Un policía quedó detenido este sábado como sospechoso del asesinato de su mujer. Aunque en principio los hechos se presentaron confusos -sobre todo porque el efectivo argumentó que su hijo de 4 años disparó accidentalmente-, finalmente se comprobó que el marido de la víctima fue quien causó la muerte de la joven de 26 años.
El presunto crimen ocurrió el viernes a la noche en la localidad de Godoy Cruz, Mendoza. La Policía tomó conocimiento del hecho cuando Valeria Noemí Ramírez Carrizo entró con una herida de bala en el pecho a la guardia del Hospital Central. Ahora, la investigación está abocada a determinar si se trató de un femicidio o si el disparo con el arma reglamentaria fue accidental.
La mujer de 26 años murió en la madrugada del viernes a raíz de la gravedad de las heridas. La bala -que ingresó por el rostro y afectó el tórax- le ocasionó un paro cardíaco. En un primer momento, el esposo de la víctima, un auxiliar del Grupo Especial de Seguridad (GES), relató que estaba limpiando su arma cuando, en un descuido, la agarró su hijo de 4 años y disparó por accidente, hiriendo a su esposa.
Tras el fallecimiento, la Policía científica allanó la casa de la pareja, donde se encontró el arma de fuego y ahí fue el propio sospechoso quien confirmó que había sido él el que disparó.
En en el caso interviene la Fiscalía N°3 de Mendoza y se activó el protocolo correspondiente por parte de la Justicia y la Inspección General de Seguridad (IGS).
El implicado fue trasladado a la oficina fiscal y durante la mañana del sábado se realizaron peritajes en el domicilio donde se produjo el incidente. La suegra del agente y el niño fueron trasladados a la fiscalía a fin de tomarles declaración.