto la teoría como nuestra experiencia en atención directa a niños, niñas, adolescentes y familias, nos permite afirmar que las huellas del maltrato son reversibles si se interviene en el momento adecuado, lo primero es lograr una escucha atenta y afectiva en donde la niña/o sienta que alguien le cree, escucha y contiene reafirmando su sentido de justicia y confianza en otros, para luego poder denunciar el hecho ante la Autoridad de Aplicación, donde recibirá atención especializada y los orientarán en los pasos a seguir y la contención necesaria a cada niña/o y su familia:
Programa de Las víctimas contra las Violencias – Tel. 0800-222-1717 / 137 o WhatsApp 11 3133 1000
https://www.aldeasinfantiles.org.ar/denuncia
Como sociedad es imprescindible y urgente que nos unamos para fortalecer las comunidades sensibles a las experiencias adversas en las Infancias, desde una mirada atenta y comprensiva. A sabiendas que las situaciones crónicas de violencia y negligencia en el contexto de cuidados familiares transforman el mundo interno del niño y la niña en un lugar peligroso, que luego se manifiestan con conductas impulsivas, agresivas o ausencia de voluntad. Todo esto requiere de adultos sensibles para transformar ese mundo interno peligroso en un entorno seguro y protector.
Pero además, instamos al Estado, como garantes de Derechos de las Infancias, a priorizar esta problemática y llevar adelante intervenciones tanto en la concientización sobre las consecuencias de la violencia contra los/as niños/as, así como también en la gestión de políticas públicas que den respuestas interinstitucionales con un abordaje integral, que permita la denuncia, la respuesta y el tratamiento de la problemática.
Detener el abuso sexual hacia las Infancias nos obliga a actuar ya. El momento es ahora.
Lic. María Celeste Jurado
Eikasía Comunicación Corporativa