En medio de la fiebre mundialista, el Gobierno cerró finalmente la compra del nuevo Tango 01. La decisión administrativa, que autoriza un incremento presupuestario para la Secretaría General, saldría publicada este viernes en el Boletín Oficial, según adelantaron a Infobae fuentes oficiales. Ahora, el Gobierno deberá depositar USD 22.230.000 en una cuenta de Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), un organismo que depende de Naciones Unidas, y entregar el viejo Tango 01, valuado en casi USD 3 millones.
Aunque los fondos saldrán, en principio, del Tesoro Nacional, la operación se financiará con un crédito de la Corporación Andina de Fomento (CAF) por 12 millones de dólares, con un plazo de 10 años.
La semana pasada, la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Julio Vitobello, le había mandado una nota reservada al Ministerio de Economía para que analice las formas de financiamiento.
Luego de la trasferencia a la OACI, se firmará el contrato y el último paso es la inspección pre compra (PPI). “No es un tema menor, en ese tipo de inspecciones pueden aparecer sorpresas”, advirtió una fuente del mercado aeronáutico.
Ya hubo otras inspecciones previas. En junio, una comitiva integrada por equipos técnicos de la OACI y de Presidencia viajó a Sarasota (Estados Unidos) para revisar la aeronave. Luego de ese viaje, los expertos recomendaron avanzar.
Si no hay sorpresas, el avión podría estar disponible para enero.
El avión elegido, un Boeing 757-256 identificado con la matrícula N757AG, tiene capacidad para 39 pasajeros, un dormitorio principal con todas las comodidades, y otros dos dormitorios de visitas que se pueden adaptar como salas de reuniones. A diferencia del Tango 01, puede volar sin escalas hasta Europa o Estados Unidos.
Desde el punto de vista técnico, los expertos de Presidencia aseguran que es un avión fabricado en 2000 (el Tango 01 es de 1992), que tiene winglets (aletas que se sitúan en la punta del ala y reducen el consumo de combustible), y que tiene un sistema de iluminación y de humidificación de la cabina más moderno de lo requerido.
“Es un avión de excelentes cualidades operativas por su gran velocidad, techo de servicio, autonomía, potencia, fuselaje medio, lo que permite una correcta distribución de los ambientes necesarios para el traslado presidencial. Al poseer tren de aterrizaje alto y gran potencia propulsora tiene la flexibilidad de poder operar en la mayoría de aeropuertos del país como en el exterior. A esto se debe sumar que el personal técnico que realiza el mantenimiento aeronáutico en Presidencia de la Nación, posee más de 25 años de experiencia en este modelo de aeronave”, detalla un informe técnico preparado por el Gobierno.
Pese a la intervención de la OACI, en el mercado de aviones cuestionan la aparición de una empresa intermediaria. Tal como reveló Infobae en julio, la aeronave elegida está a nombre de Validus Aviation LLC, pero en la licitación aparece C&L Aviation Group, una empresa con sede en Maine (Estados Unidos) que tiene un poder de venta.
No es la única objeción. Roberto Arostegui, ex director de la agrupación aérea de Presidencia durante la gestión de Mauricio Macri, criticó esta semana la elección Boeing 757 en una carta de lectores. “El B757 se dejó de construir hace 22 años, sus motores son de vieja tecnología y Aerolíneas no está habilitada para hacer mantenimiento mayor en ese avión, por lo que cada dos años hay que contratar un taller en el exterior para hacerlo. Esta aeronave tiene muy poca autonomía. Para llegar a China debe hacer dos escalas intermedias y requiere para operar apoyo en tierra, escaleras para pasajeros, equipos auxiliares eléctricos y neumáticos, por lo que en el país solo puede operar en muy pocos aeropuertos”, sostuvo.
En la Casa Rosada defienden la elección de la aeronave. “El Boeing 757 es una aeronave que sigue siendo utilizada en Líneas Aéreas del mundo como United Airlines, Delta Airlines, Fedex, UPS y sin dejar de nombrar que el avión que utiliza la vicepresidencia de los Estados Unidos de Norteamérica (Air Force 2) es una versión de este mismo modelo”, dijo una fuente de la Secretaría General de la Presidencia. Y agregó: “El personal técnico que realiza el mantenimiento aeronáutico en Presidencia de la Nación, posee más de 25 años de experiencia en este modelo de aeronave, en aspectos de planificación, ingeniería y de mantenimiento propiamente dicho. Por otro lado, la aeronave seleccionada por OACI cuenta con escalera propia y no requiere de servicios auxiliares para el ascenso y descenso de pasajeros, ni de asistencia en tierra”.
Sobre el alcance del Boeing 757-256, los expertos destacan que puede volar sin escalas hasta Europa o Estados Unidos, dos de los destinos habituales del jefe de Estado. “No tiene sentido comparar este tipo de Aeronave con un avión Ejecutivo mediano (Gulfstream GV o similar). Son aeronaves totalmente diferentes, y querer comparar las mismas o decir que una Aeronave Gulfstream GV puede realizar un vuelo directo a Pekin (11.986nm o 24 horas de vuelo) es no tener conocimiento alguno en aviación”, dijo una fuente oficial en alusión a los dichos de Arostegui.
El Tango 01 está parado desde 2015. Durante el gobierno de Mauricio Macri hubo varios intentos frustrados para comprar otro avión: la primera licitación ante la OACI se cayó por las internas dentro del Gobierno y la segunda por la realidad económica del país.
Cuando llegó Alberto Fernández a la Casa Rosada, los responsables de la flota presidencial recomendaron reparar el avión con una inversión estimada entre USD 12 y 15 millones. Los trabajos previstos incluían la “rectificación” de los motores, la pintura exterior, reparar el tren de aterrizaje, la actualización de la unidad de adquisición de datos de vuelo (DFDAU) y del software del sistema de comunicación digital de abordo, y hasta agregar tanques suplementarios de combustible para poder volar hasta el sur de Europa o Estados Unidos sin realizar escalas.
La OACI habría desaconsejado la reparación por las dificultades para conseguir las piezas y por el tiempo que lleva parado. De esa manera se pasó a la opción de un “exchange”, que significa cambiar el avión por uno similar, de la misma marca y modelo, y en abril se lanzó una licitación internacional.
Se presentaron solo tres oferentes y uno solo cumplía con todos los requisitos. Pese al enorme costo político, Alberto Fernández decidió comprar ese avión antes de dejar la Casa Rosada.
Fuente Infobae